Al menos 400 personas se encargan de preparar cada detalle de la fantasía y la alegría que se viven en tiempos de Carnaval y fiesta en Brasil

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10 de febrero de 2017, 14:42 PM
10 de febrero de 2017, 14:42 PM

Luciano Costa trabaja a destajo en uno de los almacenes de la "Cidade do samba", la "Ciudad de la samba", el inmenso recinto que alberga los talleres de las escuelas de samba "especiales" de Río de Janeiro, las mejores del carnaval, que ultiman los preparativos para sus desfiles en el Sambódromo.

Luciano trabaja en el taller de Portela, una de las 12 escuelas que cuentan con un espacio propio en la "Cidade", un espacio de 93.000 metros cuadrados cedido por el ayuntamiento de Río en 2005 para que las agrupaciones preparen sus desfiles.

Como él, cerca de 400 personas se apuran para cuidar cada detalle de las fantasías (disfraces) y los carros alegóricos (carrozas) que Portela exhibirá en Sapucaí (la Avenida Marqués de Sapucaí, donde se ubica el Sambódromo) durante el carnaval, que este año se celebrará durante los días 26 y 27 de febrero.

"El carnaval ha crecido mucho, antiguamente era mucho más difícil prepararlo, teníamos que crearlo todo, había que leer mucho, estudiar las artes, ahora un artesano puede ser un carnavalesco (director del desfile)", apunta Luciano, que trabaja en los montajes de carnaval desde hace 35 años.

"Quem ousa, vence" (quien se atreve, gana), advierte un cartel en el "barracón" de Portela, un almacén donde en estos días se mezclan imponentes carrozas con estructuras de hasta ocho metros de altura, con ángeles gigantes, sapos multicolores, figuras monumentales, telas de las más dispares texturas, espejos, flores, lentejuelas y plumas de todos los tamaños y colores.

"Los ríos" es el tema del desfile de esta escuela que, como el resto, guarda en secreto los detalles de sus fantasías y sus carrozas. "El factor sorpresa durante el desfile es fundamental", apunta Fabio Pavón, directivo de Portela, que desvela solo que la escuela rendirá homenaje a antiguas civilizaciones y a leyendas locales y desfilará con más de 3.500 personas en el Sambódromo.

En el taller de Portela trabajan ahora cerca de 400 personas, pero "tiene trabajadores durante todo el año", porque "al terminar el carnaval, ya se piensa en el carnaval del año siguiente, se hacen algunas propuestas y la dirección de la escuela elige", explica a Efe Pavón.

A partir de ahí empieza el proceso de creación, que incluye el diseño y la producción de toda la parafernalia del carnaval, de las las carrozas, los disfraces y de un texto que servirá para la composición de la música y la coreografía.

"Se producen varias sambas. Este año han sido 29. Entonces, entre agosto y octubre hacemos un concurso interno en la escuela donde esas sambas se presentan, hasta que queda una, que es la vencedora y es la que cantamos en la avenida", continúa.

Financiar los altísimos costos del desfile constituye todo un desafío para las escuelas de samba, que realizan actividades durante el año y buscan patrocinadores, aunque su principal fuente de ingresos procede de la "Liga Independiente de Escuelas de Samba".