Se debe al exceso de glucosa en la sangre. Existen varios tipos de esta dolencia, desde la infantil hasta la crónica, se la puede tratar y hacer llevadera

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16 de noviembre de 2020, 20:25 PM
16 de noviembre de 2020, 20:25 PM

El sábado 14 de noviembre se recordó el Día Mundial de la Diabetes. Una enfermedad que, según el último estudio nacional realizado en el país, el 10% de los enfermos estaban en el departamento de Santa Cruz. Es por eso importante recordar cuáles son sus causas y características. 

Se trata de una enfermedad crónica que se origina porque el páncreas no sintetiza la cantidad de insulina que el cuerpo humano necesita, la elabora de una calidad inferior o no es capaz de utilizarla con eficacia, apareciendo ahí la tan temible diabetes, de la que hay varios tipos y que si el paciente es disciplinado con su organismo y su salud, es tratable médicamente y se puede llevar una vida casi normal.

La insulina es una hormona producida por el páncreas. Su principal función es el mantenimiento de los valores adecuados de glucosa en la sangre. Permite que la glucosa entre en el organismo y sea transportada al interior de las células, en donde se transforma en energía para que funcionen los músculos y los tejidos. Además, ayuda a que las células almacenen la glucosa hasta que su utilización sea necesaria.

En las personas con diabetes hay un exceso de glucosa en la sangre (hiperglucemia), ya que no se distribuye de la forma adecuada. En el portal de salud Cuidate Plus se explica que la glucosa elevada puede ser perjudicial para todo el organismo, pero principalmente para el corazón, el riñón y las arterias, por lo que las personas que tienen esta dolencia y no lo saben, o no la tratan, tienen más riesgo de problemas renales, infartos, pérdida de visión y amputaciones de miembros inferiores.

No se conoce la causa exacta de la diabetes, entre otras cosas porque hay varios tipos diferentes de esta enfermedad. Cuando aparece esta dolencia el origen y los síntomas dependen del paciente, del tipo de vida que tiene y hasta de su forma de alimentarse. 


Tipos de esta enfermedad

Diabetes tipo 1

La tienen mayormente los niños, aunque también puede iniciarse en adolescentes y adultos. Suele presentarse de forma brusca, de un rato a otro y muchas veces independientemente de que existan antecedentes familiares.

Sucede cuando se produce una destrucción de las células que producen la insulina en el páncreas por autoanticuerpos. Es decir, el organismo ataca a sus propias células como si fueran extrañas. El mecanismo inicial que induce la aparición de estos anticuerpos no está totalmente identificado y es muy complejo. Se investiga si el origen está en una predisposición genética que, debido a diferentes factores ambientales, produce esa respuesta autoinmune que destruye esas células.

Diabetes tipo 2 

Surge en la edad adulta, su incidencia aumenta en personas de edad avanzada y es más frecuente que la diabetes de tipo 1. En ella se produce una disminución de la acción de la insulina, de forma que, aunque haya mucha, no puede actuar. Se da un componente mixto, por un lado, hay menor insulina en el páncreas y, por otro, esta insulina funciona peor en los tejidos, en la denominada resistencia a la insulina.

Su principal causa es la obesidad porque el tejido graso produce determinadas sustancias que disminuyen la sensibilidad de los receptores de la insulina. A medida que aumentan las personas con sobrepeso, también aparecen más enfermos de diabetes. 

Diabetes gestacional

Durante el embarazo la insulina aumenta para incrementar las reservas de energía. A veces, este incremento no se produce, lo que puede originar una diabetes gestacional. Suele desaparecer tras el parto, pero estas mujeres tienen un alto riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 a lo largo de su vida. 



Síntomas de la diabetes

Mucha sed (polidipsia).
 

Sensación de mucha hambre (polifagia).
 

Necesidad de orinar continuamente, incluso de noche (poliuria).
 

Pérdida de peso, a pesar de comer mucho.

Cansancio.
 

Visión borrosa.
 

Hormigueo o entumecimiento de manos y pies.
 

Infecciones fúngicas en la piel, pequeñas heridas que cuesta que cicatricen.

Si la glucosa sube despacio, de forma progresiva pueden pasar algunos años hasta que comiencen los síntomas, y por ello la enfermedad puede pasar inadvertida. Que no duela nada en el cuerpo no quiere decir que no haga daño, y de ahí la importancia del diagnóstico precoz para prevenir la aparición de complicaciones.

Prevención

La diabetes tipo 1 es una enfermedad impredecible, es decir que no existen tratamientos para prevenir su aparición, a pesar de que los científicos tratan de encontrar un método eficaz.

La diabetes tipo 2, que es la más frecuente, sí se puede prevenir. Puesto que la causa más importante es la obesidad, todas las acciones que tengan que ver con la prevención de la obesidad, evitar el sedentarismo, la comida chatarra, muy grasosas,  las bebidas azucaradas, van a tener un resultado positivo. Un estilo de visa saludable reduce un 80% las posibilidades de tener este tipo de enfermedad.

Una vez que se ha diagnosticado la enfermedad, hay que prevenir la aparición de complicaciones micro y macrovasculares. El seguimiento del tratamiento prescrito por el médico, así como de las recomendaciones dietéticas y de actividad física es fundamental para evitar complicaciones como las cardiovasculares, las renales, la retinopatía diabética o el pie diabético. Además, se aconseja la realización de revisiones periódicas, entre las que destacan las siguientes:

Ir al oculista para una revisión de la vista.

Visitar el médico especialista en riñones

Revisión de los pies a cargo de un podólogo.

Realización de electrocardiograma.

Medición periódica de la presión arterial.