Su estructuración e implementación requiere del desarrollo cuidadoso de políticas y lineamientos explícitos que puedan percibirse objetivamente y prevalecer en el tiempo

30 de enero de 2024, 4:05 AM
30 de enero de 2024, 4:05 AM

El salario es el rasgo esencial de la relación laboral. Representa el precio del recurso no renovable más valioso para los hombres; es la contraprestación que los empleados reciben a cambio de su tiempo.

Desde la perspectiva económica y de la empresa, el salario ocupa un sitial preeminente al momento de elaborar un presupuesto; sin el salario es simplemente imposible, o irresponsable, calcular los costos de cualquier emprendimiento.

Desde sus orígenes, el salario se distinguió por constituirse en un bien valioso, lo suficientemente necesario y atractivo para que una persona rinda voluntariamente su tiempo y esfuerzos en beneficio de otra.

Como todas las cosas, el concepto de salario no permaneció estático ni inerte con el transcurso de los años. Adoptó diversas formas, desde la sal, metales y bienes preciosos y, modernamente, se convirtió en una especie de sinónimo de dinero. Sin embargo, el cambio y desarrollo del concepto de salario no se detuvo en el dinero. La realidad supera las limitaciones legales que establecen el pago del salario exclusivamente en dinero.

A medida que las cosas cambian y las relaciones entre empleadores y empleados también se modifican, las empresas no pueden obviar la consideración especial del salario en sus presupuestos, a la luz y fuerza de la nueva realidad y circunstancias.

El día de hoy, el salario no se compone únicamente de dinero. El salario emocional o salario blando es una realidad. Crea una ventaja competitiva o diferenciador real en el mundo laboral en el que nos desenvolvemos. Es una herramienta poderosa para atraer talento y retenerlo. Además, para los empleadores que saben reconocer y adaptarse al cambio, el salario emocional puede ayudar a compensar posibles limitaciones económicas del presupuesto de la empresa.

El salario emocional o salario blando crea atractivos e incentivos distintos al dinero o salario duro, toma la forma de desarrollo de una carrera profesional con oportunidades y reconocimiento económico; abraza decididamente la flexibilidad mediante esquemas híbridos de trabajo y posibilidades de movilidad al interior de la propia empresa; se enfoca en la capacitación y mejora continua, a través de entrenamiento y posibilidades de relacionamiento interno y externo; como así también, considera prestaciones en especie que contribuyen a desarrollar un entorno laboral enfocado en el crecimiento de las personas.

En definitiva, el salario blando o emocional debe ser parte del presupuesto 2024 de las empresas. Su estructuración e implementación requiere del desarrollo cuidadoso de políticas y lineamientos explícitos que puedan percibirse objetivamente y prevalecer en el tiempo, sobre la base de reglas claras, que delimiten las responsabilidades de las partes de la relación laboral. Las cosas claras y el chocolate espeso.