Carlos y Gabriela son la primera familia boliviana que lleva su vida privada a la TV y les ha traído más alegrías que penas. La pareja ya tiene fecha para casarse y quiere hacerlo con todas las de la ley

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6 de mayo de 2018, 10:09 AM
6 de mayo de 2018, 10:09 AM

Mientras los fines de semana la gente en general descansa, Carlos Marquina (33) y Gabriela Zegarra (23) trabajan. Sus dos días libres los tienen entre semana, así que cuesta un mundo hacer coincidir los horarios para entrevistarlos y saber qué planes tienen los personajes principales del reality de la Red Uno Los Marquina.

Se podría decir que son una máquina para generar ingresos, pues aparte de su participación en otros programas, como Bigote, realizan también actividades fuera del canal de TV. Gabriela da cursos de maquillaje (en Santa Cruz y en otros departamentos, cuando se lo solicitan), tiene una tienda de ropa y hace cinco días abrió su canal de YouTube (Gaby Zegarra), en el que ya cuenta con 23.000 suscriptores, donde sube videos, de máximo cinco minutos, enseñando a maquillarse.

Además, ambos deben turnarse para el cuidado de sus hijas Nicky (5) y Conny (4 meses).

Trabajo, trabajo y trabajo
La fama y la posibilidad de elegir o rechazar trabajos no llegó de la noche a la mañana. Carlos lleva 10 años frente a las cámaras y Gabriela, siete. Poco a poco fueron creando el nombre que los identifica. 

“Siempre le digo: Marquina, cuidalo vos el apellido, porque es tuyo (risas), yo sigo siendo Zegarra. Creo que se está marcando. Nos ayudó muchísimo el tema del reality, pero al mismo tiempo debemos ser más cautos, porque no solo es Carlos, sino que también están mis hijas. Hay que tener mucho cuidado con eso”, señala Gabriela.

Con el paso del tiempo se han ido organizando mejor, más aún con la llegada de Conny. “Ahora tenemos más ayuda, lo siento más ‘light’ con la bebé. Con Nicky me costó bastante, sufrí mucho”, asegura Carlos. Y es aquí donde Gabriela resalta la gran ayuda que recibe de su mamá, pues es ella quien se queda a cargo de las niñas cuando ambos están grabando en la TV.

¿Su familia acepta el hecho de que sus vidas salgan en la pantalla chica? Se les consulta, a lo que ambos confiesan que al principio fue difícil, pero que se fueron acostumbrando.

“Cada vez que viajo a Cochabamba salen mi mamá, mis hermanos y, como dice Gaby, siempre con un límite de mostrar hasta donde se quiera, hasta donde quieran y sin obligar a nadie”, cuenta Carlos.

Con Nicky no han tenido problema, aunque no la obligan para que salga frente a las cámaras. Es un gusto personal de la niña, pues prácticamente ha crecido frente a ellas. “Un tiempo ella pensó que todos los papás trabajaban en eso. Recién se dio cuenta de que no es así, pero le gusta mucho”, dice él. 

Incluso muchas veces que han grabado en las calles, algunas personas que han salido sin querer frente a las cámaras, les han pedido que no los sacaran, y respetaron estos pedidos.

El costo de la fama

Los dimes y diretes entre sus seguidores no faltan. Desde comentarios de infidelidades hasta críticas por el aumento de peso de Gabriela en su último embarazo circulan en las redes sociales.

Gabriela asegura que han pasado por todo y desde muy jóvenes. “Éramos una pareja inestable, pero después de la llegada de Nicky fue como que comenzamos a tomarlo en serio. Como cualquier pareja teníamos problemas de todo, peleábamos y no nos entendíamos.

Sentía que él no me entendía y él que yo no lo apoyaba. En pareja lo mejor es apoyarse, escucharse el uno al otro y eso ha ido formando una madurez necesaria para cumplir con todo lo que se debe hacer dentro una familia”, cuenta Gabriela.

Los Marquina aseguran que muchas cosas no son mostradas en el reality, como algunos conflictos comunes, y la intimidad de sus hijas; si bien estas pueden salir en algunas ocasiones, evitan que el público conozca la rutina de sus niñas. 

¿Problemas de acoso? En el caso de Carlos, no. En cuanto a Gabriela, nunca han llegado a perseguirla, pero sí ha tenido algunos inconvenientes, pues su número de celular es público por el asunto de sus cursos de maquillaje.

Cien por cien autoestima

El anuncio del segundo embarazo de Gabriela causó revuelo y más aún los kilos que iba ganando mientras avanzaba su estado de gestación. Confirma que subió casi 30 kilos, porque aprovechó su estado para darse sus gustitos.

“Lo hice porque sé que tengo la fuerza de voluntad para bajarlos. Cuando me embaracé pesaba 60 kilos y cuando nació la bebé estaba con 87. Al segundo mes ya había bajado casi todos. Ahora estoy con 63 kilos”, cuenta Gabriela.

Sin duda que le ha ayudado también la rutina de ejercicios que comenzó hace poco. Asiste de 7:00 a 8:00 al gimnasio mientras sus hijas duermen y quedan al cuidado de Carlos.

¡Matriqui a la vista!

Hace un par de meses, mientras los Marquina se encontraban de viaje en París, gracias a la invitación de una marca de celular, Carlos se animó a pedirle la mano a su novia de años.

Aunque muchos aseguran que todo fue armado, Carlos sale a aclarar que no lo fue, pues la invitación llegó solo para él y en esa primera llamada les dijo que iría siempre y cuando vaya Gabriela, pues aprovecharía la ciudad de los sueños de su pareja para pedirle la mano.

“Me animé porque es la mujer con la que comparto mi vida. Estaba seguro y decidido a hacerlo, porque no solo es una buena mujer, sino una buena madre y estamos aprendiendo prácticamente todo juntos. Eso me gusta”, enfatiza Carlos.

¡Y lo que todos esperaban en esta nota! ¿La fecha de la boda? “Lo más probable es que sea en octubre, si es que el tiempo no nos pisa. El 14, porque es cuando cumplimos siete años de estar juntos, es nuestro aniversario”, confiesa Gabriela.

Cuentan que cuando se lanzó la noticia, algunos ‘haters’ de las redes sociales criticaban la decisión de que la novia se vistiese de blanco, así que en determinado momento a Gabriela se le ocurrió vestirse de negro; sin embargo, entendió que igual surgirían las críticas, así que usará lo que más le guste.

“Mi abuelo es una persona muy creyente, así que entraré a la iglesia con un vestido color dorado claro o rosa pastel”. 

El futuro

Ambos saben que en algún momento les dirán que hasta ahí llegan, pero no se preocupan porque creen que están aprovechando para ir creando nuevas opciones laborales que los puedan mantener.

“De aquí a lo que se venga. Me puedo dedicar a lo que yo quiera, porque creo que no hay nada mejor que tener voluntad para hacer las cosas”, asegura ella.

Carlos cree que seguirá en el mundo de la TV o quizás se anime a abrir su agencia publicitaria. Solo el tiempo lo dirá.

Perfil

AMOR A PRIMERA FOTO
Carlos y Gabriela se conocieron cuando ella hizo el casting para Teens. Él ya era conductor en La Paz y la producción decidió tener presencia en Santa Cruz. Al finalizar uno de los programas, le pidieron a Carlos ayuda para elegir a la nueva conductora y entre un montón de fotos vio la de Gabriela. Ella tenía 16 años y él, 26. Un par de años después se convirtieron en padres.

 Paternal. Carlos asegura que con Conny las cosas han sido más fáciles, por la experiencia que llevan sobre los hombros
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