El cantante boliviano, radicado en el país del norte, dio un discurso en la OEA y, desde allí, aprovechó a enviar un mensaje para su país natal

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15 de diciembre de 2017, 19:05 PM
15 de diciembre de 2017, 19:05 PM

Tiene 24 años. Es talentoso. Vive pensando en música. Vive en EEUU. Él, Luis Gamarra (nacido en Bolivia), tuvo la oportunidad de dar un discurso en la Organización de los Estados Americanos y en el epílogo de su participación expresó su posición sobre la democracia en el corazón de Sudamérica.

"No puedo finalizar mi intervención sin unirme a millones de voces bolivianas, muchas de ellas de jóvenes como yo, y pedir ayuda a todos los miembros de la OEA para que no dejemos que mi país se convierta en lo que lamentablemente es hoy Venezuela", dijo el artista.

Y siguió: "Por favor, sin pensar en la izquierda ni en la derecha, quiero que en Bolivia siempre reine la democracia y que sus líderes respeten sobre todo la decisión del pueblo en las urnas como un pilar fundamental de la vida democrática y que nunca busquen la dictadura para quedarse en el poder desconociendo al pueblo. El tiempo de actuar es ahora, porque mañana por seguridad será muy tarde".

El artista Luis Gamarra junto con el secretario de la OEA, Luis Almagro

También expresó: "Como inmigrante, artista y persona, seguiré trabajando para que, mediante mi música y mis acciones, se pueda mejorar la sociedad, especialmente en problemas sociales como la homofobia y el racismo en Latinoamérica, temas, apartes de mucha importancia, que necesitan ser tomados más en cuenta y así seguir construyendo una sociedad pacifica y de igualdad".

En su intervención, el intérprete de Murallas y exparticipante del reality show La Banda, habló sobre su llegada a EEUU, su vida en Boston, su lucha constante de salir adelante como inmigrante, su amor por la tierra que lo vio nacer y sus logros como productor musical. Manifestó que se sintió "abrumado, un poco desorientado y muy dolido" por las declaraciones del presidente Donald Trump acerca de los inmigrantes mexicanos.

 

Y encerró esa idea: "Nunca voy a dejar mi identidad como boliviano, el país que me vio nacer y donde me formé como persona, pero en el momento en que toqué suelo en este país, soy más que Boliviano". Añadió: "Soy más que Latino. Soy un inmigrante y quiero decirlo al mundo con orgullo y agradecerle a Dios por haberme dado la gran oportunidad de volverme una persona luchadora, fuerte. Una persona que no solo busca mejorarse a si mismo, sino que también se preocupa por mejorar el mundo".

En uno de esos momentos el también Personaje de 2015, elegido por EL DEBER, dijo: "El inmigrante no es de una nacionalidad o país especifico. No tiene una raza, una religión o un color de piel que lo distingue. Lo que tenemos en común como inmigrantes es que entendemos el sacrificio que hemos decidido hacer para mejorar nuestro futuro y el futuro de nuestras familias". Después agradeció a las autoridades de la OEA por la oportunidad.