Paola Coimbra cumplió 40 años el mes pasado. El modelaje y la televisión quedaron atrás. Ahora es ‘influencer’ de firmas que apuestan por su belleza y sofisticación

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25 de abril de 2021, 16:24 PM
25 de abril de 2021, 16:24 PM


Foto: Sergio Chuquimia; Vestuario: Rosa y Gris. Arreglo personal:  H20 Hair Studio

Cualquiera pensaría que 2001 fue la mejor época de Paola Coimbra Antipieff, pues recibió las coronas de Señorita Santa Cruz y Miss Bolivia Universo, y pocos meses después la de soberana del Carnaval cruceño 2002. Sin embargo, hoy, 20 años después, quien la ve comprueba que la reina de belleza sigue idéntica e incluso más linda que en sus épocas de coronas y desfiles.

El mes pasado cumplió 40 años y se siente completa y realizada. Se le nota, destila femineidad y felicidad. “Es la mejor etapa de una mujer, cuando sos madura, pero te sentís joven y con todas las fuerzas para vivir a plenitud”, expresa.

Aunque se alejó de las pasarelas, las firmas la buscan como ‘influencer’. En Instagram se mueve como pez en el agua; zapatos, carteras, fragancias y joyerías apuestan por ella. La beldad mantiene un perfil de sofisticación, aunque de vez en cuando se atreve a lucir su trabajada figura.

Lo de influencer llegó sin que lo planee. Cuenta que una vez publicó un comentario sobre un producto de belleza, este ganó miles de ‘me gusta’ y la marca la contactó para trabajar con ellos. Como parecía algo simple, aceptó.

Después la buscaron otras empresas y de un momento a otro se convirtió en una cotizada influenciadora.

Tan simple no resultó ser. Tuvo que aprender sobre redes sociales, a lidiar con los comentarios y también a verse impecable en su día a día. Asegura que es un trabajo diferente, pero con las mismas exigencias y responsabilidades que cualquier otro.

Paola tiene sus reglas claras, no muestra la intimidad de su familia y elige las firmas con las que se siente identificada.

Nueva normalidad

Le hubiese gustado celebrar el cambio de dígito, pero no se pudo. Las restricciones sanitarias y un accidente cerebrovascular de su madre lo impidieron.

Antes de la pandemia era una de las invitadas infaltables en los eventos sociales más importantes, pero, especialmente por el tema familiar, extrema cuidados y salidas.

“Con el paso de los años, los hijos nos convertimos en los padres de nuestros progenitores. Hoy me toca devolver con el mismo amor lo que me dieron cuando era una niña”, comenta.

Sobre la televisión dice que quedó en el pasado y considera que es un capítulo cerrado. Lo que sí se trae entre manos es retomar su profesión, el Derecho.

Cuando no está en sesiones de fotos, es esposa y mamá a tiempo completo, lleva 11 años de feliz matrimonio con Fabio Gutiérrez y tiene dos hijos, Fabianne (8) y Akim Gutiérrez (4).

Con el paso de los años los hijos nos convertimos en los padres de nuestros progenitores”

“Es la mejor etapa de una mujer, cuando sos madura, pero te sentís joven y con todas las fuerzas para vivir”