Enroques, salidas, destituciones, el gabinete de la Presidenta tuvo cambios intempestivos

30 de septiembre de 2020, 7:46 AM
30 de septiembre de 2020, 7:46 AM

En diez meses y 19 días de gestión, la presidenta Jeanine Áñez tomó juramento a 36 ministros, algunos de los cuales juraron dos veces porque se cambiaron de cartera. Desde el 13 de noviembre de 2019, Áñez tuvo al menos una decena de actos de posesión de sus nuevos colaboradores.


Aunque Unidad Demócrata dijo, en su pronunciamiento del lunes, que institucionalmente nunca fue parte del Gobierno, sus legisladores fueron lo que tomaron las riendas del Gobierno. Según la dirigencia de Demócratas, estas acciones fueron a título personal.


El 13 de noviembre, un día después del juramento de Áñez como presidenta, juraba el primer gabinete compuesto por diputados, senadores, titulares y suplentes, de UD, también personas vinculadas al entonces presidente del Comité pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho.


Destacaban, Arturo Murillo, senador de UD, hombre cercano a Samuel Doria Medina, militante antiguo de Unidad Nacional y justo ese año decidió dejar esa sigla y sumarse a Demócratas para las elecciones de octubre del pasado año. Juró como ministro de Gobierno y actualmente su correligionario Óscar Ortiz reveló que Murillo es quien conduce el rumbo del país.


Yerko Núñez Negrete, senador de UD, exalcalde de Rurrenabaque por el MNR, firme crítico del MAS con varias denuncias pero nunca prosperaba por la hegemonía que tenía el MAS en el Parlamento. Juró como ministro de Obras Públicas, pero no duró mucho en ese cargo, porque el 3 de diciembre juraba como nuevo ministro de la Presidencia y desplazaba en el cargo a Jerjes Justiniano.


Álvaro Coimbra, diputado supraestatal suplente de UD, asumió la cartera de Justicia y es uno de los pocos que conservó el cargo hasta ahora.


María Elva Pinkert, senadora titular por UD, también férrea opositora del MAS en el Parlamento, continúa como ministra de Medio Ambiente y Agua.


Los cívicos


En el caso del denominado “movimiento cívico”, también tuvo su oportunidad de formar parte del Gobierno, aunque las relaciones se descompusieron muy rápidamente. En ese caso, el ministro de la Presidencia, Jerjes Justiniano fue el primero en salir. Juró el 13 de noviembre junto con otros ministros, pero el cargo le duró dos semanas cuando fue destituido luego de cumplir el papel de pacificador de los conflictos.


“Cuando posesionó a Yerko Núñez, la presidenta dijo en su discurso que ‘el país estaba pacificado’, entonces nosotros cumplimos con la tarea que nos habían encomendado”, dijo el exministro Justiniano.


Fue Justiniano quien recordó que otro de los ministros que recomendó el movimiento cívico fue el ministro de Defensa, Luis Fernando López, quien asumió el cargo el 13 de noviembre.  Según el exministro, López fue cuota de los cívicos y fue Luis Fernando Camacho quien propuso su nombre para el cargo.


La otra persona sugerida por Camacho fue Roxana Lizárraga, quien estuvo al mando del Ministerio de Comunicación hasta el 26 de enero cuando se supo que Jeanine Áñez sería candidata a la presidencia.


El ministro de Deportes, Milton Navarro, juró al cargo el 14 de noviembre y también fue parte del movimiento cívico de Potosí. Su nombre fue sugerido por el entonces dirigente cívico, Marco Antonio Pumari. El 4 de junio desaparecería este ministerio y Navarro pasó a ser viceministro de Deportes.


Después


El 14 de noviembre jurarían otros cinco ministros, entre ellos el senador del PDC Víctor Hugo Zamora, que asumió como ministro de Hidrocarburos.


Óscar Ortiz, senador de UD y hombre cercano a Rubén Costas, fue el artífice de los acuerdos políticos y el protagonista de todas las tareas legislativas para consolidar el gobierno de Jeanine Áñez. Pasó al Ejecutivo en el cargo de ministro de Desarrollo Productivo el 8 de mayo.


Ortiz procuró la conformación de todo el Tribunal Supremo Electoral (TSE), la Ley de Convocatoria a Elecciones, la Ley del Presupuesto General del Estado 2020, entre otros. En determinado momento se dijo que por sus manos pasaban todas las decisiones del Gobierno.


José Luis Parada, quien fuera el hombre que manejó las cuentas de la Gobernación de Santa Cruz por 14 años, juró como ministro de Economía el 13 de noviembre; sin embargo, renunció el 7 de julio de este año aduciendo motivos personales.


Al día siguiente de su renuncia, Óscar Ortiz juraría como ministro de Economía, pero el 28 de septiembre fue separado del cargo. Al cesar en sus funciones como ministro, Ortiz denunció las pugnas internas que hay dentro el Gobierno transitorio y el poder que tiene Arturo Murillo.


Samuel


Aunque el empresario Samuel Doria Medina reiteró dos veces que no era parte del Gobierno, también sus allegados están en el Ejecutivo. La principal figura es su asesor político, Manuel Suárez Ávila, un viejo político, diputado del MNR, secretario de Gonzalo Sánchez de Lozada y presidente de la comisión de Ética que procesó al entonces diputado Evo Morales.


El 31 de enero de este año, se presentaba el binomio Jeanine Áñez-Samuel Doria Medina y pocos días después, en ausencia de la Canciller, Yerko Núñez posesionaba como vicecanciller a Manuel Suárez.


En ese entonces, Doria Medina publicó un tuit en el que admitía que Suárez era parte de su entorno. “Felicito a Manuel Suárez, que fue mi colaborador hasta hace poco, por su designación como Vicecanciller. Manuel es brillante y no va a actuar en representación mía ni de nadie más que de su propia conciencia. Nosotros no participamos en el Gobierno transitorio”, escribió.


Hoy Suárez es asesor general de la Presidencia, aunque su declaración jurada ante la Contraloría, realizada el 14 de febrero, indica que es parte de la Cancillería. Desplazó del cargo a otra figura controversial del Ejecutivo, el exfuncionario de la embajada de Estados Unidos en Bolivia, Érick Foronda, que regresó a EEUU.