Modelo en la mira. Alejandra Sánchez está por concluir su internado en un hospital público y quiere llegar a la pasarela

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5 de julio de 2019, 4:00 AM
5 de julio de 2019, 4:00 AM

Coqueta. Abre sus grandes ojos cafés, levanta una profunda mirada y la sostiene de forma muy cautivadora. Esa es su arma y ella lo sabe. Posa como si lo hubiera hecho toda la vida y la cámara la ama. Ella es Alejandra Sánchez Pinheiro. Será doctora, pero coquetea con el modelaje, más bien éste intenta seducirla desde hace muchos años, y ella está a un pelo de caer.

La joven, de 23 años y 1,60 metros de estatura llama la atención por donde camine por su figura y su seguridad. Cree que es pequeña para un concurso de belleza, pero eso no la intimida. Optaría por el modelaje publicitario, porque un reinado requiere mucho tiempo y, por ahora, ese es su bien más preciado.

Su pasión

A fin de año terminará su internado en el hospital Bajío del Oriente, donde cubre turnos de hasta 36 horas seguidas. “Es muy sacrificado, pero llena el corazón el ver a la gente recuperar su salud y percibir su gratitud”, expresa.

Le gusta tanto lo que hace, que en sus tiempos libres solo mira en la televisión series de hospitales y emergencias para descubrir posibles casos y ver cómo lo enfrentan los profesionales. La última que atrapó su atención fue The good doctor, y cree que refleja una parte de la realidad que se vive en los centros de salud. “Te encuentras con todo tipo de personas y situaciones, pero siempre debes tener la predisposición de ayudar, curar y dar consuelo”, expresa.

Al finalizar el internado planea especializarse en Dermatología para cuidar la piel de la gente y realzar su belleza.

¿El modelaje pa’ cuándo?

Su hermana menor, Stephany Sánchez, ganó la corona del Miss Mesoamérica Internacional en 2017 y es quien insiste en que Alejandra se anime a trabajar como modelo, porque ve un gran “potencial” en ella. “Siempre me invita a sus eventos y me pide que participe”, revela.

“Recibí muchas ofertas, incluso en distintas oportunidades me propusieron trabajar como azafata en la Expocruz, pero no podía comprometerme. Ahora que terminaré mi carrera deseo probarme”, asegura.

“No creo que ser modelo le quite seriedad a mi profesión, porque ambos trabajos requieren de mucha dedicación y esfuerzo”, enfatiza.

Su figura no es producto de la suerte, ella asiste al gimnasio tres veces por semana para desestresarse con las pesas. Nunca le gustó pasar desapercibida, así que se inscribió a cursos de maquillaje profesional para verse impecable y bien arreglada a diario.

“No estoy descuidada ni después del turno más largo”, afirma mientras se retoca el polvo de las mejillas y aplica un labial mate para continuar enamorando a la cámara.

Tranquila. No es una chica fiestera. Prefiere ir al cine y a comprar maquillaje
¡Alerta hot! Alejandra (izquierda) posó en dos sesiones con su hermana Stephany (derecha)