La separación o divorcio de una pareja trae muchas decisiones difíciles, entre ellas es determinar quién se quedará con la mascota. Existe un vínculo emocional fuerte entre ellos y sus dueños

9 de julio de 2023, 11:21 AM
9 de julio de 2023, 11:21 AM


Seres sintientes. En la legislación española desde el año pasado y en varios países europeos y otros del continente americano, las mascotas son consideradas por ley de esa manera por lo cual no podrán ser embargados, hipotecados, abandonados, maltratados o apartados de uno de sus dueños en caso de separación o divorcio de una pareja.

En Bolivia, pese a que no existe una ley específica para esta situación, los gobiernos municipales a través de su departamento de Zoonosis prevén una serie de normas que también protegen a los animales y que se utilizan para una mejor tenencia de los mismos.

Desde enero de 2022 entró en vigor en España la nueva Ley de Protección y Derechos de los animales. Esta reforma obliga entre otras cosas, a obtener un DNI animal, y a tratar judicialmente como un miembro de la familia a la mascota pertinente. El objetivo que se plantea es crear un registro de animales de compañía para tenerlos identificados, y a su vez poder asegurar sus derechos. 

La ley es una gran noticia para los animales, pues las mascotas son consideradas “seres vivos dotados de sensibilidad”, lo que ejerce un mayor control sobre su protección, y castiga de una forma más severa a aquellas personas que empleen una mala conducta con los animales, como puede ser el maltrato o el abandono. La nueva ley es extensa y contempla muchos aspectos de la vida de estos animales, entre otros, la custodia en caso de divorcio o separación. 

Uno de los apartados regulados por la ley, es la custodia del animal en caso de un divorcio o separación de sus dueños. Esta nueva ley, como se ha explicado en varias ocasiones, busca principalmente el bienestar animal, como ocurre en países vecinos con leyes de protección animal similares a esta. El nuevo concepto de mascota argumenta que son parte de la familia y cuando una familia decide separarse, el destino del animal debe regularse con la misma importancia que el destino de otros miembros.

Un gato, un perro, una tortuga, un pez o un pájaro domésticos podrán ser objeto de una custodia alterna. Hasta hace poco, la custodia de los animales de compañía en caso de divorcio había sido objeto de controversia ante los tribunales, sin una corriente clara de veredicto. Con la ley, los gastos del animal serán compartidos, y se regulará la estancia de ambas partes con la mascota, y si varias partes reclaman la custodia, esto será un motivo de litigio para alcanzar una decisión final.

Las repercusiones que conlleva una separación pueden manifestarse de diferentes maneras: tristeza, ansiedad, estrés, depresión o síntomas como hiperactividad, trastornos compulsivos, destructividad, entre otros.

Historias no contadas
Sandra (nombre ficticio) después de muchos intentos de tratar de salvar su matrimonio, según ella asegura, presentó una demanda de divorcio contra Ángel (nf) y quedó a cargo de sus dos pequeños hijos de cuatro y dos años por orden del juez de familia. Pero Kayser, un dálmata de tres años, quedó en el limbo.

El perro había sido un regalo de una pareja amiga y en un primer momento no supieron qué hacer, ya que ambos querían la tenencia del animal debido al cariño que por él sentían.
Al final, el conflicto se dilucidó de una manera práctica. Al igual que tenía el derecho de pasar dos fines de semanas al mes para salir con sus hijos, también podía sacar a la mascota.
“Con respecto a Kayser llegamos también a un arreglo amigable”, asegura Ángel, que demuestra un cariño muy especial por el perro.

“Aprovecho para salir a trotar por las mañanas como lo hacía cuando estábamos casados con mi mujer”, agrega, al señalar que ahora ve un poco más tranquila a la mascota, porque en un comienzo lo notó un poco ‘osco’ y desganado, luego del divorcio.
También dijo que aprovecha su tenencia para llevarlo al veterinario y comprarle sus alimentos y las medicinas que a veces requiere.

Sandra se muestra receptiva también con esta modalidad de arreglo, por el gran apego que tiene con Kayser.
No es lo mismo que ocurrió con Stephen (nf) que asegura que tuvo problemas al momento de la separación de Briggit (nf), con la que estuvo casado por tres años, en los que no tuvieron ninguna descendencia.

La discordia fue causada por Prince, una perrita pequinés que él le había regalado a ella poco antes de casarse.
Se la quería llevar a mi compañera, que es un pedacito de mi vida y no se lo iba a permitir”, dice Briggit que tuvo que lidiar hasta casi con un juicio por la custodia de la perrita.

“Llegamos hasta las oficinas de Zoonosis para alcanzar un acuerdo que al final redundó en un beneficio para mi bebé”, asegura.

“La perrita se deprimió mucho cuando nos separamos, con él tenemos diferencias irreconciliables, pero con Prince no, es un amor”, asegura Briggit.

Stephen se muestra también satisfecho con el arreglo, ya que tiene potestad para poder visitar y sacar a pasear a Prince las veces que le sea posible verla.

Muchas historias de parejas separadas o divorciadas se conocen en los centros veterinarios a donde llevaban a sus cachorros, pero a donde ahora solo va uno.

En otro caso, el reparto de los bienes materiales como el vehículo los electrodomésticos y los muebles no le preocupaban a Lourdes. Su único interés era la “custodia” de Chanel, su gata siamesa de 8 meses. Martita decidió divorciarse de su esposo después de cinco años de matrimonio.

Durante este tiempo no tuvieron hijos, por ello se encariñó con su mascota ya que pasaban la mayor parte del tiempo juntas.
Al igual que los otros casos Jorge se conformó con visitar a Chanel en la casa de su ex, con la que pasa varias horas en el jardín los fines de semana.

Al final como dice la canción de Jesse & Joy: Antes de que echemos las maletas a la calle. Y convertirnos en extraños muy cordiales Y bajemos el telón. Si tú te vas y yo me voy, ya no hay más remedio. Si tú te vas y yo me voy, esto ya es en serio. Si tú te vas y yo me voy, ¿con quién se queda el perro?

Derechos
Valeria Noboa, docente de la Facultad de Derecho de la Universidad de las Américas (UDLA), indica que no hay una legislación o un articulado en el mundo que especifique el tratamiento que se debe dar a los animales en el caso de un divorcio. 

Las leyes actualmente consideran a las mascotas como bienes materiales, por eso en la liquidación de la sociedad conyugal se las reparte al igual que una refrigeradora, computadora o los muebles de la sala. Si el divorcio es por mutuo acuerdo se puede llegar a consensos sobre la tenencia de la mascota.

Pero si existen conflictos de por medio se deben tomar en cuenta dos aspectos que analizan los jueces. El primero si el animal es un bien propio, es decir que antes del matrimonio le pertenecía a uno de los cónyuges.

Noboa explica que en este caso, en el momento de la liquidación de los bienes, se puede demostrar la pertenencia del animal por medio de la historia clínica veterinaria con las fechas en las que fue atendido. Pero si la mascota fue adquirida una vez que las personas están casadas, se considera al animal como un bien ganancial.

Francia fue el primer país en dejar de catalogar a los animales como “bienes muebles” y ahora se los considera como seres sensibles. En el Código Civil ya no se los trata como cosas.
Esta legislación fue adoptada después de una campaña de bienestar animal y un prolongado debate que se dio en ese país. Con esta modificación, todos los animales estarían protegidos por la ley.


TODOS AFECTADOS

Una separación afecta a todos los involucrados en la familia
y las mascotas son una más de ella. Y los cambios que se producen en su entorno suelen afectarles bastante, aunque
cada animal, al igual que las personas, es único y lo vive y lo
expresa de una forma distinta.

CAMBIOS EN LA RUTINA

Los perros no tienen la capacidad de notar qué es un divorcio o una separación. Pero lo que sí sienten son los cambios en las rutinas y la angustia de sus propietarios.
No se debe olvidar que son animales sociales, muy empáticos
y que muestran un amor incondicional. Por lo tanto, lo que reciba
y perciba de su propietario en este proceso también afectará a la
reacción que el animal adopte.

EN BOLIVIA

Pese a que el país no tiene una legislación constitucional sobre el tema de las mascotas, existen en los gobiernos municipales los departamentos de Zoonosis que son los encargados de decidir sobre la tenencia de un animal en disputa, en la que también participan la Sociedad Protectora de Animales (Soprama) y por último también la justicia toma parte para el bienestar del animal.