El ejercicio es una necesidad básica para el adecuado desarrollo físico y emocional de tu mascota.

19 de julio de 2022, 15:50 PM
19 de julio de 2022, 15:50 PM

Tener un perro en casa implica un montón de responsabilidades, alimentarlo de dos a tres veces al día, llevarlo al veterinario, mantenerlo al día con sus vacunas, bañarlos periódicamente, entre otros hábitos. Pero entre todas esas cosas se encuentra el ejercicio, una necesidad básica para su adecuado desarrollo físico y emocional.

En ocasiones se piensa que no sacarlo a pasear, o simplemente dejarlo que se entretenga en la casa o el patio es más que suficiente y esto no supone un problema real para él.

Según el portal especializado en mascotas ExpertoAnimal contrariamente a lo que se piensa, son muchas las consecuencias de no sacar a pasear a un perro. Y por desgracia, estas tienen un gran impacto negativo en su salud, carácter y convivencia con él, ya que, al no realizar esta actividad, tu perro no recibirá todos los beneficios que le aporta el pasear.


Consecuencias más habituales:

Problemas de salud

El ejercicio físico es necesario para cuidar el cuerpo y la mente. Contrariamente, si un perro no sale a pasear fácilmente puede empezar a subir de peso de forma desmesurada, pues comerá más de lo necesario debido a la ansiedad o al aburrimiento y no quemará estás calorías extras, desembocando problemas como: obesidad, diabetes, debilidad muscular, dolores de articulaciones. 

Hiperactividad y estado de ánimo irritable

No cubrir las necesidades físicas de tu perro acabarán afectando gravemente en su carácter, ya que estar encerrado en un espacio sin poder cansarse, implica que el perro acaba con un exceso de energía la cual no puede derivar hacia la realización de ninguna actividad con la que agotarse, por lo tanto, se encontrará frustrado, aburrido y fácilmente alterable ante los estímulos excitantes, como objetos en movimiento, ruidos o, gente y perros paseando por la calle.

Problemas de comportamiento

Esta es sin duda la consecuencia más fácilmente observable a corto plazo, pues relacionado con el punto anterior, debido a este exceso de energía la cual no puede redirigir en ninguna actividad física, el perro empezará a desarrollar múltiples problemas de comportamiento, como:

Ladridos: ya sea para llamar la atención de sus propietarios, como consecuencia de alterarse ante algún estímulo externo o en caso más grave, debido a una estereotipia (conducta compulsiva).

Romper objetos: la necesidad de realizar actividad, genera ansia y frustración la cual el perro dirige a distintos elementos de hogar. Por esta razón, no es extraño ver que el perro haga destrozos, ya sea romper plantas, su cama, etc.

Micción y defecación inadecuadas: generalmente, es preferible educar a un perro a hacer sus necesidades fuera de casa. Ahora bien, si no le sacas a pasear lo suficiente, obviamente no le estarás dando la opción a que lo haga. Además, una vez un perro ha aprendido a hacer sus necesidades en casa, será necesario realizar un lento proceso de reeducación para que aprenda a hacerlo fuera. 

Comer de forma excesiva: el aburrimiento puede dar pie a que el perro se distraiga con lo único que tiene a su alcance, en este caso la comida. Así como también ante la ansiedad también asociamos que el perro coma en exceso. Algunas veces, incluso si el perro no tiene comida a su disposición, podría desarrollar un síndrome de pica y, por lo tanto, empezar a ingerir objetos no aptos para el consumo, como papel, tierra, ropa, etc.

Agresividad: como hemos visto, el perro que no pasea puede desarrollar un carácter irritable. Esto puede dar pie a malas experiencias y situaciones comprometidas, las cuales pueden desembocar en que el perro realice conductas agresivas como, gruñir cuando te acercas a su bol de comida, juguetes, etc. Por desgracia, esta clase de comportamientos a largo plazo pueden llegar a afianzarse de mala manera.

Inseguridad y protección del territorio: debido a una carencia en conocer estímulos nuevos, es natural que el perro pueda desarrollar un carácter más bien asustadizo ante cualquier elemento desconocido que incorpores al hogar. Del mismo modo, también es natural que esta inseguridad cree la necesidad de proteger aquello que es de su propiedad ante extraños. Por lo tanto, en estas situaciones, es habitual observar perros excesivamente vigilantes con su territorio, por ejemplo, ladrando cada vez que se acerca alguien a la puerta o cuando hay invitados.

Por último, es importante entender que si tu perro tiene un problema de comportamiento derivado de la falta de ejercicio, no será suficiente con reeducarlo para corregir la conducta. Y es que, cuando queremos solucionar una problemática con un perro, es necesario conocer si este tiene su bienestar cubierto, es decir, si el propietario atiende a todas las necesidades esenciales del animal. Ya que los problemas de comportamiento, aparte de ser consecuencia de un mal aprendizaje, muchas veces son derivados de conductas, las cuales son naturales en el perro, pero no puede realizar adecuadamente, como en este caso, por la falta de ejercicio y estimulación que le ofrecería el paseo.