La actriz Julia Roberts trabaja menos ya que ahora selecciona muchos sus papeles. "Me he ganado el derecho a quedarme en casa y disfrutar de ese lujo si quiero”, dice

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11 de noviembre de 2017, 13:44 PM
11 de noviembre de 2017, 13:44 PM

Los aniversarios se le acumulan a Julia Roberts. Acaba de cumplir los 50, hace ya casi 30 años que comenzó su carrera, su hijos tres hijos han entrado en la adolescencia y la actriz tiene un nuevo estreno en su carrera. “No conseguirás asustarme. No tengo miedo”, pasa página uno de los mayores iconos de Hollywood. Conversando con EL PAÍS la “novia de América” no ha perdido una gota de su belleza, de su sonrisa o de ese sarcasmo que en ocasiones se adueña de lo mejor de Roberts. “No entiendo esta obsesión por los 50 y no por los 47. Es otro día más alrededor del sol”, dice queriendo olvidar ese último 28 de octubre de su aniversario. Dice que lo pasó en familia, nada especial. Como le gusta pasar su vida desde que conoció a Daniel Moder con quien contrajo matrimonio en 2002 y junto al que tiene tres hijos Hazel, 12; Phinnaeus, 12, y Henry, 10. “Me siento genial con los 50, como me sentí el año pasado y me sentiré el siguiente”, resume de una fecha a la que no quiere dar más importancia.

El cumpleaños lo celebró en medio de la promoción de su próximo estreno, Wonder, basado en la novela del mismo título que se centra en la vida de un niño con una deformación craneofacial. Roberts leyó el libro de R.J. Palacio con su familia y le gustó tanto que quiso facilitar su producción añadiendo su nombre al reparto como la madre del protagonista. Julia Roberts se puede permitir el lujo de escoger el papel que quiere para salir de esa especie de semi jubilación anticipada en la que vive. “Nunca podría haberme imaginado la posición que disfruto, una carrera que me ha llenado tanto como la que tengo”, sopesa ahora que se cumple el 30 aniversario de Mystic Pizza, la primera película de su carrera. “Pero la mayor sorpresa es que han pasado 30 años y parece ayer. En mi interior soy la misma chica. Lo único que cambia es que me he graduado y de vestir camisetas he pasado a llevar blusa”, describe sobre estas tres décadas en las que enamoró con Pretty Woman (1990), ganó el Oscar con Erin Brockovich(2000) y que se encuentra entre las mejores pagadas de Hollywood con una fortuna valorada en unos 130 millones de euros.

Aunque el brillo de su nombre y de su fortuna habla de otra cosa, Roberts prefiere fijarse en otros logros a la hora de maravillarse de su vida. “Una vez que eres madre cambias como nunca imaginaste”, resume- “En mi familia nos podemos dar el lujo de hablar durante la cena, de reducir nuestra huella en el medio ambiente cuando preparo a mis hijos su almuerzo para el colegio en recipientes reutilizables. Me encanta cocinar a cualquier hora. Disfruto hasta haciendo la colada. Sé que mi situación es única pero también sé que me he ganado el derecho a quedarme en casa y disfrutar de ese lujo si quiero”, presume orgullosa de su vida.