Los sesgos de comportamiento humano, como el sesgo de ambigüedad, el sesgo de anclaje o el sesgo de proyección, pueden influir en la toma de decisiones y en la generación de ideas innovadoras dentro de los equipos de trabajo.

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4 de julio de 2024, 14:19 PM
4 de julio de 2024, 14:19 PM

Pedro Cesar Saavedra Romero

En el mundo de la innovación empresarial, es crucial reconocer y superar los sesgos cognitivos que pueden obstaculizar el proceso creativo y limitar el potencial de éxito. Los sesgos de comportamiento humano, como el sesgo de ambigüedad, el sesgo de anclaje o el sesgo de proyección, pueden influir en la toma de decisiones y en la generación de ideas innovadoras dentro de los equipos de trabajo.

El sesgo de ambigüedad, por ejemplo, nos lleva a favorecer opciones conocidas sobre las desconocidas, menoscabando así nuestra capacidad de explorar nuevos caminos y soluciones disruptivas. Un ejemplo notable de este sesgo se puede observar en la aversión al riesgo que muchas empresas muestran al adoptar nuevas tecnologías o incursionar en mercados desconocidos. La preferencia por lo familiar y lo conocido a menudo impide que las organizaciones exploren oportunidades innovadoras que podrían conducir a un crecimiento significativo.

Por otro lado, el sesgo de anclaje nos hace influenciables por la información previa, lo que puede sesgar nuestras decisiones y limitar nuestra capacidad de pensar de manera innovadora. Un caso ilustrativo de este sesgo se evidencia en las empresas que se aferran a modelos de negocio obsoletos o estrategias anticuadas debido a su éxito pasado. Este apego al pasado puede limitar la capacidad de adaptación y reacción ante los cambios del mercado, impidiendo así la innovación y el crecimiento futuro.

De igual forma, el sesgo de proyección, insidioso en su sutileza, proyecta nuestras propias creencias y valores sobre los demás, menoscabando la diversidad de perspectivas y limitando la riqueza de nuestro pensamiento colectivo. En un contexto empresarial, esta proyección puede socavar la generación de ideas frescas y la exploración de enfoques alternativos. Por ejemplo, un equipo de innovación conformado por individuos con antecedentes y experiencias similares puede tender a generar ideas que reflejen sus propias perspectivas, dejando de lado otras voces y puntos de vista valiosos. Además, es importante evitar el sesgo del status quo, que nos lleva a mantenernos en la situación actual por miedo a la pérdida, en lugar de buscar nuevas formas de resolver problemas de manera creativa. Al desafiar este sesgo y fomentar la experimentación y la exploración de nuevas ideas, podemos impulsar la innovación y el crecimiento empresarial.

En un fascinante ejemplo de cómo la consideración de sesgos puede conducir al éxito, se destaca la historia de Abraham Wald durante la Segunda Guerra Mundial. Mientras los Aliados buscaban reducir la cantidad de bombarderos derribados por el enemigo, se basaron en la observación de los daños sufridos por los aviones que regresaban de las misiones. La lógica era reforzar las áreas más afectadas para disminuir las bajas, como las puntas de las alas, los timones y el centro del avión, donde se concentraban los impactos de los disparos. Sin embargo, Abraham Wald, un estadístico que trabajaba en defensa, desafió esta conclusión. En lugar de reforzar las áreas impactadas, propuso reforzar las áreas donde no se observaban daños en los aviones regresados. Su razonamiento era que los aviones que habían sido impactados en esas áreas críticas probablemente no habían regresado, lo que indicaba que esos puntos eran los más vulnerables y necesitaban protección.  Este enfoque innovador y basado en datos de Abraham Wald resultó fundamental para mejorar la resistencia de los aviones y reducir las bajas, demostrando cómo la identificación y corrección de sesgos, en este caso el sesgo de supervivencia, pueden llevar a soluciones más efectivas y exitosas.

Esta historia nos recuerda la importancia de abordar la información con escepticismo y rigor, especialmente en un mundo donde las narrativas pueden ser moldeadas por agendas ocultas y sesgos inconscientes. El análisis de datos no se trata solo de recopilar información, sino de comprender su contexto, evaluar su validez y utilizarla de manera efectiva para tomar decisiones informadas. En última instancia, el análisis de datos es una herramienta poderosa para desafiar nuestras percepciones preconcebidas y descubrir la verdad subyacente en un mar de información. En un mundo donde la verdad parece cada vez más elusiva, el análisis de datos se erige como un faro de claridad en medio de la neblina de la desinformación y los sesgos. Como sociedad, debemos abrazar esta habilidad y utilizarla para navegar por los desafíos del mundo moderno con inteligencia y perspicacia.

Utepsa

Desde la Universidad Tecnológica Privada de Santa Cruz (Utepsa), a través de su Observatorio de Mercados Económicos y Opinión, se enfocan en potenciar las habilidades de los futuros profesionales dentro de su innovador modelo pedagógico e9. Este enfoque pedagógico se centra en el desarrollo de competencias clave, tales como la planificación y organización, la investigación y la interacción con la sociedad, con el objetivo de fomentar habilidades como el pensamiento crítico, la creatividad y el trabajo en equipo, entre otras. Este enfoque se ve respaldado por una práctica integradora que combina la teoría académica con la aplicación práctica en materias relacionadas con la recopilación y análisis de datos. Esta metodología permite a los estudiantes adquirir una sólida base teórica y aplicarla en situaciones reales, generando documentos con una alta rigurosidad metodológica, con información confiable, pertinente y accesible, facilitando así la toma de decisiones informadas por parte de instituciones y organizaciones dentro del ecosistema.