Nuestro estado de ánimo puede afectar positiva y negativamente en nuestras preferencias alimentarias

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26 de julio de 2021, 16:59 PM
26 de julio de 2021, 16:59 PM

Entre la alimentación y las emociones existe un complejo y estrecho vínculo, es por eso que muchas personas consideran al intestino como el segundo cerebro, pues todo lo que se come repercute en las emociones. De igual manera, la dieta puede condicionar el estado anímico y emocional. 

Pero, ¿por qué sucede esto? Y más importante, ¿Qué podemos hacer al respecto?, La psicóloga clínica Flora Burgos Nutt nos aclara estas dudas. En situaciones anímicas inadecuadas, como episodios de estrés o ansiedad, la persona cae en la alimentación emocional. 

Burgos, define este término como aquella que se da en respuesta al estado anímico del momento, seguido por sentimientos de culpa y luego por sentimientos de arrepentimiento, para luego al afrontar otra situación similar volver a reaccionar de la misma manera. 

“Hay estudios (Macht, 2008) que demuestran que cuando el individuo está pasando estados emocionales, que son interpretados como desagradables, es inducido a ingerir alimentos que estén a mano para regular dichas emociones o cambiar esas interpretaciones negativas, sin tomar en cuenta si esos alimentos son saludables y nutritivos, con tal de lograr volver a un estado emocional que le provea bienestar”, afirma la experta. Como ves, la comida no sólo tiene una función nutritiva, sino que el acto de comer es placentero y desestresante. 

Claro que es normal relajarnos de vez en cuando disfrutando de un pastel de chocolate, pero la alimentación emocional debe ser controlada, pues no podemos dejarnos llevar por emociones momentáneas, no todo se soluciona comiendo. Entonces, ¿qué podemos hacer al respecto? La psicóloga aconseja implementar la “alimentación consciente”

Una vez se tiene la conciencia de las consecuencias de nuestra alimentación emocional es el momento para detenernos y analizar el por qué y el qué vamos a comer en ese determinado momento. 

Lo ideal es realizar pequeños análisis en un lugar silencioso y tranquilo, pues nos ayudará a crear nuevos hábitos alimenticios y a ser responsables en elegir nuestros alimentos. 

¿Qué comer? En estados como ansiedad y estrés, donde ya existe una cierta aceleración, de preferencia se debe comer alimentos con bajos contenidos energéticos, como las ensaladas, frutas, yogurt. Ante un cuadro depresivo o situaciones de dolor, tristeza, etc. Se deben consumir alimentos que aporten fibra, energía, porque ya existe una sensación de decaimiento, por lo tanto, hay que subir la energía y movilizar a la persona.