Las propuestas pasaron a un segundo plano cuando ambos candidatos cruzaron acusaciones y denuncias con el objetivo de afectar la credibilidad del contrincante

28 de febrero de 2021, 20:51 PM
28 de febrero de 2021, 20:51 PM

El ambiente previo al debate de la red Unitel llegaba caldeado por las últimas acusaciones del candidato a la Gobernación cruceña por el Movimiento Al Socialismo (MAS), Mario Cronenbold, contra su adversario Luis Fernando Camacho, de Creemos. Y la tensión continuó en alza con las acusaciones cruzadas entre ambos candidatos.

Las propuestas quedaron en un segundo plano mientas Luis Fernando Camacho (Creemos) y Cronenbold (MAS) se dedicaron a lanzarse acusaciones en lugar de cuestionar los planes de gobierno. El de Creemos repitió una y otra vez que el programa presentado ante el Tribunal Electoral Departamental (TED) por el candidato del MAS es fruto de un plagio de otros programas y documentos de Colombia, Ecuador y México.

Por su parte, el aspirante a la gobernación por el MAS insistía en llamar mentiroso a Camacho, al menos una veintena de veces, y de vincularlo "con sus socios" en referencia a Rubén Costas y Jeanine Áñez. Además, Cronenbold recriminó al postulante de Creemos por sus empresas con base en Panamá y por ello no le pesó parar durante 21 días país (en referencia al paro cívico de 2019).

Las alusiones personales se impusieron ante las propuestas programáticas. El debate contemplaba 6 ejes principales para que los candidatos pudieran mostrar sus planes en caso de acceder al gobierno departamental. 

A pesar de la insistencia de la moderadora, Gabriela Oviedo, por reencauzar el debate, Cronenbold bombardeaba una y otra vez con sus acusaciones y obligó a Camacho a defenderse antes de centrarse en la explicación de su plan.

"Él me pidió una reunión con Evo Morales, él me pidió que quería entrar al Comité Cívico del 'corchete' junto a Evo", agregó Cronenbold en sus acusaciones. A esto Camacho respondió: “Nunca pedí una reunión con Evo Morales”.

El postulante del MAS centró gran parte de sus intervenciones en calificar a Camacho como alguien que "no cumple su palabra". El repertorio amplio incluyó denuncias relativas a sus servicios como abogado, a su interés por "tumbar el gobierno" para hacer negocios con Áñez o las grabaciones que realizó a Pumari.

Los ataques de Camacho apuntaron a la actitud del gobierno central y del MAS que "no quieren que crezca Santa Cruz, como lo dijo su jefe Evo Morales. Vienen a proponer lo que nosotros soñamos hace 14 años", apuntó. También resaltó que "se creen los dueños de la plata del pueblo".

Respecto a su contrincante en las urnas, Camacho desmintió la afirmación anterior en la que aseguraba que se encontraba limpio, sin ningún antecedente, estoy limpio”, y mostró los 55 procesos que ha enfrentado el ex alcalde de Warnes de los cuales salió "exento por alguna artimaña con el gobierno".

La discusión sobre el censo y el pacto fiscal se convirtió en uno de los pocos momentos donde cruzaron cuestionamientos. Camacho recalcó que durante más de 7 años, "hemos dejado de recibir 2.300 millones de bolivianos por año" debido a la redistribución de los recursos y propone la negociación de un pacto fiscal sobre la base de un 60%  de los recursos en favor de las regiones y las universidades, en vez del 13% actual.

En su momento, Cronenbold apostó por la urgencia de un nuevo censo que permita a Santa Cruz recibir los recursos que le corresponden. "Los que llegan aquí no traen su pupitre debajo del brazo, no vienen con sus recursos". Compromete que la realización del censo se realizará durante esta gestión, adelantándose un año.

En una de las pocas veces que las contrarréplicas se centraron en las propuestas expuestas, Camacho le recordó a su contrincante que "el pacto fiscal es un mandato legal, no un regalo del masismo".

Más allá de los discursos, los candidatos sostuvieron su propio duelo de gestos. Ante las acusaciones persistentes de Cronenbold, el postulante de Creemos mostraba su sonrisa, muchas veces tensa por la obligada contención, mientras guardaba la calma. El candidato del MAS también dejó entre ver la sonrisa burlona para encajar algunas de las respuestas y afirmaciones de Camacho.

Por momentos, la conductora del debate, en Unitel (medio que organizó el encuentro), lucía nerviosa y descentrada ante el vaivén de acusaciones entre Camacho y Cronenbold. Ninguno de los candidatos dedicaba el tiempo para exponer sus planes. Más bien, saltándose las pautas acordadas, insistían en las acusaciones mutuas.

Solo al concluir el debate, en el minuto final, ambos candidatos mostraron un semblante diferente para dirigirse a la audiencia y tratar de sumar su voto. Curiosamente, en esta última intervención, ambos apostaron a una misma imagen. Tanto Camacho como Cronenbold plantearon a la audiencia la existencia de dos caminos para el futuro del sector público cruceño. 

Para el candidato de Creemos, está el camino del "sometimiento" o la alternativa reflejada por "el amor a esta tierra y el futuro que podemos darle".

En su discurso de cierre, Cronenbold recordó la propuesta de su último spot en el que se refiere a "un camino de la confrontación y otro del trabajo para la gente".