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22 de septiembre de 2017, 9:20 AM
22 de septiembre de 2017, 9:20 AM

Todo el mundo lo sabe, pero nadie lo habla. No son leyendas urbanas. ¿Que tiene en la cabeza una chica hermosa para aceptar prisión sin delito? Pasa demasiado en México, está sucediendo en Santa Cruz, ocurre en muchos lugares del mundo.

Son varias las peladas que tenían un prometedor horizonte, que estaban en su minuto de gloria, y que creyeron que ese momento era la única y última oportunidad de la vida para asegurarse el futuro y de la familia, ‘enrolándose’ en una relación interesada en que el pegamento es la plata.

Algunas exmodelos, otras exreinas de belleza, hasta exemprendedoras, no son más que trofeos para ciertos tipos, que en algunos casos ‘compran’, a su modo, seres humanos. Y la mayoría de esas chicas son ‘ex algo’ porque, luego de aceptar un ‘romance’ de esa clase, se ven obligadas a desechar títulos y sueños, sometidas a las condiciones de una prisión, con la particularidad de no haber cometido mayor crimen que fallarse a sí mismas y a sus capacidades.

Se borran del mapa y creen que embarazándose de alguien, que muchas veces ni siquiera les atrae físicamente, asegurarán su futuro, a costa de estropear su felicidad, esa que se abona con las cosas más simples de la vida. En la era de las feministas acérrimas, hay que ver qué flanco atacar: si los discursos machistas, que son el fruto, o el origen, la escasa fe en ellas mismas.

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