Bisila Bokoko, destacada empresaria y consultora española que reside en Nueva York, estuvo en Santa Cruz, invitada por BancoSol para participar en diferentes eventos con motivo del Mes de la Mujer Boliviana. EL DEBER tuvo la oportunidad de explorar sus perspectivas sobre cómo los emprendedores pueden navegar en tiempos de volatilidad económica, el impacto de la inclusión en el liderazgo y la importancia de la autocrítica para el éxito empresarial.

_¿Qué consejo daría a emprendedores que están atravesando momentos difíciles, especialmente en el contexto de la volatilidad económica global?

El emprendimiento es siempre una montaña rusa y van a haber momentos muy difíciles. Y yo creo que lo más importante para realmente enfrentar esos momentos tan difíciles es la actitud. Yo he estado ahí y hay momentos muy oscuros dentro del emprendimiento y que parece que nada sale adelante.

Y esos momentos no son extremadamente malos, son extremadamente buenos. Yo sé que para algunas personas que quizá lo están pasando ahora muy mal y que no saben cómo van a salir de la situación donde están o que sus finanzas no son las correctas, hay dos cosas importantes a tener en cuenta. 

Número uno es que quizás tienes que hacer un cambio de dirección y ese es un gran mensaje. Cuando tú estás en ese momento de estancamiento, lo único que te está diciendo la vida es que hay que hacer un giro. Y número dos, lo más importante es la actitud. Hay mucha gente que empieza los emprendimientos y los deja precisamente en el momento en que menos los tienes que dejar.

Eso es como cuando estás corriendo ya, pues esa última milla es la más difícil. Pues cuando traspasas eso, es cuando realmente te encuentras en el otro lado. Así que yo animo a todas las personas que se encuentran ahora mismo en ese momento, de verdad, que sigan adelante.

Y me gustaría aconsejarles un libro que me ayudó muchísimo en esos momentos, que es un libro que se llama 'Maestría', de Robert Greene. Y realmente lo que explica ese libro es cómo otros emprendedores antes que nosotros, a lo largo de la historia, si no habían estado diez mil horas de trabajo intentando algo, no abandonaban. Y yo cuando leí ese libro dije, mira, no llevo diez mil horas, así que me queda todavía un poquito. Así que yo les diría pues que sigan adelante y que no se rindan.

_ ¿Cómo ha logrado su consultoría ayudar a empresas hispanas o latinas a convertirse en jugadores internacionales en un mercado tan competitivo como el de Estados Unidos?

Bueno, el mercado de Estados Unidos es competitivo, pero sí que es cierto que está lleno de oportunidades. Hay 300 millones de personas, eso significa 300 millones de oportunidades. Puedes ver las cosas desde un punto de vista donde todo es dificultad, o puedes ver las cosas donde todo son ventajas y oportunidades. Si tienes solamente un 1% de ese mercado, imagínate ya cuales son tus números. Así que yo siempre miro en esas oportunidades.

Sí es cierto que hay que trabajar mucho. Creo que para entrar en el mercado americano hay que estar entre tres y cinco años de trabajo. Mucha gente se rinde antes y hay que hacer unos planes de negocio que realmente siempre estén vivos. Vivimos en un mundo súper incierto, donde además, por todo lo que está pasando en esta era digital, las cosas cambian muy rápido.

_Demasiado rápido lo vimos con la pandemia, ¿no?

Exacto. Cómo nos obligó a ser tan tecnológicos. A cambiar todo. Trabajar desde casa.Todas las herramientas que tuvimos que aprender, sobre la marcha.

Mira, había mucha gente que pensábamos simplemente que teníamos que ir al mercado para poder hacer negocios y que si no te sentabas en la misma habitación con una persona no podías hacer negocios. Y la pandemia nos mostró que no, que se puede hacer también por Zoom. Cambiamos mucho nuestras maneras.

Y eso significa estar realmente acostumbrado al cambio. Para eso hace falta mucha resiliencia, flexibilidad y adaptabilidad. Y luego creo que un emprendedor tiene que ser un polímata. Estar constantemente aprendiendo. Y eso es lo que creo que ha sido el secreto de nuestro éxito en Estados Unidos. Que hemos animado a las personas también a que cambien su mentalidad.

Tú puedes tener un producto buenísimo, pero si no piensas como un ganador es muy difícil hacerte en ese mercado. Pero sinceramente se puede.

_Y en su experiencia, ¿cuál es la mayor barrera que enfrentan las mujeres emprendedoras hoy en día para lograr la expansión de su negocio?

Pues mira, yo diría que son las mismas barreras con las que me he enfrentado yo. Y son los límites de mi mente y el síndrome del impostor. Muchísimas mujeres postergamos las cosas porque pensamos que no estamos preparadas lo suficiente. Y yo creo que eso nos hace procrastinar.
 Y hace que muchas veces no nos impulsemos. 

No podemos tener miedo a equivocarnos. No podemos tener miedo al fracaso, porque el fracaso no existe. Lo único que existe es el aprendizaje. 

Y yo creo que esa es una de las primeras creencias que tenemos que enfrentar las mujeres. Es quitarnos la creencia limitante de que debemos tener todo preparado. Tengo que tener el dinero suficiente. Tengo que tener los conocimientos suficientes, personal suficiente. Entonces estoy realmente centrándome en todos los por qué no debería emprender en lugar de los por qué sí. Y en realidad uno nunca está preparado lo suficiente.

Hay que ir y hacerlo poquito a poco y aprender, caerse. Y sí que es cierto que todavía existen sesgos. Es cierto que todavía tenemos muchas barreras que están en la mente de las personas. Pero creo que solamente nosotras podemos cambiarlas. Y sobre todo, tenemos que hacerlo creando comunidad. Creando círculo e impulsándonos unas a otras. Entonces, creo que los congresos, todos los círculos de mujeres, tener mentoras es muy importante. Hacer masterminds. Yo creo que a mí son las herramientas que me han ayudado.

_Usted menciona en su libro 'Todos tenemos una historia que contar' que el emprendimiento le da la libertad de manejar su tiempo. ¿Cómo encuentra el equilibrio entre la vida personal y profesional en un ámbito tan exigente como es el desarrollo de su compañía de Nueva York?

Hay que tener muy claro tu escala de valores. Y para mí, family first. Entonces para mí la familia es lo primero, la familia y los amigos. No siempre tuve esos valores. Al principio de mi carrera pensé que lo más importante era el trabajo. Y dediqué mucho trabajo a crecer profesionalmente. Pero cuando me caí, descubrí que lo más importante en la vida que tenemos -cuando nosotras nos caemos- es la familia y los amigos que nos han acompañado desde el principio.

Y que hay que cuidarlos. Entonces ahora sí que creo que es muy importante ese equilibrio. Y luego también por tener ese bienestar. Porque creo que muchas veces llegamos a situaciones de burnout. Nos quemamos. Estamos en estrés, con ansiedad.

Y nos olvidamos de que estamos aquí para disfrutar de la vida. Entonces yo creo que ese equilibrio es importante. Poniéndonos muy claro cuáles son las metas que tú quieres lograr. Pero también cómo te tienes que cuidar. Si tú no te cuidas, no cuidas a tu familia, tu entorno. Y si tú no tienes bienestar, no lo puedes dar a los demás.

Y el emprendedor al final, ¿qué es lo que quiere? Cambiar el mundo, hacerlo mejor. Por sus productos, por sus servicios, de cualquier manera. Entonces tiene que empezar por ti.

_Justo cuando habló de caída, menciona usted que tras su despido en la Cámara Hispana pudo reflexionar sobre la arrogancia y el éxito. ¿Cómo influye esta autocrítica en su actitud actual?

Bueno, pues yo creo que a veces el éxito tiene un gran enemigo. Y el enemigo es la arrogancia. Porque a veces uno en su empresa le puede haber ido muy bien o ejecutivamente ha ascendido mucho en la empresa y ha obtenido puestos de responsabilidad. Pero es que no eres el puesto, no eres tu trabajo. Y a veces uno se olvida de eso y se le sube la cabeza como una botella de champán, ¡pum! Y entonces explota por algún lado.

Y yo creo que al final me he dado cuenta de que una de las esencias del liderazgo para ser un buen líder y para realmente liderar nuestras vidas y otras personas es las tres ‘H’. La humanidad, el humor y la humildad. Hay que tener sentido el humor porque el camino es difícil y como no te rías de ti, al final va a ser difícil.

Poner siempre al ser humano por encima de todo porque estamos aquí para servir a las personas. Y luego esa humildad. Saber que tienes que tocar tierra y que, bueno, pues que todas las personas que te rodean son tan importantes como tú. Y yo creo que cuando tienes eso claro pues cambia mucho tu visión empresarial también.

_ La humildad además ayuda a dar un mensaje más auténtico.
Totalmente. Yo creo que la verdad y la transparencia, que estamos en una era de la transparencia porque ahora estamos viendo cómo todo va saliendo a la luz y que realmente ¿con quién nos gusta hacer negocios? Con las personas. Y queremos personas reales y auténticas, personas de carne y hueso. Y así es como me gusta a mí hacer negocios. Negocios de carne y hueso.

Y estar en el business de hacer el bien, que es el mejor negocio del mundo.

_Como empresaria mujer, ¿qué cambios reales ha visto en el entorno empresarial en cuanto a la inclusión y la diversidad? ¿Y qué puede aconsejar, a las grandes empresas?

Yo creo que hemos recorrido un camino increíble, pero sé que nos queda mucho camino por recorrer. Pero creo que es muy importante celebrar lo ya recorrido. Solamente hay que mirar atrás a nuestras madres. Que no es tanto tiempo.

¿Dónde estaban y dónde estamos ahora estas generaciones? ¿Y dónde van a estar las nuevas generaciones? Yo creo que hemos demostrado que el liderazgo femenino es un liderazgo que viene a sumar. Es un liderazgo que crea más motor económico y crecimiento para las empresas. También es un motor para la innovación.

Con lo cual, ese talento está al servicio de las empresas. Y creo que las grandes empresas, muchas ya han entendido ese mensaje y nos hemos dado cuenta de la riqueza que tiene la diversidad. Pero creo que es importante entender la diferencia entre diversidad e inclusión.

Diversidad es que te inviten a la fiesta. Inclusión es que te saquen a bailar y no te quieras ir de la fiesta. Entonces, hay veces que las personas piensan que diversidad es mezclar diferente gente junta. No, es que todas las voces cuenten. Y ahí yo creo que ese es el siguiente paso. Muchas empresas sí que están integrando la diversidad, pero no están ejerciendo la inclusión.

Y para ejercer la inclusión, se necesita la cultura de la empresa. Tener eso en mente.

_Que no sea solo un eslogan...
Sí, que sea una realidad y que esté en el ADN de la empresa.

_Habla de liderazgo desde la empatía y la colaboración. ¿Cómo este enfoque puede ser una ventaja competitiva en el actual entorno económico global?

Pues yo creo que es muy importante porque ahora mismo nosotros no solamente necesitamos tener una muy buena relación con los clientes, sino también una buena relación con los clientes internos y con nuestros embajadores, que son las personas que son nuestros colaboradores dentro. Entonces, cuando uno mete como ingredientes la cultura de la empatía y de la colaboración, está siendo ese líder humanista, ese líder transformador que necesitan las empresas.

Porque si los valores de la empresa no están alineados con los valores de las personas que trabajan, no va a llegar al cliente final. Por lo tanto, yo creo que es muy importante. Para eso tienes que utilizar la empatía, saber cómo se andan los zapatos de las otras personas que te rodean.

Y aunque te pongas esos zapatos, no sabrás hasta que andes con ellos si realmente te aprietan o te vienen grandes. Eso es la empatía en realidad. Y luego la colaboración frente a la competencia.

Venimos de un mundo donde todo era competitivo y creo que ahora estamos en esa cultura de la colaboración. Y eso creo que es algo que en este siglo es donde vamos a necesitarlo, porque en la era digital es donde realmente tú puedes digitalizar una empresa con dinero. Pero para tener liderazgo necesitas humanismo. Y eso es lo que te va a llevar adelante.

_ Su proyecto Bisila Bokoko Africa tiene un impacto notable en la alfabetización en África. ¿Cómo integra los principios de negocio y filantropía para ejercer un cambio social sostenible?

Bueno, yo siempre me he considerado una emprendedora social y he pensado que el mejor negocio del mundo es hacer el bien. Y creo que a veces está reñido el querer tener dinero o hacer dinero. Las empresas quieren hacer dinero. Eso es así. El dinero es maravilloso. Y también con ese dinero puedes hacer muchas cosas.

Entonces, yo creo que un emprendedor también tiene esa libertad de poder ayudar a los demás. Y nosotros lo que hacemos es que un porcentaje de la empresa va para crear bibliotecas. Ya ha habido años en los cuales no he podido porque los beneficios no han dado para eso. Pero bueno, me he llevado libros en la maleta y me los he llevado a África y algo se puede hacer.

Y con que cambies la vida de una sola persona. Yo he conocido personas maravillosas. Un niño que tenía el sueño de ser piloto cuando lo conocí con nueve años. Ahora tiene 23 y hoy es piloto.

Y creo que un libro puede cambiar la vida de una persona. Con un libro nunca estás solo. Y creo que muchas veces no todo el mundo tiene acceso a poder ir a una universidad o poder tener esa educación que algunos hemos tenido la suerte de tener. Pero todo el mundo puede leer un libro.

_¿Y consideras que estamos viviendo un tiempo en el que es el momento de la mujer?

Absolutamente. Yo estoy tan segura de que el siglo XXI tiene signo de mujer. Lo veo así. Y que se preparen porque realmente las mujeres tenemos muchísimo que aportar.

Pero no va a ser solamente bueno para nosotras, es bueno para toda la humanidad. Y creo que vamos a llegar a un sistema mucho más igualitario donde haya mucho más para todos. Porque la mujer puede traer un sentido ético. Y creo que eso es importante.

PERFIL

Bisila Bokoko dirigió la Cámara de Comercio España-Estados Unidos, fomentó el crecimiento de empresas españolas para convertirlas en negocios y, gracias a su labor con la compañía BBES, se convirtió en una de las diez mujeres españolas más influyentes en los negocios estadounidenses. Además, creó el programa African Literacy Project, con el que busca “compartir el don de las ideas” con comunidades rurales en Ghana, Uganda, Kenya y Zimbabwe a través de bibiotecas sostenibles.