¿Por qué usamos modismos mexicanos?
El impacto del uso de mexicanismos en Bolivia es un fenómeno que refleja las tensiones entre lo global y lo local. Términos como morra o vato son frecuentes en la jerga juvenil
En los últimos años, Bolivia ha experimentado un notable aumento en el uso de expresiones de origen mexicano. Es notorio, en especialmente, entre los jóvenes. Las telenovelas, las series o los artistas de México se han vuelto populares en el país. Con ello, también, han producido un contagio cultural que es objeto de estudio.
Para Fernando Rivero, el debate sobre el impacto que estos modismos puedan tener en la identidad cultural y el lenguaje regional demanda una mirada más amplia. Rivero es sociólogo y antropólogo de la Universidad Privada Domingo Savio (UPDS).
La influencia cultural se enmarca en un contexto más amplio que enfrenta la globalización y la preservación de las lenguas locales. Y se arriesga con una pregunta: ¿Estamos ante una alienación del lenguaje o se trata de una "globalización de las lenguas" en el escenario continental?
El fenómeno de los mexicanismos en Bolivia no es nuevo. Aun así, Rivero advierte que los modos y formas de su difusión han cambiado. Hoy en día, la influencia mexicana llega principalmente a través de los medios de comunicación como la televisión, las redes sociales y el cine mexicano.
Han tenido un fuerte impacto en una parte de la población, que ha adoptado palabras y expresiones propias de México como parte de su lenguaje cotidiano. Alude a expresiones como vato (hombre), pinche (miserable), morra (muchacha), aguacate (palta) fresa (frutilla), chingar (molestar) han empezado a formar parte del vocabulario de muchos bolivianos.
"Esto ha facilitado que muchos adolescentes y jóvenes adopten nuevas formas de comunicación, que no solo reflejan su integración en una cultura global, sino que también pueden estar generando nuevas realidades lingüísticas. También subraya que el uso creciente de modismos extranjeros, como los mexicanismos, tiene el potencial de modificar la manera en que las generaciones jóvenes construyen su identidad y se relacionan con su entorno", puntualiza.
En este sentido, el sociólogo propone que el fenómeno de los mexicanismos debe ser abordado no solo desde una perspectiva crítica, sino también desde una visión que reconozca el valor de esta evolución lingüística en la construcción de identidades híbridas. La globalización del lenguaje, según el sociólogo, no necesariamente implica la pérdida de lo local, sino una transformación que debe ser analizada y comprendida.
El uso de mexicanismos también puede interpretarse como una forma de "glocalización", un proceso donde lo global y lo local interactúan para crear nuevas formas de expresión.
En este sentido, el surgimiento de lenguajes híbridos como el "espanglish" es un ejemplo de cómo el lenguaje puede evolucionar para adaptarse a contextos culturales complejos y diversos.
Rivero concluye que el reto está en investigar más a fondo este fenómeno para entender mejor su impacto en las sociedades locales. Plantea la necesidad de que la academia y los jóvenes asuman un compromiso compartido en esta tarea. "Al investigar nuestras propias dinámicas lingüísticas, podremos comprender mejor cómo se configuran las identidades en un mundo cada vez más globalizado, sin perder de vista la importancia de preservar nuestras raíces culturales", complementa.