El Gobierno asegura que se intensificaron operativos en la frontera para evitar el ingreso ilegal de ese vegetal. Se han instalado “trancas móviles” para mejorar los controles, afirma el viceministro Mamani

5 de julio de 2021, 7:00 AM
5 de julio de 2021, 7:00 AM

La Policía antidroga detectó cargamentos de coca ilegal provenientes de Perú por la vía del contrabando, con el propósito de alimentar la producción de cocaína y pasta base. En el Gobierno sospechan que el fenómeno obedece a patrones comerciales, aunque hay evidencias que vinculan a esa actividad con las rutas que emplea el narcotráfico para transportar droga a otros países, en tránsito por Bolivia.

La coca contrabandeada fue ingresada por pasos ilegales ubicados en el norte de La Paz y llegó hasta el trópico de Cochabamba. En ambos sitios se ejecutaron operativos por parte de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) “con trancas móviles” en diferentes carreteras del país, explicó el viceministro de Defensa Social, Jaime Mamani.

Esas acciones se intensificaron en los últimos tres meses. “Para que no pueda ingresar la coca peruana a nuestro país, se han intensificado los controles en las fronteras. También hemos llamado a la conciencia de los comercializadores de la hoja de coca para que no internen a nuestro país la coca peruana”, afirmó.

De acuerdo con el Informe Mundial sobre Drogas 2021, publicado a finales de junio por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), “la mayor parte de las áreas de cultivo de arbusto de coca en Perú continuaron encontrándose en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem)”, una zona aledaña a la amazonia boliviana, donde opera una célula del grupo terrorista Sendero Luminoso.

Perú reconoce 9.000 hectáreas de coca para el consumo ancestral en su zona andina, pero registró 54.700 hectáreas de cultivos, lo que representa un 23% del cultivo mundial de arbusto de coca, señala ese reporte global. Estados Unidos, en cambio, considera que en los cocales en esa nación superan las 70.000 hectáreas.

En Bolivia, el Comando Estratégico Operacional (CEO), la entidad que está a cargo de la fuerza combinada —policías y militares— para a la eliminación de la coca ilegal en el país, encontró desde fines de 2020 plantaciones a la frontera con Perú, incluso en áreas protegidas al norte del país.

El expresidente Evo Morales, que desde hace 25 años dirige a los productores del trópico de Cochabamba, se reunió la semana pasada con sus bases para recoger inquietudes sobre “la coca”.

“Hemos decidido que vamos a invitar, vamos a pedir una reunión al ministro de Gobierno (Eduardo del Castillo), junto a sus colaboradores, y con el ministro de Desarrollo Rural (Remmy Gonzales) para tocar el tema de la coca. Será una reunión muy importante. Haremos conocer distintos temas que tienen que ver con las reivindicaciones sociales del trópico de Cochabamba”, anunció Morales el 28 de junio desde Lauca Ñ.

La fecha de la visita ministerial al trópico no fue fijada, pero el exmandatario anticipó que es una tarea “frente a tantas acusaciones que vienen de la derecha y del imperio norteamericano”.

Del Castillo, en una breve declaración efectuada el viernes en Santa Cruz, informó que conversó con Evo Morales. “Nos comunicó que estaba ingresando coca ilegal de Perú y que se necesitaba reforzar los operativos. Emitimos el informe correspondiente y le dijimos que esta es la coca ilegal que hemos decomisado en la presente gestión”, remarcó la autoridad.




Según el informe de monitoreo de la hoja de coca presentado por la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (Unodc), en 2019 se lograron secuestrar 322 toneladas del vegetal que estaba siendo desviado a actividades ilícitas, un 3% menos respecto a un periodo anterior. El 74% de esas incautaciones se hizo en el departamento de La Paz, incluida el área fronteriza con Perú.

Un oficial de la Felcn, que pidió a EL DEBER no ser identificado, explicó que se ejecutaron operativos “sorpresa”, en La Paz y Cochabamba, donde se identificó la existencia de coca cultivada en Perú. Además, el oficial expresó su preocupación por la presencia de actividades del narcotráfico en el límite sur del Territorio Indígena del Parque del Isiboro Sécure (Tipnis) y en otras reservas.

Consultado sobre este riesgo, Jacinto Noza, cacique mayor del Consejo Indígena del Sur (Conisur), que reúne a un grupo de comunidades que está dentro del Tipnis, señaló que hay mucho control en la zona. “A nosotros no nos dejan cultivar coca, aunque es posible que en alguna comunidad exista poco para el consumo medicinal y propio”, indicó.

Conisur es la organización que controla, sobre la base de usos y costumbres, a las comunidades indígenas que están al sur del Tipnis, la reserva natural ubicada entre los departamentos de Cochabamba y Beni. En 2011, el gobierno de Evo Morales intentó construir una carretera por esa zona y vincular de ese modo a ambos departamentos, pero el proyecto desató un conflicto por las afectaciones contra ese parque nacional y las poblaciones indígenas que habitan en esa zona.

El área protegida colinda con el Polígono 7, una zona que fue poblada por los llamados “colonizadores” y que hoy forma parte de las Comunidades Interculturales, una organización próxima al MAS. Noza señaló que “ellos tienen plantaciones de coca”, pero aclaró que no conoce el alcance ni la cantidad de esos cultivos.

Naciones Unidas, en el Informe Mundial sobre Drogas 2021, expresó su preocupación por la expansión de coca en las áreas protegidas del país, aunque no mencionó al Tipnis. “Algunos cultivos de coca están en áreas que fueron deforestadas el año anterior, lo que representa un desafío particular para el ecosistema forestal del país, especialmente en áreas protegidas como los parques Madidi y Amboró”, apuntó el reponte internacional.

Respecto a las rutas que emplea el narcotráfico, la Unodc reveló que se hallaron factorías de purificación de clorhidrato de cocaína en países alejados de las naciones andinas productoras.

“Por ejemplo, el laboratorio de fabricación de cocaína más grande jamás identificado en los Países Bajos fue desmantelado en una antigua instalación de equitación en Nijeveen, una aldea en el norte del país, en agosto de 2020”.

El informe destaca que Colombia, que sigue siendo el principal productor de coca del mundo, exporta pasta base para que esta sea procesada en otras naciones.

El informe mundial señala que el 87% de la cocaína que se incautó en Estados Unidos salió de Colombia; el 9% de Perú y el resto de otras naciones a través de la ruta de los países del Caribe.