Toc, toc, toc... los tacos avanzaban rápidamente, sorteando las losetas del tercer anillo externo de Equipetrol. Llegaron. Ahí estaban algunas. Unas acomodándose el tocado, otras sacándose una selfi y más allá pintándose la boca.

Eran las 21:00. Unos elefantes gigantes y dorados emergían desde el salón. Se movían las telas de colores. Todos los detalles eran alusivos a la India y faltaba un letrero -también grande- que dijera que ahí solo se admitían mujeres amantes del Carnaval.

La Fashion Night, en su undécima versión, reunió a 1.800 damas que recurrieron a su creatividad para destacar en la indumentaria. Hubo las que llevaron las orejitas de Minnie Mouse y las bomberas sensuales que buscaban apagar un incendio. En medio de ellas, se ‘elevaban’ las Kuña Porá, que organizaron la cita fiestera.

Las anfitrionas y la reina Carola González llevaron indumentarias elaboradas por Rodolfo Pinto. Y todas se mezclaron con las convidadas en la pista de baile que fue salpicada por las notas musicales de Poker.

Esta vez el número de las asistentes creció a tal punto que se habilitó todo el salón Conquistador del hotel Los Tajibos. Y las manillas ya estaban agotadas tres días antes de la locura.

Después del reventón, las Kuña Porá miran al corso del 2 de marzo. Durante ocho años consecutivos han llegado al primer lugar en la categoría de alegoría universal y también fueron primeras en las precas, en la regional; saborean el noveno premio. Ellas y todas solo desean seguir saltando.