La hipótesis de que se trata de una 'piedra-mapa' está basada en sus diseños y patrones, así como en la existencia de múltiples elementos similares.

15 de junio de 2020, 7:14 AM
15 de junio de 2020, 7:14 AM

Un petroglifo usado como piedra-mapa hace alrededor de 2.000 años fue registrado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México, en el estado de Colima, oeste del país, informó ayer la institución.

En un comunicado, el INAH indicó que la piedra está orientada en su superficie principal al volcán de Fuego de Colima "y tiene oquedades que representarían aldeas, así como líneas asociadas con veras hidrológicas y accidentes orográficos".

La institución informó que -hace miles de años- dicho volcán "arrojó una pesada roca basáltica" que, por la furia eruptiva, llegó a más de 14 kilómetros al sur hasta la actual Cofradía de Suchitlán, donde los habitantes prehispánicos de Colima la tallaron meticulosamente hasta convertirla en un mapa de su territorio.

En ese mismo lugar, en el predio particular donde yace, el petroglifo fue registrado el pasado 7 de junio, por especialistas del INAH, luego que días antes fue presentada una denuncia ciudadana al Centro INAH Colima, agregó el texto.

La piedra hecha mapa

La hipótesis de que se trata de una piedra-mapa "se basa en el análisis de sus diseños y patrones, así como en la existencia de múltiples elementos similares en el estado", dijo en el informe el titular del INAH en la entidad, Julio Ignacio Martínez de la Rosa.

Contó que "tan solo en la Zona Arqueológica de La Campana, en la ciudad de Colima, capital del estado, hemos contabilizado más de 100 petroglifos". Mientras que el arqueólogo Rafael Platas Ruiz, designado para la inspección del bien cultural, señaló que en la piedra "se aprecian al menos tres técnicas de grabado" -pulido, picoteo y desgaste- las cuales se usaron para representar el paisaje orográfico y geográfico de la ladera sur del volcán, surcado por barrancas, escurrimientos y ríos.

"La parte más alta de la piedra -de 1,70 metros de altura, un ancho irregular de entre 2,12 y 2,77 metros y un espesor de entre 60 centímetros y 1,70 metros- guarda un eje de aproximadamente 20 grados al noreste, es decir, está orientada al Volcán de Fuego".

El investigador abundó que en la superficie principal del petroglifo, alineada con el coloso y que también presenta un descenso hacia el sur, "se labraron pequeñas oquedades circulares, las cuales representarían la ubicación de comunidades antiguas". Además, en la cara este, se aprecian líneas que aluden a la orografía de la región, abundante en veras hidrológicas y escurrimientos naturales.

"Sin duda, estas piedras-mapa ayudaban a conocer y facilitar el manejo de los terrenos. Además, eran una forma de preservar el conocimiento de una generación a otra, en una época en la que no existía la escritura en el territorio que hoy es Colima", dijo Platas Ruiz.