Abiran Cavalieri (23) quedó fuera del certamen nacional por perder nueve kilos. Cuenta cómo recibió las críticas de otras mujeres y cómo se siente hoy con su nueva figura

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9 de julio de 2019, 4:00 AM
9 de julio de 2019, 4:00 AM

Era septiembre de 2018 cuando Gilda Abiran Cavalieri Gordillo ganó la primera edición del Miss Plus Size Santa Cruz. “No tiene demasiado sobrepeso” y “¿cómo va a ganar ella? Es flaca”, fueron algunos de los comentarios que se leyeron entonces en las redes sociales. Lo cierto es que ella, con 87 kilos y la talla L, sí tenía las medidas estándares para ser considerada una mujer curvy.

Un año después de esta experiencia, la reina de belleza plus size ha vuelto a recibir críticas, esta vez por haber cumplido la meta de alcanzar su peso ideal y alejarse del certamen nacional en el que representaría a Santa Cruz. La balanza hoy marca 78 kilos y su ropa muestra la talla M, medidas que ya no están dentro de las establecidas para ser parte del concurso.

“Me siento muy bien con lo que soy ahora. Además, uno de los propósitos del certamen es buscar la mejor versión de cada persona”, explicó Abiran, que se siente orgullosa de su nueva figura.

Aclara que no adelgazó por vanidad, sino por los antecedentes de diabetes de su familia y por sentirse más ligera en su trabajo de animadora de eventos infantiles y sociales.

La motivación

Sus padres son un pastor y una pastelera argentinos. La pareja de migrantes llegó a Santa Cruz de la Sierra en 1993, donde se estableció y tuvo a sus hijas: Abiran y Gina.

Abiran tuvo una infancia y una adolescencia tranquilas, en un hogar que le dio mucha seguridad y valores para enfrentar cualquier crítica sobre su peso.

Tenía 15 años cuando le detectaron diabetes a su padre y le amputaron la pierna. “Él era un hombre muy activo, fue difícil para él y para todos verlo así. Decidimos volvernos a Argentina para que se sienta mejor”, recuerda.

Joven, sin haber terminado el colegio ni tener experiencia laboral, trabajó de empleada doméstica y de niñera para ayudar en su hogar. Pero no fue por mucho tiempo, a los 17 años sus padres le dijeron que tenía que seguir con sus estudios y ella regresó a Santa Cruz con este propósito.

Dice que pasó muchas necesidades, pero que sus deseos de superación eran más fuertes que cualquier obstáculo. Empezó a hornear tortas, talento heredado de su madre, y así logró pagar sus estudios en el colegio Bautista Boliviano Brasilero.

Todo comenzaba a mejorar, pero un día recibió la temida llamada que la notificaba de que su padre había empeorado. “Estaba en terapia intensiva y una semana antes de cumplir 70 años falleció”, lamenta y cuenta que esa se convirtió en su motivación para luchar contra la genética y conservar una buena salud.

El empujón que le faltaba para iniciar el cambio fue ingresar a los certámenes de belleza. La corona le dio más confianza para mostrarse al mundo. Nunca se prohibió usar enterizos ceñidos ni minifaldas, pero hoy se siente más linda que nunca.

Multifacética

Tras despedirse de su padre retornó a Bolivia, recibió la oferta de trabajar en eventos infantiles con la empresa Ay Morena y, sin imaginarlo, ya lleva cinco años alegrando a los más pequeñitos y también anima eventos sociales y es maestra de ceremonias.

Este año se convirtió en la primera modelo plus size en estar en la pantalla chica como conductora de la revista Bien Temprano, de Sudamericana.

Junto con su mamá administra Cioccolato’s y a futuro piensa montar un salón de té y culminar su carrera de Comunicación Social en la Uagrm.

Las pasarelas

Planea seguir en el modelaje y cumpliendo trabajos como azafata, más no así en los certámenes de belleza.

Su sueño más grande es poder apoyar a las mujeres curvy en lograr sus ideales, tal como ella lo hizo al bajar de peso. “Mucha gente me escribe, no tengo la receta secreta, pero puedo guiarlas y enseñarles que no hay metas imposibles”, finalizó.