Ella. María Alejandra Rocha Eid es la reina de la comparsa Piratas. No le interesa el modelaje. No se siente acomplejada por su estatura (1,56 m). Busca ayudar a la gente

El Deber logo
1 de diciembre de 2018, 4:00 AM
1 de diciembre de 2018, 4:00 AM

Nunca pudo tener una corona en el colegio. Eso a su mamá no le gustaba del todo. Quizás era un tema pendiente en su vida. Ahora ya tiene 21. Era viernes. Su papá le dijo: “Hija, la comparsa quiere que seas reina”. “Pero no va a querer mi madre”, respondió. “Si ya hablé con ella y dijo que sí”, devolvió Alberto Rocha. Y era cierto. Así, María Alejandra Rocha Eid se convertía en la reina de la tradicional comparsa Piratas.

Una pirata sin loro

No nació en la isla de los tesoros. Iba desde peladinga a los juntes de los Piratas y ya ellos la conocían. Dice que su personalidad tiene mucho de su mamá y de su papá. Y su gran tesoro no es un cofre con monedas de oro, sino su familia y su sobrinita Bruna Landívar, de apenas cinco años. Por ellos atravesaría los mares y mataría al capitán Barbossa.

Si en la vida real tuviera que vivir con un parche, un loro sobre el hombro y una pata de palo, lo asumiría. Seguiría siendo perseverante, astuta y ambiciosa, todo lo que posee un pirata de verdad. “En Piratas del Caribe, Jack Sparrow es estratégico. No tengo una pata de palo, pero soy muy competitiva. Había tantas opciones, pero los Piratas pusieron los ojos en mí y se los agradezco”, expresa.

Eso de ser una pirata mala y peligrosa no iría con ella, pero sí le gustaría aventurarse a alta mar, porque le gusta la adrenalina pura. Ya hizo salto bungee y un día se pondrá un paracaídas a la espalda y saltará a la nada. ¡Uy!

Y una ¿pirata sensual? Tampoco. Solo “alegre”. Nada más. “No necesito ser sexi para volverme atractiva. Siendo yo misma he llegado a cumplir mis objetivos”, apunta. Lo de ponerse seria, sí, pero depende para qué. Cuando debe hacerlo, le gusta rayar la cancha con mucho respeto.

Una pirata lista

Creció en medio de la popularidad de Nadia Eid. “Es una mujer completa. Es sinónimo de éxito. Es una muestra de que no solo los hombres pueden llegar a ocupar cargos importantes. Somos idénticas”, indica. No le interesa el modelaje. Será administradora de empresas.

Sus 1,56 metros no la acomplejan ante nada ni nadie. Más bien es una ventaja ante las altas, cree. En un futuro pondrá una ONG para ayudar a las mujeres que hayan sufrido un tipo de violencia o que tengan necesidades. Ahora piensa solo en el Carnaval.

Tags