Exmagnífica. Hoy, Lorena Villalobos está casada desde hace 12 años y es madre dos niños. Venció una grave enfermedad y se unió al Centro Cristiano Familiar

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18 de enero de 2019, 4:00 AM
18 de enero de 2019, 4:00 AM

“Valoramos lo que no tenemos o estamos por perder. Y recién nos damos cuenta de que hay alguien superior que nos puede ayudar. Eso me pasó cuando en 2011 me detectaron neumotórax espontáneo, que perforó uno de mis pulmones y tuve un desajuste en mi sistema nervioso. Mi vida estuvo en riesgo. Ahí fue que me acerqué al Señor, y no solo me sanó, sino que me cambió totalmente”, contó Lorena Villalobos de Justiniano, que integró las filas de las Magníficas de 2001 a 2006.

Nació en Trinidad hace 37 años, estudió Administración de Empresas en la Uagrm, está casada con Ernesto Justiniano Urenda y es madre de dos niños: Danna (11) y Ernesto (8).

Linda, elegante y de agradable charla, Lorena dice que la paz que irradia nace de su corazón y que la consiguió acercándose al Señor.

Asegura que dejó atrás la época de las pasarelas o el sueño de convertirse en reina de belleza. “Antes tenía una vida vana, era débil, negativa, temerosa e insegura. En cambio, ahora soy fuerte, segura y enfrento sin temor cualquier cosa”, comenta.

Su vida

Gira en torno a Dios y a su familia. Forma parte del Centro Cristiano Familiar. Allí hace de todo un poco, canta, lidera el Ministerio de Alabanzas, predica y desde hace seis meses da clases de Estudios Bíblicos.

Tiene el apoyo de su esposo y de su familia, que son el motor que impulsa su vida, expresó.

Dice que es como una ‘mamá gallina’, que cuida minuciosamente a sus pollitos.

“Los hijos son el reflejo de sus familias. Los padres debemos dirigir su educación. Si hubiese diálogo, amor, respeto, confianza y se estableciesen límites, no estaríamos lamentando hechos violentos”, manifestó Lorena.

“Mi madre decía respecto a la educación de los chicos: ‘En una mano la miel y en la otra, la hiel’. Y eso es muy cierto. Amamos a nuestros hijos y queremos darles todo, pero hay que ser firmes con los límites”, añadió.

Le encanta cantar

En Trinidad le dicen El ruiseñor de Beni, por su voz. No es cantante profesional, pero cada vez que puede toma un micrófono y canta, pues eso la hace feliz, y más aún si es alabando a Dios.

Lorena dice que es una mujer plena, que encontró un equilibrio en su vida, aunque para alcanzar ese estado tuvo que sufrir y equivocarse.

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