Solo asistieron 25 invitados y hubo un hermetismo total. Te mostramos las postales oficiales del evento

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6 de julio de 2019, 14:52 PM
6 de julio de 2019, 14:52 PM

El príncipe Harry y Meghan Markle siguen haciendo las cosas a su manera y marcando distancias con las tradiciones de la realeza británica, como demostraron de nuevo este sábado en el bautizo de su primogénito, Archie Harrison Mountbatten-Windsor

Los duques de Sussex celebraron la importante cita en el Castillo de Windsor, a las afueras de Londres, en un acto privado al que solo asistieron 25 personas, entre ellas familiares y amigos muy cercanos, lejos del foco de los medios de comunicación y de la ciudadanía británica. 

Tras la ceremonia, la casa de Sussex difundió dos fotos y en ellas, se ve por primera vez y con claridad el rostro del bebé. En la primera foto posan los padres, Archie, su tío Guillermo y Kate Middleton, el príncipe Carlos y Camilla Parker-Bowles, Doria Ragland (madre de Meghan) y las hermanas de Lady Di, Lady Janes Fellowes y Lady Sarah McCorquodale. En la otra, en blanco y negro, se ve a los padres con su bebé. 

Meghan, Harry y Archie

En contraste con los bautizos de los tres hijos de Guillermo y Catalina, el de Archie, el séptimo en la línea de sucesión al trono, estuvo marcado por el ya habitual secretismo de Meghan, muy celosa de su intimidad y, desde ahora, de la de su primogénito. 

Tan poca información han revelado los padres, que ni siquiera se conoce el nombre de los padrinos, aunque sí ha trascendido en medios británicos que "son amigos de la pareja", pero no personajes públicos. 

El bautizo, por tanto, ha sido un evento de bajo perfil para los estándares de la realeza de este país, en el que tampoco ha estado presente la bisabuela de Archie, la reina Isabel II de Inglaterra, quien ya indicó que tiene este sábado otros compromisos. No es algo inédito en la monarca, ya que el año pasado tampoco asistió al bautizo de su bisnieto el príncipe Louis. 

Los pocos datos confirmados

El palacio de Buckingham confirmó, por ejemplo, que Archie llevó una réplica, elaborada en 2008, del mantón bautismal color crema que lució por primera vez la primogénita de la reina Victoria en 1841 y que, desde entonces, se ha utilizado para todos los bautizos reales, incluido el de Isabel II, en 1926. 

El bisnieto de la monarca inglesa fue bautizado por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, con agua del río Jordán sobre la pila 'Lily Font', una obra de orfebrería elaborada por los joyeros E. J. y W. Barnard en 1840, también a petición de la reina Victoria, que representa "la pureza y la nueva vida" y que la familia real utiliza en estas ceremonias. 

Críticas

Tanto hermetismo de parte de los duques ha caído mal entre la población inglesa. 

El académico Chris Imafidon, miembro de la Sociedad Real Histórica, opinó este sábado que un bautismo real debería ser un evento público, aunque dijo que entendía por qué este caso es diferente. "Resulta fascinante que este es el primer bebé que puede ser rey o un presidente estadounidense o africano en potencia. No hay otro bebé como este. Él encarna a países diferentes", declaró el experto a los medios a las puertas del castillo de Windsor.

Por contra, la biógrafa real, Penny Juror, ha considerado un "error" la decisión de la pareja de querer mantener la ceremonia y el bautizo en privado tras haber gastado millones de dinero público en la restauración de su nuevo hogar. 

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