Fue un ícono de la capital cruceña, especialmente de la plaza 24 de Septiembre, desde donde retrató los cambios que iba sufriendo Santa Cruz a través del lente alemán insertado en una caja de madera heredada de su padre. Murió a los 85 años

El Deber logo
8 de octubre de 2021, 22:15 PM
8 de octubre de 2021, 22:15 PM

Durante más de 60 años su lugar de trabajo fue la Plaza 24 de Septiembre. Llegó a convertirse en un símbolo del centro de la capital cruceña y testigo de toda clase de hechos, desde los turbulentos hasta los fastuosos. En los últimos años se lo extrañó en su acostumbrado sitio, junto a su vieja cámara con la que registró el paso del tiempo de la vieja a la moderna Santa Cruz, como también a miles de rostros que se acercaron a él para que les tomara una foto.

Hoy se lo extraña más que nunca. Don Filemón Barba falleció este viernes, a los 85 años dejando en el recuerdo de la población a ese hombre amigable y lleno de anécdotas que todo el que pasaba por la plaza lograba apreciar.

 “Acabo de perder al hombre más maravilloso del mundo, al hombre más noble y trabajador, al hombre más humilde y bueno, al hombre que me dio la vida, el que me acompañó a lo largo de toda mi vida y me apoyó incondicionalmente, al hombre que más amo, mi confidente y mi apoyo”, expresó su hija Mariana Barba.

Don Filemón empezó a trabajar como fotógrafo cuando tenía 14 años, aunque desde los 10 ya se metía al estudio de su padre. De hecho, el pequeño Filemón, un día que descuidó a su progenitor, retrató a un cliente y siguiendo el procedimiento que había visto ejecutar una y otra vez, reveló su primera foto, ganándose la confianza de don Norberto, quien después le heredaría su vieja cámara de madera con lente alemán que se trajo de Argentina. 

“Era un lente muy bueno, porque cuando los turistas alemanes se acercaban y lo veían me decían: ‘Oh, ese lente es de calidad’”, contaba don Filemón en una entrevista a EL DEBER.

En 2018, un grupo de jóvenes conocedores de la labor de don Filemón, denominado Por la recuperación de la memoria colectiva, decidió homenajear su obra y se propuso reunir la mayor cantidad de fotos posibles para de esta manera rendirle homenaje. Después de meses recolectando las pequeñas imágenes en blanco y negro las presentó en la muestra Alma y oficio, que se llevó a cabo en el Centro de la Cultura Plurinacional.