Los denisovanos eran un grupo de humanos emparentados con neandertales. Desaparecieron hace 40.000 años. Los humanos actuales tenemos genes neandertales y también denisovanos

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18 de marzo de 2016, 21:37 PM
18 de marzo de 2016, 21:37 PM

Los actuales habitantes de Melanesia, la región de islas de Oceanía al norte de Australia, muestran similitudes genéticas con los homínidos denisovanos. Este grupo de humanos arcaicos está emparentado con los neandertales, según un estudio publicado el jueves en la revista Science.

La investigación genética fue elaborada por un amplio equipo liderado por la Universidad de Washington, en Seattle (EEUU), en la que participaron investigadores de diferentes puntos del país, así como de la Universidad de Ferrara (Italia) y el Instituto de Evolución de Antropología de Leipzig (Alemania).

Los inicios
La primera pista sobre el homínido denisovano fue el hallazgo de una falange y de dos molares en la cueva de Denisova (que le da el nombre a la especie), en las montañas Altai del sur de Siberia.

Estudios posteriores indicaron que esta especie, que se supone que habitó la Tierra entre hace un millón y 40.000 años, convivió con los neandertales y con el Homo sapiens, por lo que comparten características del ADN.

El presente estudio señala que el ADN de los actuales habitantes de Melanesia, región limítrofe con Australia, que incluye las Islas Fiji, las Islas Salomón, Papúa Nueva Guinea y Vanuatu, coincide en un porcentaje más alto con el de los homínidos de Denisova.
Para realizar esta investigación, los científicos analizaron el genoma de 1.523 individuos de todo el mundo, incluyendo 35 del norte del archipiélago de Melanesia.

Los resultados muestran que la población no africana (en la que se incluyen los melanesianos) había heredado alrededor del 1,5 % y el 4 % de los genomas de los neandertales.

Reservorio de genes
Sin embargo, lo llamativo es que los habitantes de Melanesia son los únicos que, además, tienen un alto porcentaje genético de los denisovanos, de entre el 1,9 y el 3,4% de su genoma, según el estudio.

Estos datos arrojan luz sobre el mapa de las secuencias genéticas entre las especies y sus interacciones, y también ayuda a entender la interpretación de la evolución humana. Esta visión se aleja cada vez más de la fila que comienza con un homínido peludo y termina en el hombre actual