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Paula Ibáñez: “Todavía me da chiste cuando me dicen divorciada”
La humorista de Chaplin y conductora de Enhorabuena, Paula Ibáñez, resurge de sus cenizas con una gran sonrisa, luego de que su matrimonio se disolviera
Cuando era una niña, veía a sus padres ir a Chaplin y quería colarse, pero no la dejaron hasta cierta edad, cuando en su primera ida decidió que el humor era lo suyo, porque desde chica ya se consideraba chistosa.
Paula Ibáñez (26), licenciada en Comunicación Estratégica y Corporativa, y conductora de Enhorabuena, empezó en Chapliniños y ahora integra el elenco principal de Chaplin y de Brujangas.
Ama sonreír, y a pesar de que no hace mucho dejó de practicar al pasar por el trance del divorcio, ya está resurgiendo de sus cenizas. Tiene una muy buena razón para hacerlo, su hija María Andrea Aspiazu, de un año y cuatro meses. “Cuando uno se convierte en madre tiene una fuerza que desconocía, por ella intenté muchas cosas. Su padre está presente, nos divorciamos, pero él comparte mucho tiempo con mi hija, tenemos tutela compartida. De todos modos otra cosa es estar sola, se vienen muchos miedos a la cabeza.
No puedo negar que a veces es duro, por eso siempre digo que mi trabajo es una terapia, porque cuando entrás al escenario dejás tu mochila emocional y eso ayuda a superar cualquier problema”, confiesa la atlética rubia, que además se da tiempo para practicar deportes.
Por el momento no ha iniciado nueva relación, Paula asegura que está concentrada en sus trabajos, en busca de salir adelante. Cree que al ser divorciada tan joven, la vida más bien le ha dado lecciones que la llevaron donde ahora se encuentra. “Tomo todo por el lado amable, lo convierto en chiste; es más, me da chiste cuando me dicen divorciada, creo que eso es aún un tabú y que los ojos de la sociedad se vuelcan hacia vos cuando eso sucede. No debería ser así, yo sigo siendo la misma, pero mejorada, ya que tengo un gran plus, mi pequeña. Todos los que atraviesan un divorcio deberían tener claro que eso no tiene por qué etiquetarlos. Cuesta entenderlo, pero con el tiempo uno disfruta las cosas hermosas de la vida; estoy aprendiendo a vivir, con altos y con bajos”, dice una renacida Paula.
En cuanto a la televisión es su primera vez junto a Enhorabuena, y asegura que le encanta por la sinergia que ha logrado con sus compañeros de set, a quienes llama más cancheros que ella. “He metido la pata mil y una vez y sigo haciéndolo, pero creo que en el proceso uno va aprendiendo. Siempre digo que quiero mostrarme como soy y se me ha permitido, porque soy muy cómica y un poco torpe. Ya me he comido muchos papelones, pero siempre me divierto y así mejoro.
En la mañana está en la pantalla chica y en la noche en Chaplin, en ambos casos tratando de hacer reír al prójimo. Si bien la procesión ya no va por dentro, no quiere dejar atrás el ritual que le permitió conectarse con la infante chistosa y soñadora que quería hacer humor de por vida. “Soy una mamá divertida, estoy volviendo a ser la niña de antes y todos deberían hacer lo mismo. Al despertar y al dormir, acostumbro dejar de lado el celular, meditar, respirar, para así conectarme conmigo y con el mundo”, finaliza.