Valores. Acostumbrado a ejercer el liderazgo en los vestuarios, el exarquero transmite las vivencias de un equipo a su familia. La unidad, dice, es la clave

18 de marzo de 2022, 10:00 AM
18 de marzo de 2022, 10:00 AM

Estuvo cara a cara ante los mejores delanteros del mundo. Con sus guantes y su confianza logró parar a las rutilantes estrellas del fútbol. En el terreno de juego, Ronaldinho y Messi sufrieron por su personalidad. Sergio Galarza, ídolo en la cancha, se bate a diario solo con tres adolescentes para

no salir goleado. En casa, puertas adentro, el cintillo del capitán no condiciona. Ahí le toca lavar, cocinar y atender a su familia.

Forman un equipo capaz de afrontar las más insospechadas
aventuras. Al frente, un líder forjado en miles de batallas futbolísticas, trata de inculcar las responsabilidades que conlleva la vida.

El exarquero y director deportivo de Oriente Petrolero, Sergio Daniel Galarza Soliz (46), no solo es padre de Sergio Daniel (17) y de los mellizos María Noel (16) y Esteban (16). A diario, cumple “funciones” de amigo, de entrenador y de árbitro para mantener la unidad en el seno familiar.

"Trato de ser más amigo y ganarme su confianza para que me cuenten sus cosas”. Entre la infinidad de roles que desempeña, el excapitán de la selección boliviana prefiere tejer una relación basada en el diálogo y la comunicación. La complicidad con sus hijos se afianza en unas reglas claras que “todos debemos cumplir”. Una de ellas, quizá la principal, consiste en respetar los horarios y los encuentros familiares.

La cercanía con los suyos le permite encarar cualquier tipo
de situación que ocurra. “He tratado de inculcarles los valores
necesarios para que sepan diferenciar qué es lo bueno y también cuándo decir que no”.

Los riesgos, como en el fútbol, pueden marcar la frontera del éxito. Por eso, “es vital que sepan tomar decisiones y
reconocer las responsabilidades”, sentencia.

Ser ejemplo en la vida
Pasó muchos años ordenando defensas y acompañando a jóvenes porteros. Sus consejos deportivos han enderezado el rumbo de muchos jugadores que veían en él un ejemplo a seguir.

Sin embargo, confiesa que no es un gran consejero cuando se
trata de guiar a sus hijos. “Me gusta más pregonar con el ejemplo”, revela.

Sergio trata de compartir muchos momentos con los chicos. 
Por ahora, los tres se encuentran en etapa escolar y los estudios ocupan buena parte de su día.

Por ello, organiza actividades que les permita encontrarse como familia. 

La unidad es la clave
El almuerzo forma parte de esos momentos en los que todos deben encontrarse. No hay excusas, salvo los viajes por su trabajo acompañando a Oriente Petrolero.

En torno a la mesa intercambia los momentos vividos en el
día o los anhelos que inspiran a cada uno. “A María Noel le gusta la cocina, le gusta emprender. Le damos nuestro apoyo y compartimos ideas para impulsar sus proyectos”, explica.

Las metas que se proponen forman parte de esas conversaciones que surgen en los momentos de intimidad. “Estoy abierto a que hagan lo que los hace felices. Siempre voy a estar con ellos”, asevera.

Como jugador profesional empezó muy joven a defender el arco de Real Santa Cruz. Ahora vuelca su experiencia con
sus hijos, a quienes alienta a arriesgarse para concretar
sus sueños. “Si no arriesgan, no se equivocan”, replica.

Con los dos varones, Sergio Daniel y Esteban, la conversación es más monótona. El fútbol es la pasión compartida. Ambos
forman parte de las divisiones inferiores de Oriente y encuentran en su progenitor algo más que un ejemplo en lo deportivo.

Como padre, Sergio destaca el valor de la unidad para encarar
la vida como familia. “Los más duros momentos que puedan
pasar, los problemas de salud que puedan surgir, los hemos
superado al mantenernos juntos. La unión nos hace salir fortalecidos de estas situaciones”.

El complemento de la unidad, afirma, se sostiene en la independencia que ha adquirido cada uno de sus hijos. “Tienen su forma de ser, son diferentes, y por eso, llega un momento en que nos necesitamos, nos complementamos”. Esa es la base de un núcleo que ha tejido intensos lazos de unión entre ellos.

Se muestra reacio a ofrecer un consejo para los padres en
su día. No es su estilo, dice. Aún así, recomienda mucho diálogo y comunicación, cargado de amor.

Foto: Pablo Manzoni