La reina Victoria fue pionera en asuntos nupciales. Ella inventó el ramo de flores, el velo y la torta para la boda hace 180 años

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30 de julio de 2020, 13:41 PM
30 de julio de 2020, 13:41 PM

En la actualidad es imposible pensar en un matrimonio con una novia que no esté vestida de blanco, ya sea con un traje sencillo o elegante, en una ceremonia simple y hasta con barbijos en tiempos de pandemia, o en una recepción con mucha pompa. Lo cierto es que la mujer, sin desmerecer al novio, es la gran protagonista del enlace.

Toda tradición tiene un pionero, alguien que la inició. En el caso del vestido blanco de la novia, fue la reina Victoria del Reino Unido la primera en utilizarlo para su boda con el príncipe Alberto, hace 180 años. También fue quien inventó que las mujeres que caminaban al altar lo hagan con un velo sujetado por una guirnalda y con un ramo de flores blancas que representaban la pureza y la fecundidad. 

Han pasado casi dos siglos de aquel matrimonio real y dicha costumbre se extendió no solo a las integrantes de la realeza, sino a todas las novias, que quieren lucirse y recordar ese día como uno de los más especiales de su vida.

También en el festejo de la boda de la reina Victoria y del príncipe Alberto por primera vez había una torta nupcial, preparada especialmente para ellos, en color blanco, con algunas flores y en la cima del pastel dos muñequitos, que representaban a los novios.

El vestido nupcial

Antes de que se case Victoria las novias llevaban un vestido elegante, muchas veces con brillos, de diferentes colores. Era un traje de gala para una ocasión muy especial que después se podía volver a usar. La reina británica, fiel a su estilo innovador, quería una vestimenta diferente para su boda.

Ella dijo que no era un día cualquiera, así que pidió a sus costureros que le diseñen un vestido blanco, de falda amplia, con telas finas y bordados de flores de azahar.

Y así fue. Le diseñaron un traje de gran gala, que le encantó a la reina. Para complementar su elegancia pidió un velo de tul con encajes de cinco metros, que sujete una guirnalda de flores. No se puso ni diadema ni corona, pues quería representar al amor, que nada tiene que ver con las joyas, dijo en su momento.

Pidió que a su matrimonio ninguna otra mujer vaya vestida de blanco, a excepción de sus damas de honor, pues quería que toda la atención esté centrada en ella y en su novio.

De igual manera fueron los primeros recién casados en dar un paseo en carroza a la salida de la iglesia hasta el lugar del festejo. Ellos se unieron en matrimonio en la iglesia real de St. James en Londres y la celebración fue en los salones del castillo de Windsor, situado en las afueras de la capital británica.

La monarca británica no se imaginó que llevar vestido blanco, velo y un ramo de flores se convertiría en una tradición para las novias en todo el mundo y en todas las épocas.

Reina Victoria

Su nombre era Alejandrina Victoria de Hannover, nació el 20 de junio de 1837 en la isla británica de Wight y falleció el 22 de enero de 1901, en Londres. Fue soberana del Reino Unido durante 64 años y emperatriz de India por 24 años.



Se casó en 1840 con el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha (hoy Alemania) con quien tuvo nueve hijos, muchos de ellos se unieron con integrantes de otras casas reales, por lo que a Victoria se la conoce como la abuela de la realeza europea. Es tatarabuela de la reina Isabell II de Inglaterra, de Margarita de Dinamarca, de Carlos Gustavo de Suecia, de Felipe de Bélgica, de Guillermo Alejandro de los Países Bajos y de Felipe VI de España.

A Victoria le gustaba romper esquemas. Ella fue quien le pidió matrimonio a Alberto, a quien eligió porque lo amaba, a pesar de que era su primo. Durante su reinado no permitió que nadie interfiriera en su gestión.

Fue una monarca visionaria y adelantada en sus tiempos. Modernizó y cambió muchos aspectos del estado británico, abrió las puertas a la industrialización y convirtió al Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda en una potencia mundial. Por ello es que a esos tiempos se los conoce como la 'época victoriana'.

El año pasado, en los salones del palacio de Buckingham se llevó a cabo una exposición de objetos personales de la reina Victoria. Entre ellos se encontraba su famoso vestido de novia, que solo se ha amarilleado por el paso del tiempo, después se conserva intacto.