Por la falta de salas para disfrutar del séptimo arte se creó este proyecto para que la comunidad pueda tener un encuentro con la cultura a escala mundial

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1 de octubre de 2016, 11:28 AM
1 de octubre de 2016, 11:28 AM

Ante la ausencia de salas de cine y teatros en Sudán del Sur ha sido creado "el cine del pueblo", que de manera itinerante recorrerá el país exhibiendo obras teatrales y documentales, después de que hace ocho años cerrara el único cine que había en la capital, Yuba.

"Pronto inauguraremos el cine itinerante por la importancia que
tiene este arte.
Su labor será iluminar y entretener al público",
destacó su fundador, el guionista y actor teatral sursudanés Nicola
Franco.

Asimismo, el proyecto buscará transmitir "importantes mensajes
relacionados con la paz y la reconciliación
", después de la
sangrienta guerra que estalló a finales de 2013 en el país y que aún
amenaza la estabilidad de la joven nación.

Franco explicó que el cine pasará por escuelas, plazas públicas,
clubes deportivos y universidades, y ofrecerá obras teatrales
protagonizadas por actores sursudaneses.

En cuanto a las películas, serán de producción extranjera ya que
hasta ahora no hay productoras cinematográficas en Sudán del Sur,
pero Franco aseguró que en el futuro se prevé producir cortometrajes
bajo la supervisión del Ministerio de Cultura.

"La mayoría de las obras teatrales que se exhibirán giran en
torno a la paz, la convivencia y la reconciliación
; mientras que los
documentales relatan la experiencia de Ruanda en superar los dolores
del pasado y la reconciliación en Sudáfrica", subrayó el director
del cinema ambulante.

Por su parte, un estudiante de Literatura de la Universidad de
Yuba, Martin Manyiel, se mostró entusiasta por la iniciativa y
consideró que es necesaria en estos momentos.

"La existencia de un cine en Sudán del Sur ayudará a crear un
espacio para el entretenimiento
y reforzará la conciencia mediante
el papel educativo de este arte. Nosotros (los estudiantes)
planeamos crear un club para ver películas en la universidad, pero
nos faltan recursos materiales", explicó.

El "cine del pueblo" intenta precisamente suplir la falta de
museos, salas de espectáculos y otros lugares de ocio en Sudán del
Sur, donde el único cine que había en la capital fue convertido en
una iglesia en 2008.

Ese cine fue construido en 1954, precisamente para hacer frente a
la escasez de centros culturales y de entretenimiento en la región,
que hasta 2011 formó parte de Sudán, explicó a Efe el investigador
del patrimonio cultural, Josep Abuk.

El primer propietario del cine era un hombre de nacionalidad
griega, que llegó al país con el objetivo de invertir en ese sector,
pero en 1964 pasó a manos del Estado sudanés y así se mantuvo hasta
1972, cuando fue devuelto a su dueño originario.

Cuando el empresario regresó a su patria, lo vendió a un
ciudadano sudanés, que lo mantuvo funcionando hasta el año 2006, un
año después de la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno sudanés
y la guerrilla Ejército Popular de Liberación de Sudán (EPLS), que
combatió durante más de dos décadas para lograr la independencia del
sur del país.

Posteriormente, el empresario sursudanés Garang Deng Aguer lo
compró, después de haber formado parte él mismo del público que
acudía numeroso a la única sala de Yuba, donde por primera vez los
sursudaneses pudieron ver las películas de vaqueros
, entre otras.

A través de las décadas, el cine contó siempre con una gran
afluencia de público, especialmente jóvenes, relató Aguer.
"Los jóvenes de situación acomodada, algunos interesados en el
conocimiento y unos pocos mendigos fueron los que más lo
frecuentaron", indicó.

Aguer explicó a Efe que donó el establecimiento a la Iglesia
apostólica de la tribu dinka, la mayoritaria de la zona, después de
que su esposa le dijo que había visto en sueños al cine convertido
en un templo cristiano
.