Los dichos y hechos de Trump ponen en alerta a los científicos

Cuando Donald Trump presentó sus propuestas durante la campaña electoral a la presidencia de Estados Unidos, investigadores reconocidos alertaron que si el republicano llegaba a la Casa Blanca, y cumplía sus promesas, las políticas para mitigar el cambio climático se vendrían abajo. Las primeras medidas asumidas por el nuevo gobierno señalan  que ese mal presagio puede empezar a cumplirse.

En los primeros días de gobierno, el presidente de Estados Unidos aprobó los oleoductos de Keystone y Dakota, que fueron rechazados por Obama tras evaluar su impacto ambiental. El proyecto, que unirá a Estados Unidos con Canadá, mantuvo a las compañías petroleras y los republicanos enfrentados con ambientalistas y activistas liberales por más de siete años, según la cadena CNN. 

Días después, Trump ordenó a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) que archive los datos de su web sobre cambio climático, para borrar las iniciativas de Obama, y que no dé información medioambiental a la prensa, señala la agencia  EFE. 

Lo asumido durante los primeros 10 días de gestión, pone en manifiesto su escepticismo sobre el calentamiento global. El republicano no cree que se trate de un fenómeno real: en noviembre de 2012 escribió, en su cuenta de Twitter, que “el concepto del calentamiento global fue creado por los chinos para que la industria manufacturera estadounidense sea menos competitiva”.  

Resistencia
Varias instituciones y comunidades científicas, como la NASA, Greenpeace y el Parque Nacional Badlands, iniciaron una campaña de resistencia a las ideas del mandatario publicando la información que él intenta borrar.

“Donald Trump está en guerra contra los datos. Y como sin datos no hay ciencia, los científicos han decidido plantar cara a su nuevo presidente”, publicó el diario El País hace unos días.

Otros temores
Trump anunció que recortaría el presupuesto para la EPA y que sacaría su país del acuerdo de París, en el que más de 190 países acordaron medidas para frenar el calentamiento global.

Por otra parte, consultado por  sobre la NASA, dijo que el espacio le parecía “maravilloso” pero que había otras necesidades y poco dinero, lo que hace sospechar que el presupuesto para la investigación espacial puede estar en riesgo