Con el dinero que ganó en la Expocruz 2017 remodeló su casa para abolir los recuerdos que le dejó a su madre Katharina, la muerte de su padre hace ocho meses. Su madre, llegó ese día desde Canadá. Conmovedor

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27 de noviembre de 2017, 6:00 AM
27 de noviembre de 2017, 6:00 AM

Son las 4:20 de la madrugada del jueves. El vuelo que procede de Canadá acaba de arribar. Afuera, en la zona de espera de llegadas internacionales, Sara Peters espera impaciente. La modelo que fue una de las sensaciones en la Expo 2017 tras su aparición -descubierta por el fotógrafo Marvin Rodríguez-  ansía con abrazar a Katharina, su madre, a la que no ve desde que sus hermanos y ella optaron por enviar a Canadá para alejarla de los recuerdos tras el fallecimiento de su padre, víctima del cáncer.

Hay  mucha caras de sueño alrededor, pero la de Sara resalta como un contraste. Sus tacones altos y sus ojos azules provocan que no pase desapercibida. De pronto y entre la maraña de pasajeros aparece su madre Katharina; Sara corre hacia ella y se funden en un abrazo estremecedor; la modelo vuelve a ver a su madre después de ocho meses. Pero no acaba ahí, porque Sara le tiene preparada una sorpresa mayor: Remodeló la casa en la que vivía para que su madre encontrara otra realidad, una muy distinta.

Katharina y Sara disfrutando del regreso de la madre de la modelo desde Canadá. Fotos: Marvin Rodríguez 

Tras cargar las maletas en una camioneta blanca que conducía su hermano Cornelius, partieron rumbo a Villa Nueva, la comunidad a unos 55 km al este de la ciudad. Descartó una salteñada en el trayecto desde Viru Viru porque quería llegar rápido. Allí, Katharina se iba a encontrar con algo muy distinto a lo que dejó: una casa totalmente remodelada por Sara, gracias al dinero que ganó durante la Expocruz 2017. Cerca de las 6:00, la camioneta llegó y lo primero que su madre hizo fue abrazarla con una emoción única.

La casa lucía distinta. En poco más de un mes, Sara agarró un bolígrafo y un papel, diseñó una nueva distribución y no dudó en contratar albañiles al día siguiente. Quería tener a su madre cerca pero que no encontrara la misma casa para que los recuerdos no la agobiaran. Pensó, en principio, comprarse una motocicleta -una de sus pasiones- pero tuvo que renunciar a aquello por  darle una vida mejor a su madre. Estando en casa Sara hizo de guía turística mostrando cada rincón remodelado y cómo lucía todo ahora.

Así rayó cómo iba a quedar su casa

“Siento que me voy a desmayar”, dijo Katharina entre sonrisas. A un costado miraba fijo su hermano Cornelius, el mayor de los cuatro (Annie, Abram y Sara son los otros tres de la familia) que se mantuvo atento a too. Antes de entrar a la casa, había que sacarse los zapatos para no dejar tierra y fue por eso que en una de las fotografías de su llegada aparece descalza junto al resto de su familia. Su felicidad era única y la del resto de sus familiares, también. Su objetivo se había cumplido ya que su madre no paró de agradecer el gesto.

Hasta poco menos de un año,Johan, su padre, falleció víctima del cáncer. Su madre y toda la familia sufrió mucho y cuando sus hijos optaran porque se fuera a Canadá, Sara quedó sola y tuvo que ser acompañada por su prima en una casa que lucía vacía. Fue para destacar el apoyo que recibió de pinturas Coral que decidieron darle una mano a la idea; primero con solo pintura, pero después poniendo a disposición a pintores.

Momento inolvidable junto a toda su familia. Foto: Marvin Rodríguez

“Es la primera noche en ocho meses que voy a poder dormir tranquila”, dijo la rubia de ojos grandes. Lo de Sara fue un gesto único. A sus 21 años encara uno de sus momentos inolvidables, respaldada por su fotógrafo Marvin Rodríguez. Y va por más, porque ella admite que tiene muchos sueños por cumplir, aunque ahora, en este momento, quiere ser feliz al lado de su madre a la que sorprendió con una casa remodelada.

Así quedó el living. La pintura se la regaló Cora. Foto: Marvin Rodríguez