La Miss Pando 2018, que superó su discapacidad auditiva, hoy encara la vida con fe y optimismo

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29 de agosto de 2021, 4:00 AM
29 de agosto de 2021, 4:00 AM


Liz Shimokawa luciendo su corona como Miss Pando 2018

Desde muy joven, Liz Shimokawa tuvo que enfrentar duras batallas, que ha ido ganando una a una gracias a su fuerza espiritual, a ese empeño que hoy es la motivación de los que la conocen y han sido testigos de su lucha.

La joven pandina, de 22 años, comenzó a sufrir de discapacidad auditiva a raíz de una medicación que le prescribieron cuando tenía seis semanas de nacida. El abdomen de la pequeña Liz se había hinchado por lo que sus padres la llevaron al médico. Tenía un problema intestinal que fue tratado con un remedio que le provocó sordera.

“Lloraba mucho, mis oídos comenzaron a supurar líquido y mis papás decidieron llevarme a un médico particular, que suspendió inmediatamente ese medicamento. Luego quedé bien de los intestinos, pero cuando comencé a gatear mi mamá me hablaba y yo no volcaba para verla, ahí se dieron cuenta de que algo pasaba. Tenía más de un año y no hablaba porque no escuchaba”, relata Liz.

A pesar de su problema, se graduó del Instituto Americano, en su natal Cobija, y lo hizo a través de la lectura, ya que en su ciudad no hay centros especializados para tratar la sordera.

Durante su juventud utilizó audífonos, que no la ayudaron lo suficiente para poder vocalizar. En su adolescencia aprendió el lenguaje de señas con la intérprete Nancy Portal, lo que le permitió desenvolverse aún más y ver una luz en el afán por alcanzar sus anhelos.

En medio de esa lucha surgió la invitación para participar en el Miss Pando, certamen que ganó y le dio la posibilidad de ir al Miss Bolivia 2018, en el quedó entre las finalistas.

“Sentí que tenía una misión, que cada día que participaba de las actividades del concurso se hacía más clara, pues, aunque no me llevé la corona, quedé satisfecha por ser la voz que no se escucha, pero que se refleja en expresiones y movimientos”, agrega.

Para Liz no solo fue importante representar al departamento de Pando sino también sintió que, de alguna forma, representó su esencia, existencia y a todas las personas con capacidades diferentes.

“Me sentí realizada al saber que nuestra comunidad era incluida, espero que las autoridades tomen en cuenta a este sector vulnerable y nos den condiciones para lograr acceso al estudio, el profesionalismo y el empleo”, comenta.

En una sesión fotográfica /Fotos: Richard Rojas

Oportunidad

A los cinco meses del certamen, llegó la ocasión de dar un gran paso en la vida de Liz. Fue ingresada en un quirófano de la clínica Niño Jesús, donde durante tres horas fue operada para recibir un implante coclear.

La cirugía resultó un éxito. Así fue como la primera reina de belleza boliviana con discapacidad auditiva lograba alcanzar un sueño. “Siempre me sentí capaz de realizar cualquier actividad, pero la cirugía me motivó a expandirme. Desde entonces todo es un proceso muy lento. No es fácil aprender a identificar los sonidos, después de tantos años en silencio, pero sé que lo lograré con la fe en Dios”, asegura, Shimokawa, que aún se comunica por medio de señas, pero ha evolucionado significativamente en su capacidad auditiva.

“Mis amigos y familiares fueron parte fundamental en esta etapa”, agrega la hija de José Ricardo Shimokawa y Rocío Marcela Salvatierra, que tiene tres hermanos: Brenno, Fabricio y Liz Ariana.

Hace un mes, Liz retomó sus clases de lenguaje de señas en la modalidad virtual debido a la pandemia y tiene previsto impartir clases de esta especialidad a niños con discapacidades auditivas para ayudar al que está pasando por lo mismo que ella vivió.

Liz junto a su familia