Revelaciones. La ex-Calle 7 se confesó con Sociales. Habló sobre su trabajo en la pantalla chica, el drama que vivió por la pérdida de su bebé y sus sueños

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20 de marzo de 2019, 4:00 AM
20 de marzo de 2019, 4:00 AM

Un trágico suceso marcó un antes y un después en la vida de Natalie Andrea Vargas Acuña. “Su bebé ya no tiene latidos”, escuchó en noviembre de 2017, cuando asistió a un control prenatal, a solo un mes de dar a luz. Recuerda que sintió cómo se le desgarraba el corazón, mientras su madre le tomaba la mano. No era una pesadilla, estaba despierta, y tendría que aceptarlo y aprender a vivir con ello.

Natalie, la joven recordada por su polémica participación en Calle 7, se despojó de todas las máscaras y reveló a Sociales su personalidad real, sensible hasta los huesos. Habló de todos los ‘secretos’ que no se ven en la pantalla y de cómo aprendió a salir victoriosa de todas sus batallas.

La TV, su gran amor

Empezó en la TV a los 17 años. La contrataron en Tweeners (ATB), donde estuvo durante cinco años. Luego terminó el colegio y estudió Comunicación Social, pero no defendió su tesis, porque se abrió una nueva puerta en la pantalla chica, esta vez en Unitel.

En 2014 participó del casting de Calle 7 y logró ingresar, permaneciendo durante seis temporadas como gladiadora y dos más como parte del team. “Entré para ser presentadora. Sabía que era mi oportunidad”, afirma. Y tenía razón, llegó a estar al frente del programa Dar la nota, junto a Ronald Arnez.

Después de casi 10 años en la pantalla, admite que no todo fue color de rosa. “Desde finales de 2018 comencé a sentir bullying”, revela. “Me enfermé de los pulmones y estuve hospitalizada durante dos semanas. Cuando volví a trabajar, no me dejaron salir más al aire en Calle 7. Nunca entendí por qué”, expresa.

Soportó el “castigo” unas semanas hasta que, en octubre, dio un paso al costado. “Hoy solo estoy en Dar la nota, pero espero que se abran nuevas puertas, tal vez en otros canales”, confiesa.

En la intimidad

En 2014 conoció a Álvaro Muñoz, otro gladiador del reality, y el cochabambino la conquistó. “Estuvimos juntos incluso cuando él volvió a Cochabamba, nos habíamos comprometido”, cuenta.

Entre idas y venidas a la Llajta, en 2015 Natalie quedó embarazada. Recuerda, con pesar, que algunas personas le sugerían que interrumpa su embarazo, pues creían que ambos eran muy jóvenes. Molesta, se alejó de los reflectores por varios meses y reapareció, feliz y saludable, con la barriga enorme en Star Academy.

“Estaba por cumplir ocho meses cuando fui al médico para conocer el sexo de mi bebé, que no se dejaba ver. Afortunadamente tenía a mi familia al lado cuando el doctor apagó las máquinas y me dio la terrible noticia”, rememora abatida. Por la gravedad de la situación tuvieron que inducirla al parto natural y esa fue otra situación que marcó su vida “para siempre”, como resalta.

En 2016 se casó con su gran amor. Él es su compañero y apoyo en las buenas y en las malas. Ahora no busca ser madre, decidió dejar las cosas en las manos de Dios. Todo su amor se lo da a los animales callejeros, a los que rescata y defiende.

A pesar de las duras pruebas, no deja de creer que la vida es hermosa y que tras cada tormenta se esconde el arcoíris.

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