Todo, menos indiferente. La tercera invitada del sector Contra la pared hizo arder las redes sociales, superando el medio millar de comentarios. Mira el video

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23 de agosto de 2017, 8:13 AM
23 de agosto de 2017, 8:13 AM

Da la impresión de que queda poco por saber de ella, porque atención de los medios de comunicación no le falta. María Galindo (52) es famosa por prender la mecha de la dinamita cuando algo afecta a los derechos de las mujeres, o del medioambiente, pero poco se habla de su don para la cocina, de que es una persona muy agradable e interesante a la hora de una tertulia, de que nació en clase media alta y que por esa misma razón le costó el doble de lágrimas la discriminación por su lesbianismo, y perder su primer trabajo como profe; de que una buena parte de su look se construye con ropa usada y de que disfruta mucho de la soledad.    

“Hazme las preguntas más feas”, pidió la entrevistada, que no teme a las interrogantes punzocortantes de los seguidores de las redes sociales del Diario Mayor, aludiendo que no siempre se trata de una buena pregunta, sino de una gran respuesta. “¿Puedo saludar con un grafiti?”, consultó y arrancó: “Ni la tierra ni las mujeres somos territorio de conquista, a propósito del Tipnis”.     

¿No le gusta que la conquisten?
La palabra conquista no me gusta porque da la noción de un dominador sobre un dominado.

¿Por qué la imagen de mujer agresiva? 
En público despliego muchísima agresividad, y la reivindico. La idea de que las mujeres tenemos que ser dulces y proyectar una imagen armónica es impuesta y, por otro lado, hay que despertar la agresividad en las mujeres y generar conflicto. Agresividad y violencia no son lo mismo; violencia es insultar, pegar, destruir, y luego también hay una violencia solapada. No soy violenta, pero sí agresiva.    

Eso genera anticuerpos.Me importan tres porotos que me acepten, no me ofrezco para alcaldesa, no estoy para complacer, sino para ser libre.

Más que rechazo a María, a su discurso.

El feminismo es una ruptura no solo de contenido, sino también de métodos. Mujeres Creando ha introducido debates importantísimos en la sociedad boliviana y eso no se hace a plan de sonrisitas ni de complacencias.

¿Qué piensa de los programas y páginas de farándula?
Son la expresión de una estructura social feudal, terrateniente y retrógrada que ve en las mujeres una proyección de su poderío económico. Se exhibe a la mujer como parte de la proyección del poder viril del terrateniente, ya sea como la doña, esposa que forma parte del poder, la que provee los hijos para el terrateniente, o como el objeto sexual de deseo que ese hombre puede comprar. Detrás de eso hay una prostitución solapada. Defiendo la causa de las mujeres en situación de prostitución en Bolivia, pero creo que es muy dañina la prostitución solapada, y que es interesante cuando se da una transacción sin disfraces, y en Santa Cruz se disfraza a través de concursos y del modelaje. La prostitución de lujo y las compañeras que están en eso no se reconocen y son tremendamente moralistas.

Describa a Santa Cruz en términos morales.
Sigue respondiendo a una estructura económica feudal, terrateniente, de agronegocio y, en ese sentido, es una estructura hipócrita, moralista, racista, tremendamente machista y misógina; hay mucho acoso callejero. La élite cruceña empresarial es muy dañina, ignorante, provinciana y eso afecta muchísimo. Reconozco que sin Santa Cruz no se entiende el país, que no se puede hacer nada en Bolivia sin Santa Cruz y que es una de las ciudades más dinámicas del país, pero también es muy importante la migración colla y la relación que esa migración establece con la sociedad.

¿Viviría en Santa Cruz?
En Mujeres Creando, de lo único que soy responsable directa es de la radio y es imposible traerla. Yo sí me vendría porque creo que la piedra que lanzas acá, la dinamita que enciendes o el grafiti que escribes explosiona de una manera diferente, porque es una sociedad en un proceso mucho más dinámico que La Paz, que se ha anquilosado. 

¿Quién es María detrás de su agresividad?
Una persona muy querendona de mi gente.

¿Puede ser dulce?
Soy muy dulce, y también muy ruda, ambas cosas. La gente que trabaja conmigo en la radio sabe que creo que los movimientos sociales debemos trabajar lo mejor posible. Soy alguien que se rebela mucho contra los estándares de mediocridad instalados, luego tienes LaMia, la gran tragedia… así nomás. Hay que poner el máximo esfuerzo y eso supone niveles de exigencia. Me siento como un toro jalando todo el tiempo y en esos momentos soy muy dura. Valoro mucho el camino que hacen las compañeras, sus esfuerzos me conmueven.

¿Cómo es en casa?
Siempre he sido muy solitaria, desde wawa. Necesito estar callada porque hablo todo el día, me gusta mucho leer y estar en mis cavilaciones, así que cuando yo me retiro del espacio público soy silenciosa.

¿Hijos?
Nunca he querido ser madre. Respeto mucho a las que son y a las mujeres que no, también. En Bolivia la mujer que es madre vale más que la que no lo es, socialmente es más mujer, y no comparto esos valores. La maternidad no debería ser un elemento de definición de la condición de ser mujeres.

¿Por qué no tener hijos?
La pregunta debería ser por qué sí. Por qué las mujeres tenemos que vivir de acuerdo a una historia que está escrita antes de que nosotros decidamos. 

¿Tuvo abortos?
No, pero prefiero decir sí porque es muy legítimo abortar.

¿Por qué aludir a Evaliz en defensa del aborto?
Es muy importante, ahora menos, pero se constituyó en un personaje público por su voluntad, accediendo a privilegios por ser la hija del presidente. Creo que en ese momento Evaliz tenía 20 años, la edad en que muchas chicas quedan embarazadas y optan por el aborto, entonces creo que es una manera de interpelar a Evo Morales. Tenemos una lista de padres irresponsables, donde sacamos nombre, apellido, edad y lugar de trabajo, y esa lista está encabezada por Evo Morales. Creo que era correctamente ético porque no estamos insultando, quien aborta no es la que está lejos, sino la mujer que está cerca. 
 Eso fue algo temerario.

¿Alguna vez tiene miedo?
No tengo miedo, ni a los gobiernos ni a la Policía, ni a la cárcel. A lo único que tengo miedo es a no ser consecuente con lo que pienso y siento, a no poder hacer todo lo que sueño, tengo miedo a cómo el Gobierno va destruyendo las cosas que nos ha costado construir en tantos años. Nunca oculto mi edad, voy a cumplir 53 años y estoy en la lucha social desde los 18, son muchos años. Tengo mucho cuero.

¿Y cansancio?
También. Hay veces que me canso, ahora estoy planeando salir dos semanas de todo contacto público.

¿Cansancio moral?
No, tengo mucha esperanza y planes. Estoy ya pensando en mi próximo libro, no diré cuál es, pero será una bomba mayor que este que acabo de sacar. Pero cansancio físico sí tengo.

¿Son los 52?
No es tanto el tema de la edad, este año ha sido muy intenso y duro, muchos viajes internacionales, compromisos a nivel de país y emociones. Soy una persona que vive con mucha pasión y cuando se es muy apasionada, vives muy intensamente y te cansas más físicamente. Voy a buscar un momento para hacer una pausa, y luego volver.

En las redes preguntan si es como es por algún trauma.
No diría que trauma, pero soy una persona que sueña mucho y tengo muchas pesadillas, recuerdo muy bien mis sueños, muy extraños. Traumas no tengo.

¿Cómo fue su niñez?
Fue muy linda, yo me siento en muchos sentidos endeudada, pero para bien, con las compañeras que trabajaban en mi casa, las trabajadoras del hogar, porque yo me la pasaba en la cocina, soy una excelente cocinera, de plato típico, internacional, gracias a ellas. 

Habla poco de su familia.
Prácticamente todos han muerto. Tenía una hermana y ella murió hace muchos años, luego mis padres, incluso dejé la radio para acompañarlos, estuve ahí, sosteniéndolos.

 ¿Quién acompañará a María Galindo cuando muera?
Tal vez alguna compañera del movimiento, o tal vez sola, no me angustia, no es que diga “debería tener una hija para que me acompañe”. Yo acompañé a mis padres porque quise, me necesitaban y porque ese momento es muy duro.

¿Llora?¿Cuándo?
Sí, soy una persona apasionada. Hice una investigación sobre homofobia, yo he sufrido mucha homofobia y muchas oportunidades en el país no las he tenido por eso. Por ejemplo, me gusta mucho enseñar y sé que soy muy buena. Una vez una amiga mía me dio la oportunidad de dar clases, me botaron y lloré muchísimo porque sabía que era la última oportunidad de trabajo y porque me habían quitado lo único que me daba satisfacción, que era enseñar. Lloro en el cine, por amor, y hay situaciones que me conmueven hasta el llanto. La suspensión de la intangibilidad del Tipnis me sacó alguna lágrima.

¿Enamorada?
Soy muy enamoradiza, pero ahurita no estoy enamorada.

¿Envejecer con alguien?
No sé, pero me pienso sola, también porque no estoy dispuesta a ceder cosas importantes. 

¿Aceptaría una sesión de spa de regalo?
Si me regalan una sesión de spa para relajamiento, aceptaría, pero no me interesan las técnicas de modificación del cuerpo, vinculadas con la tiranía estética de ser flaca, blanca o joven.

¿Realmente no le afecta la presión social?
Desde chiquita he tenido un método muy bueno, saber apartarme en soledad. Es imprescindible para pensarte, mirarte y cultivar tu libertad; he sabido estar con el grupo social, pero también retirarme y pensarme por fuera. También me ayudó mucho y digo “es lo mejor que me ha pasado en la vida ser lesbiana”, porque cuando tú eres lesbiana sabes que tienes algo que es muy grave, que sale de la norma, y entonces, o te resignas a que te maltraten, o cultivas lo diferente que eres, cuidándolo. Creo que he cuidado y cultivado mi lesbianismo como algo válido y lindo. El grupo social se ha reído de mí, vengo de una clase social media alta, que es muy tiránica, pero también me he reído del grupo y eso me ayudó mucho.

¿Dónde compra su ropa?
Cuando viajo y también en la ropa usada.

María Galindo.
Atrevida y divertida.

Mujer cruceña.
Cunumi rebelde.

Modelaje.
Prostitución solapada.

Medios de comunicación.
Explotación disfrazada.

Dios.
Débil consuelo. No creo que nuestra vida esté gobernada por un sentido suprahumano, yo creo que nuestra vida está enteramente en nuestras manos.

Evo Morales.
Caudillo agotado.

El aborto.
Despenalización urgente.

Homosexualidad.
Maravilla.

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