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5 de enero de 2022, 15:40 PM
5 de enero de 2022, 15:40 PM

La UPDS en el 2022, no será la misma de antes, hemos vivido una historia de grandes aprendizajes, a la vez que hemos sobrevivido al COVID como universidad. Las lecciones aprendidas son muchas y tienen características particulares en cada una de las facultades de la universidad y mucho más en cada una de las 17 carreras. Estos aprendizajes gestados en la educación virtual en los últimos casi dos años, han dado lugar a transformaciones didácticas de fondo que sirven de inspiración hacia la consolidación de “métodos activos de educación virtual”. Ahora la educación por competencias se transforma en una ruta de innovación.

Es en este escenario. La calidad se posesiona como un atributo de la investigación, explorando en el “hacer”, un nuevo punto de vista sobre las formas de liderazgo profesional. Se pasa de la ilusión de la coordinación vertical hacia el liderazgo como comportamiento emergente. Es decir que se da paso a procesos dinámicos y no lineales al interior de los micros sistemas universitarios que co-crean en la universidad.

La virtualidad se ha puesto como el nodo atrayente que permite mayor y mejor manejo del aprendizaje basado en evidencias. El poderoso catalizador de la curiosidad, propio de los estudiantes en educación superior es un motor que contribuye a pensar de manera global soluciones a problemas de contexto.

Para el 2022 la UPDS no solo aprendió a subirse a los paradigmas emergentes, sino también a cuestionar el comportamiento del encargo social, la necesidad que adoptar un espíritu de acreditaciones y certificaciones académicas desde un sentido funcional con y para el estudiante, tienen el decidido apoyo académico de todas las dimensiones que hacen el corpus de la universidad

La tecnología y virtualidad son elementos indisociables de los procesos de reflexión y análisis por cuanto una apropiación más de la vida universitaria es el pensamiento en red, esto va más allá del manejo de mensajes y plataformas. El accionar tiene relación con el hecho de cómo se prepara al nuevo profesional no para comportamientos predecibles y estereotipados sino para búsquedas continuas de mejoramiento de lo aprendido.

Desde la psicopedagogía que es una de las carreras de la universidad, se asume que nuevas rutas de innovación educativa están en pleno desarrollo y son las que ayudan a modernizar la formación profesional.  La necesidad de ampliar la capacidad de adaptación es vital para cada una de las facultades toda vez que permite crecer y explorar los límites de análisis de lo social.

Al respecto, Alejandro Rodriguez, Asesor pedagógico, afirma que la UPDS encara el reto de hacer con la educación arte, porque el arte perdura, se fortalece y se proyecta siempre. Hemos llegado al momento en el que las certezas sobre los intangibles son base de las competencias blandas y el saber que hay algo más allá de los modelos educativos solo impulsa a cualificar la poderosa herramienta de transformación.

Así para los docentes de la UPDS, el encuentro académico ya no es lo mismo, por qué el pensamiento estratégico está implícito en el modelo educativo, en la ampliada capacidad de interlocución y búsqueda y manejo de la información, concluye el citado Asesor.

Ciertamente hay un punto de partida en la vida universitaria, donde las nuevas generaciones se suman al reto de encontrar el próximo paso en la composición de las sociedades. 

La UPDS no será la misma, es por ello por lo que se transforma hacia el pensar de manera estratégica y crítica, consientes que habrá que ajustarse a los nuevos desafíos, pensar en la proyección de la universidad es pensar el éxito de todas las universidades y de la sociedad en su conjunto sin perder ni por un segundo el carisma de formar profesionales más humanos.