Renovada. Sigue batallando con temas judiciales, pero no desmaya. La joven está en la TV y esta vez para triunfar

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29 de noviembre de 2018, 4:00 AM
29 de noviembre de 2018, 4:00 AM

Fue en 2014. Recibió una terrible llamada, sin previo aviso. Estaban demoliendo una parte de su casa. Habían pasado pocos días desde la muerte de su padre, que le heredó la responsabilidad de apoyar a su madre y a su hermano menor, pero también un interminable juicio familiar por un inmueble.

Este año ocurrió el desalojo de su familia. Ella iba a Brasil para comprar ropa. No había nada que hacer, Rachelle Sharon Guislain, la famosa modelo de Calle 7, se quedaría sin hogar. Algunas de sus cosas estaban dentro y otras, en la calle cuando una amiga le avisó la noticia. “Todavía vivíamos ahí y cuando todos estábamos trabajando, nos sacaron”, recuerda. 

Ella, su madre y su hermano alquilaron una tienda para poner su negocio de ropa, pero con las eventualidades decidieron trasladarse allí y continuar su trabajo.

La bella modelo ya no estaba en la televisión y quería "dar la vuelta a la página". Decidió buscar otras oportunidades en el extranjero. “Tengo nacionalidad francesa, así que hice mis maletas, pero un día antes de partir, me llamaron de Megavisión para que fuera la coconductora de la revista Buen día”, cuenta.

No viajó al país de Emmanuel Macron, pero sí a Uruguay, porque ya tenía planificada su partida. A los pocos días volvió a Bolivia para perseguir su sueño: la TV. Sí, otra vez. “Esta experiencia, que sucedió hace apenas un mes, me devolvió las ganas de vivir y luchar”, complementa.

Nació para sobresalir

Desde que era niña supo que quería ser una mujer pública. Estuvo en cursos de ballet y gimnasia. A los ocho años encarnó a Isabelita en la serie boliviana Coraje salvaje. Apenas un tiempo después grabó El marcianito, un tema infantil de Fernando Yabeta.

Hizo el casting para Unitoons y quedó entre los 20 preseleccionados. No ingresó al elenco televisivo, pero grabó varios videos promocionales del programa con figuras, como Bonny Lovy y Anabel Angus.

En el colegio se destacó por ser deportista. Obtuvo una beca e integró las selecciones de basquetbol y voleybol de Santa Cruz. Estudió Derecho, pero siempre supo que lo suyo era la Comunicación Social. Soñaba con unir ambas carreras y hacer un programa, como Caso cerrado, de la doctora Polo.

En 2012 se lanzó a las pasarelas. Compitió por la corona del Miss Santa Cruz. No ganó, pero muchas puertas se le abrieron en el modelaje. Ese mismo año representó al país en el Miss Intercontinental, en Alemania, y quedó en el top 30 gracias a su figura bien trabajada. Fue reina de los Creidazos en 2014.

Ese mismo año realizó el casting de la primera temporada de Calle 7. Ingresó al reality show de Unitel como reemplazo de Yenni, la ‘mujer de hierro’, y ahí tuvo que enfrentar el bullying cibernético.

“Me hacía daño la crítica de la gente. Ahora ya sé lidiar con todo eso y me río”, expresa. Un mes después de su ingreso, dejó el programa y lanzó su marca de ropa con su nombre. Fue entonces cuando comenzó un pleito legal (por su casa), que derivó en un largo calvario aún sin final.

Sin embargo, continuó coqueteando con la pantalla chica. En 2017 conducía el programa Santa Cruz crece en ATB. Duró un corto tiempo. “No me despidieron ni yo quería irme, pero no podía continuar en el canal con los problemas que aún enfrentaba en los juzgados”, cuenta.

Ahora, con una nueva oportunidad en la tele, se siente con más ganas de seguir peleando contra los obstáculos. Ya empezó a estudiar para convertirse en comunicadora. Aprendió a ver la vida de forma más positiva.

“Siento que ningún problema me quita el sueño y que tengo todas las capacidades para trabajar y salir adelante. Me encanta lo que hago y a todo le pongo amor”, apunta. Ella, la escultural rubia, está de vuelta.

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