Cineasta. Luego de triunfar en EEUU, en 2014 le diagnosticaron cáncer. No le daban esperanzas       de vida, pero él se aferró a sus sueños y hoy anuncia que viene a filmar por primera vez a Bolivia

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12 de abril de 2018, 4:00 AM
12 de abril de 2018, 4:00 AM


La vida le sonrió desde muy joven a Ozzy Villazón, pero también le dio golpes duros. El cineasta estadounidense, hijo de padre boliviano, que debutó como actor a los seis años, fue diagnosticado en 2014 con mieloma múltiple, un cáncer en la sangre que daña las células de la médula ósea y destruye huesos y órganos. La noticia llegó cuando se disponía a concluir el guion de su siguiente película. Tenía 39 años y muchos proyectos en mente. 

Ozzy, que superó la enfermedad, asegura que lo logró gracias a sus ganas de seguir haciendo cine, de concluir con los planes que tenía pendientes y de avanzar más en este viaje al que se embarcó desde pequeño. Ahora anuncia que llega a Bolivia para encontrarse con sus raíces y filmar una película basada en la legislación laboral que permite trabajar a los niños a partir de los 10 años. 

Villazón vendrá a fin de mes para definir los escenarios, aunque anticipó que la cinta se filmará  en Santa Cru z de la Sierra, Sucre, Cochabamba, Samaipata, Potosí y La Paz. El director vendrá acompañado de John Muto, diseñador de producción estadounidense, que ha trabajado en cintas taquilleras como Mi pobre angelito y Terminator 2, además de la productora venezolana Nathalie Sar-Shalom (El Inca). 
Asimismo, adelantó que la película contará con reconocidos actores de Hollywood, cuyos nombres aún no puede adelantar. 

Su historia

A los 42 años, Ozzy puede demostrar que su experiencia  en la industria cinematográfica no es poca. Hijo del boliviano Osvaldo Villazón, productor de la cadena de televisión estadounidense Univisión, comenzó su carrera como actor infantil en varios comerciales y películas. Se destacó su participación en el filme Street music, de Jenny Bowen, que resultó ganadora del Festival de Sundance en 1982. Después de dirigir obras en la escena teatral de Los Ángeles, como Closer, de Patrick Marber; y The blue room, de David Hare, se graduó con los máximos honores del programa de maestría de una de las escuelas de cine más importantes del mundo, el American Film Institute (AFI), donde recibió el Premio al Espíritu de Excelencia en Dirección de Richard P. Rogers.

Mientras estuvo en el AFI se ganó la reputación de crear un trabajo oscuro y visceral, que reflejaba la dura realidad de las voces marginadas por la sociedad. Su película de tesis, Silencio fuerte, se proyectó en varios festivales de clasificación de Óscar y Bafta, incluido el Festival Internacional de  Cine Guanajuato en México y Urbanworld de HBO. 

Después de casi perder la vida por el cáncer, regresó al cine más decidido y con una segunda oportunidad en la vida. Su siguiente película, Get the life, la historia de una mujer transgénero embarazada en busca de coraje para abortar, tuvo su estreno europeo en el prestigioso  Festival de Cine BFI de Londres. También se proyectó en numerosos festivales de EEUU.

“Yo no estaba listo para morir, aunque me lo dijeron. No podía caminar, no me daban esperanzas. Pero yo quería salir adelante, las quimios me dejaron mal, pero yo luchaba porque tenía ganas de hacer muchas cosas. Y aquí estoy”, expresa Ozzy, quien añade que le interesa hacer películas con temática social, sobre gente que lucha por sus derechos. Por eso quiere hacer este trabajo sobre los niños que luchan por el suyo. De paso cumplirá el sueño de visitar la tierra de su gente.

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