El nuevo rey de Inglaterra es considerado un monarca con gustos un tanto extravagantes y peculiares

22 de septiembre de 2022, 11:46 AM
22 de septiembre de 2022, 11:46 AM

Como toda figura pública y ahora con más razón, el rey Carlos III de Inglaterra se encuentra bajo el escrutinio mundial. Y es que, desde la muerte de Isabel II, el 8 de septiembre, su hijo pasó a ostentar el trono a los73 años, y hoy se dice de todo del nuevo monarca. 

"Petulante, extravagante y entrometido", así lo describió el periodista británico Tom Bower en su libro El Príncipe Rebelde, que publicó en 2018, luego de entrevistar a 120 personas del entorno del ahora rey. En este detalla algunas costumbres del monarca, que solo viaje en aviones o trenes privados, y que lleva su propia comida y cócteles a donde va. "Previo a su llegada a cualquier evento, su guardia personal lleva el martini del príncipe y el vaso en el que lo consumirá", contaba. Además, no dejaría que nadie se atreva a probarla, así que no es de compartir.

Allí relata que años atrás, para la visita a casa de unos amigos en el norte de Inglaterra, Charles ordenó trasladar los cuartos de él y de su esposa a la casa de sus huéspedes, despachando "camiones con sus muebles, su cama, sus sábanas, retrete, licor, agua embotellada e, incluso, retratos".

La periodista Tina Brown, en su libro The Palace Papers, corrobora que "la única confirmación de su llegada a un acto (de Carlos III) es la llegada del camión con sus pertenencias, mientras este no llegue, uno no puede estar tranquilo".

Paul Burrel, que fue mayordomo de Isabel II, contó en el documental Serving the Royals: Inside the Firm, de Amazon Prime, que son muchas las manías de Carlos. La mayoría de sus exigencias se vinculan con la ropa, como que su pijama y los cordones de sus zapatos deban plancharse todos los días. El hijo de Isabel II no podría meterse en la cama sin que su pijama esté planchada y necesitaría dormir con las ventanas completamente abiertas, incluso en invierno.

Su rutina en el baño también es peculiar, el rey exigiría que su bañera tenga  18 centímetros de agua, a 20 grados, tarea encargada a una doncella cada mañana. Esta misma empleada debe asegurarse que el tapón de la bañera y la toalla estén en una posición fija y cómoda para su jefe. 

En el baño también lo ayuda su mayordomo, el encargado de poner, cada vez que se lo requieran, 2,5 centímetros de pasta dental en el cepillo de su amo. 

Y eso no es todo, según la periodista británica Tina Brown, Carlos III viaja con un inodoro a todos lados, debido a que cualquier otro le parece incómodo, y solo usa papel higiénico Kleenex Velvet

Para vestirse lo ayudan dos personas, y Carlos se cambia de ropa hasta cinco veces al día. 

Un gruñón sin disimulo

Tras la muerte de Isabel II circularon videos que muestran el carácter del rey. En uno de ellos, tras jurar el cargo, pasó a firmar los documentos correspondientes, y se lo pudo ver exigir de mala manera e insistentemente a un asistente que quite el tintero de la mesa, que tenía a unos centrímetros de él. 

En otro, también con documentos de por medio, se molesta por mancharse con la tinta de un lapicero después de firmar unos papeles. "Odio esto. ¡No puedo soportar esta maldita cosa!" o "Es asqueroso todo el tiempo", expresa tras pasarle el lapicero a su esposa y tratar de limpiarse con un pañuelo.