El polémico jurado sigue de moda en la TV boliviana, quiere hacer radio, se da tiempo para el teatro, reconoce que la controversia es rentable

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19 de julio de 2017, 8:45 AM
19 de julio de 2017, 8:45 AM

Es evasivo. Parece que responde a todo lo que se le pregunta, pero cuando se cruza la frontera entre el personaje de TV y el hombre de carne y hueso, sale por la tangente con una sutileza casi imperceptible.

Mariano de la Canal (30), el ‘malo’ del Bailando por un sueño, de la Red Uno, el mismo que
muestra a su público que poco le importa el qué dirán, sobreprotege su vulnerabilidad en extremo.

No profundiza en su familia en Argentina, ni en sus sueños de hogar, o en que fue criado por mamá sola y empezó a trabajar a los 16, y se descoloca cuando le recuerdan el cáncer
de garganta que sufrió a los 13 años, pero ‘pela’ las uñas para exaltar a su personaje.

Ya lleva cuatro temporadas de realities en Bolivia y en esta entrevista dio la primicia de que
estará en la quinta del Bailando por un sueño, que arranca el 8 de agosto. 

En las redes, algunos creen que copiás a Moria Casán...
Me gusta mucho, es mi amiga, no la imito, pero sería un buen personaje para imitar o para sacar muchas cosas de ella porque es muy inteligente. Como que puse un poco de todos en la licuadora y salí yo.

¿Relación de amor y odio con Sixto Nolasco?
No, pero él se toma todo personal, tiene algo conmigo, como que se siente desplazado por el protagonismo que me gano día a día; nadie me regala nada. Siempre aparecerá alguien con nuevas ideas y capaz que ya es descartable para la TV porque no se reinventó. Él no entiende que somos un decorado y tenemos que interactuar con los demás para que el otro brille, ese es un concepto de TV y él no lo tiene, lo que tiene él es ego.

¿Y el ego de Mariano?
No tengo tanto ego, hago como si lo tuviera. Juro que no, solo es parte del programa.

¿Le agradaría a Dios tu rol en la sociedad?
Creo que sí, estoy trabajando en un show de la TV, no ando por la calle puteando a la gente ni pegando ni matando ni insultando. En la calle soy un ciudadano más, en la TV estoy entreteniendo.

¿Sumás a lo que la gente llama TV basura?
No, más bien le cumplimos el niños que no pueden caminar caminen, conseguimos plata
para muchas cosas, sillas de ruedas, operaciones, etc. Si fuera TV basura no dejaría nada, lo que tiene es momentos de desestrés para que la gente ría y disfrute. 

Pero hay chismes, cuernos, amoríos, etc...
Hay una hora y media por día y hay que hacer el programa. A la gente le gusta ver eso, lo miran, lo consumen, o por qué sigue al aire, porque tiene rating, y mucho. Todo mundo mira Acapulco Shore en MTV, y les encanta porque no es de acá, pero si hacemos eso aquí dicen: “Ay no, son chicas de Bolivia”. Es lo mismo, no se asusten.

¿Es rentable la polémica?
A mí me rinde. No me considero mala persona, pero el malo siempre será recordado, en estos programas tiene que haberlo. Me sirve ser así porque vivo de mis enemigos.

¿Calidad de sueldo?
Yo estoy contento y conforme. No sé el tema de los sueldos de los demás, pero Red Uno está bien, muy bien.

¿Por qué te sale tan natural el papel de malo?
No sé, quizás porque tengo mucha experiencia. Por ahí la gente no lo sabe, pero este es el octavo reality en el que trabajo. Me encanta hacerlo, lo disfruto y le dedico tiempo. Quizás la
gente me ve sentado, pero trabajo mucho en varios segmentos para que sean exitosos.

En las redes dicen que la gente no te quiere, ¿por qué seguís en Bolivia?
La gente me quiere, cada vez estoy mejor en las redes sociales. Estuve en Cochabamba con teatro, hice dos funciones y vendí todo. Tengo fechas para La Paz, El Alto, Oruro y Santa Cruz. No es que la gente no me quiera, sino que soy distinto, y al ser distinto, a veces salgo castigado. En la calle jamás alguien me insultó o me golpeó, más bien se acercan para pedirme fotos, entonces me parece que hay una doble moral, en las redes te mato, y después quiero la foto con Mariano. Las redes sociales son bravas, no solo a mí me destrozan, a todos, no me quedaría en un lugar donde no me quieran, no me sentiría cómodo y acá estoy muy cómodo.

¿Te gusta tener la razón?
No me gusta que me discutan mucho, pero siempre también es bueno el debate. No siempre
tengo la razón, muchas veces hago como que tengo la razón para generar contenido. Si
me equivoco, pido disculpas, no se me cae nada por hacerlo. Aparte, pedís disculpas y la
vida continúa.

¿Por qué el éxito de los realities? ¿Es la fama una salvadora?
Este tipo de programa te abre muchas puertas, ahora la gente gana plata con el tema del Facebook y los chicos nuestros hacen dinero extra por su presencia o trabajan en alguna feria o son anfitriones de otras marcas. Que te dure o no depende de vos. Hay gente que
muestra lo que quiere y se sabe guardar bien, que no expuso su vida privada, por ejemplo Oriana Arredondo.

¿Estorba alguna vez la fama?
Siempre hay algo malo, como el hecho de que estás muy en la mira, como cuando tirás una
frase y se agarran de eso. Gracias a Dios puedo tener una vida íntima sin que nadie sepa.
Nadie sabe nada de mí, salvo lo que yo quiero que sepan. Afecta la fama en que todos saben quién sos, y más con mi perfil polémico, pero lo sé manejar.

No me creo famoso. En las redes sociales la gente siempre opina y yo no me creo ni los halagos ni los insultos de la gente, no estoy paranoico con eso. Si quiero lo hago o lo digo. Entiendo que mis momentos en TV son intensos porque abro la boca y algo pasa, pero no es algo que me quite el sueño. Hay gente a la que la fama le hace mal porque la cámara le genera adicción, no tengo yo esa adicción, solo me encanta este trabajo. Hay gente a quien le quitas la cámara y se muere, como le pasó a Jeison, de Calle 7. Tengo fama como consecuencia de mi trabajo.

Decís que la fama no te afecta, pero en algunas entrevistas reconociste que influyó
para que te hagás cirugías...

No se notan porque sigo siendo feo, pero siempre hay que tratar de estar un poquito mejor, retocarse. En nuestra farándula abunda el tema de estar bien estéticamente, el medio obliga y hay muchas chicas que se pinchan, pero no puedo decir nombres. Me haría más cosas,
pero no tengo tiempo, tampoco es que tengo tantas cirugías.

¿Qué es el sexo para Mariano?
Una cosa natural, todo mundo lo hace, es una parte de la vida, es buen humor. Hay mucha
gente a la que le falta sexo. 

¿Sobra sexo en el mundo de la farándula?
No soy promiscuo. En todos los medios sobra eso, siempre hay tiempito para un amante. La farándula es un ambiente de trabajo más, es una oficina, en todos los ámbitos es igual.

¿Te cae bien o mal la Iglesia?
Soy cristiano, voy a la iglesia, pero la verdad es que no me gusta meter en el medio de comunicación a Dios, por eso reniego con Sixto, que dice “papi Dios”, etc. Estamos trabajando para dar entretenimiento a la gente en un contexto tan frívolo, porque la TV es frívola a veces. Hay que entretener y en temas así no me parece correcto, por eso yo no hablo de Dios, porque ya estarían hablando más de mi vida privada y de lo que me gusta hacer. Creo en Dios, pero no necesito contarlo en la tele, obviamente hay gente que se escuda en el nombre de Dios para quedar bien, para que digan qué buena persona
es. No es mi caso, no soy así ni tengo la fantasía de que todo mundo me quiera, no ando
alardeando de Dios, lo tengo en mi corazón.


Tuviste cáncer de garganta a los 13 años...
¿Cómo sabés? Nadie sabe.

¿Te quedarías en Bolivia de forma definitiva?
No sé, me lo preguntó mi mamá la otra vez. Vine por dos meses, después me quedé seis,
un año y después otro año, y así sucesivamente. La verdad es que tengo muchos amigos acá, me va bien en el trabajo, disfruto de lo que hago. También estoy en otra etapa, más allá de la TV, haciendo teatro, que me fascina. No sé si viviría aquí, pero sí estaría, puedo moverme en los dos lados tranquilamente; voy a Argentina y vuelvo.

¿Tendrías trabajo en Argentina?
Este verano que estuve dos meses allá trabajé; de hecho, lo compartía en mis redes sociales. Era panelista de un programa de espectáculos. Tengo dos pies y boca, y mis signos vitales están bien; si no tengo trabajo en TV, puedo desarrollarme en cualquier cosa, soy muy inteligente y no me voy a quedar nunca sin trabajo porque lo hago desde chico y nunca me faltó dinero en la billetera.

¿Por qué trabajaste desde chico?, ¿sos de cuna humilde?
No, normal. Porque siempre me gustó tener mi plata, soy una persona que no me permitía decir: “Mamá, me das plata”. No podía hacerlo, ni entender cómo tu mamá tiene que pagar
tus cosas siendo varón. Así que terminé el colegio, estuve un año sin estudiar y luego
empecé a hacerlo, y todo me pagaba yo. Hice de todo en mi vida, tenía un restaurante que
lo manejábamos con mi hermana Vicky. También trabajé en un consultorio médico. Mi mente siempre sabía lo que quería hacer, más allá de lo que estudiara o trabajara.

Yo quería estar triunfando en la tele y en un escenario, es lo que más me apasiona, hacer
televisión y hacer teatro. No soy una persona incapaz de tener otro trabajo que no sea
la TV y ahora tengo muchas ganas de hacer radio.

¿Qué te hace regresar a Argentina si acá te va bien?
Mi casa, mis cosas, mi familia, mis amigas. Toda mi familia está allá: mi mamá, mis hermanas, mis sobrinos.
 

Compará la TV argentina con la boliviana
Bolivia es un país que está creciendo a pasos agigantados, al que no le falta absolutamente
nada, y en ese crecimiento el entretenimiento también avanza. El programa que hago en la noche no tiene que envidiarle nada a otros. El país se para a las nueve de la
noche para mirarnos.

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