Un estudio ha encontrado que la mutación genética explica por qué esta raza de perros se obsesiona con la comida. Los labradores son más fáciles de domesticar

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3 de mayo de 2016, 17:23 PM
3 de mayo de 2016, 17:23 PM

Los perros de la raza Labrador tienen tendencia a la obesidad y con frecuencia sus dueños aseguran que siempre están pensando en comer. Un nuevo estudio publicado en Cell Matabolism apunta a una variante genética como explicación a ese gusto desmedido por los alimentos.

Científicos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) han identificado una variación genética asociada con la obesidad y el apetito, lo que puede explicar por qué los labradores retriever tiene más posibilidades de ser obesos que los perros de otras razas.

El equipo de expertos trabajó con una muestra de 310 labradores tanto mascotas como perros de asistencia -para guiar a personas ciegas o en labores de rescate- para buscar en ellos variantes de tres genes relacionados con la obesidad.

Los investigadores descubrieron que una variante de un gen conocido como POMC estaba "fuertemente relacionada con el peso, la obesidad y el apetito en los labradores y en los retrievers de pelo liso".

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Los perros de la raza Labrador
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De hecho, se cree que casi uno de cada cuatro (23 %) labradores tiene, al menos, una copia de esa variante genética y en ambas razas, por cada copia del gen, el perro pesa una media de 1,9 kilos más y afecta también a su tamaño.

"Se trata de una variante genética común en los labradores y tiene un efecto significativo en los perros que la tienen, por lo que es probable que esto ayude a explicar por qué los labradores son más propensos al sobrepeso que otras razas", explicó la autora principal del estudio Eleanor Raffan, de la Universidad de Cambridge en un comunicado.

El gen afectado se sabe que desempeña un papel importante en regular cómo el cerebro reconoce el hambre y la sensación de saciedad después de haber comido.

Los labradores tienen mucho éxito como animales de trabajo y compañía al ser leales, inteligentes y con ganas de agradar, pero lo más importante es que son fáciles de entrenar, una técnica en la que se suele emplear el alimento como recompensa, lo que hace de ellos perros "más motivados para el trabajo a cambio de una golosina", señaló otro de los autores del estudio, el doctor Giles Yeo.