Tiene casi 300.000 seguidores en Instagram. Es guapísimo, alto, pelirrojo, delgado y tatuado. Su larga melena, sus ojos azules y su frondosa cabellera cautivan en las redes sociales, pero Gwilym Pugh (36) no siempre fue así.

El ahora popular modelo (Rugby, Inglaterra, 1984) hace tan solo 10 años era un analista de riesgo que pesaba 127 kilos. Tenía una apariencia desaliñada y una tez muy blanca, por no exponerse al sol.

Su gran transformación se produjo cuando se dio cuenta cuál era su estado de salud al meter sus datos en un programa para contratar un seguro de vida, según reveló en una entrevista para The Telegraph. Pugh descubrió que tenía un mayor riego de muerte que otras personas debido a su sobrepeso. Su alimentación era terrible, apenas salía de su casa y arrastraba las secuelas de un accidente ocurrido en su adolescencia.

Las alarmas saltaron y empezó a cuidarse: "dejé de pedir comida basura a domicilio y me propuse no estar sentado 10 horas al día". Se inscribió a un gimnasio y a clases de guitarra. Entró a un grupo de música y fue su peluquero quien se sugirió la renovación de su imagen. "Si ahora estás en una banda, ¿por qué no te dejas barba?", le dijo.

Gracias a su perfil de Instagram y esa barba pelirroja, Gwilym captó la atención de un fotógrafo que estaba trabajando en un libro sobre barbas: la suya protagonizó la contraportada. En el 2013 despegó su carrera como modelo. Se mudó a Londres y fue fichado por una agencia de modelos, entonces abandonó su antiguo trabajo.

Desde entonces Gwilym ha estado en campañas de Vans, Diesel, Timberland, BMW, LG y en editoriales de moda de publicaciones masculinas como GQ. Ha desfilado por todo el mundo e incluso ha protagonizado una campaña publicitaria con David Beckham.