Porque si bien potencia el sabor de las comidas, también nos tiene ‘repitiéndolo’ el resto del día. Si quieres saber cómo evitar o disminuir este molesto efecto, continúa leyendo.

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19 de junio de 2022, 16:10 PM
19 de junio de 2022, 16:10 PM

El ajo es el complemento perfecto de las comidas y no lo podemos negar. Pero más de uno tenemos una relación amor-odio con él.

Porque si bien potencia el sabor de las comidas, también nos tiene ‘repitiéndolo’ el resto del día. Si quieres saber cómo evitar o disminuir este molesto efecto, continúa leyendo.

Lo primero es elegir un ajo fresco y de calidad. Visualmente la cabeza es lisa y color blanco, por dentro los dientes son morados. Cuando el ajo está fresco prácticamente no se repite. Por eso lo mejor es comprar pequeñas cantidades y usarlas según se requiera y no dejarlos secar olvidados en la alacena. Elimina la parte interior.

También conocida como germen, suele tener un tono verdoso y es la parte que más se repite. Utiliza un cuchillo para partir el ajo por la mitad y retira esta parte. Esto solo funciona en ajos nuevos. Una manera deliciosa de prepararlo y minimizar su fuerte olor es horneándolo. Parte la cabeza de ajo por la mitad, espolvorea con tus hierbas aromáticas favoritas y hornea a 180 °C durante una hora. Quedará cremoso como mantequilla y no lo repetirás ni un poco. La última idea es confitarlos. Coloca los dientes de ajo sin pelar en una olla, cubre con aceite de oliva y cocina a fuego bajo una hora. La temperatura no debe sobrepasar los 80°C. Una vez listo, deja enfriar y pela al momento de usar. El aceite puedes reutilizarlo, tendrá un rico aroma.

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El ajo genera lo que los japoneses describen como ‘kokumi’ una sensación de sabor rico. Es capaz de intensificar y hacer más duradero el sabor de lo dulce, lo salado y lo umami. Algo similar ocurre con la cebolla y los quesos curados. Una consecuencia inmediata de esto es que al añadir ajo a una salsa podemos disminuir la cantidad de sal en esta.

Todo lo que sucede en nuestro cuerpo tiene una explicación y la causa de este dilema es el reflujo gastroesofágico, eso que comúnmente llamamos ‘repetir’. Esto se produce por las sustancias ricas en azufre que contiene el ajo como el metanol o disulfuro de dialilo, las cuales se liberan en masa al pasar por el aparato digestivo y exponerse a sus enzimas.