Las declaraciones del Presidente Luis Arce a un medio digital español, sobre las medidas que el Gobierno podría tomar para combatir la escasez de dólares, causó distintas reacciones en los medios de comunicación y redes sociales, la jornada de este sábado en todo el país.

En una entrevista cedida al sitio Diario Red, el mandatario aclaró que el Gobierno nunca propuso el “control de divisas” -lo propuso la COB-, sino la “entrega obligatoria de divisas” al Banco Central de Bolivia (BCB), si la situación económica “lo amerita”.

“Si la economía así lo amerita, podríamos aplicar la entrega obligatoria de divisas, que es muy diferente al control de divisas. El control de divisas se dio en la Argentina, en Venezuela y otros países, e implica un control estatal. Yo no creo que esta sea una salida, como se lo expliqué a los empresarios, y es por eso que nunca lo hicimos”, expresó Arce.

Para el economista y analista, Rubén Arias, es un enunciado que presenta ciertas incongruencias y ambigüedades que merecen ser analizadas desde una perspectiva económica.

En primer lugar, afirmó Arias, el concepto de “control de divisas” por parte del Gobierno, generalmente implica una serie de medidas regulatorias que buscan administrar la disponibilidad y el flujo de moneda extranjera en la economía. “Estas medidas pueden incluir restricciones a la compra y venta de divisas, fijación de tipos de cambio y, en muchos casos, la centralización de las operaciones de cambio a través de una entidad estatal, como el Banco Central”, resaltó.

En ese sentido, agregó que en muchos regímenes de control de divisas, la obligatoriedad de canalizar o entregar las divisas al Banco Central es una consecuencia lógica del propio control de divisas, ya que es una herramienta fundamental para que el Estado pueda ejercer ese control de manera efectiva.

“Decir que el control de divisas no es lo mismo que la obligatoriedad de entregar las divisas al Banco Central, puede generar confusión, ya que en la práctica, ambos conceptos están íntimamente relacionados. Sin la centralización de las divisas en el Banco Central, el Gobierno tendría dificultades para regular el acceso a las mismas y para mantener la estabilidad del tipo de cambio, que son algunos de los principales objetivos del control de divisas”, afirmó Arias.

Además -subrayó- esta afirmación podría ser vista como un intento de suavizar la percepción pública sobre el alcance de las medidas de control, minimizando las implicaciones prácticas que estas conllevan. “Si bien es posible que, en teoría, un gobierno pueda ejercer cierto control sobre las divisas sin exigir su entrega obligatoria al Banco Central, en la mayoría de los casos, esta entrega es un mecanismo esencial para que el control sea efectivo”.

El analista remarcó que la incongruencia se presenta al separar dos elementos que, en la práctica, suelen ser inseparables dentro de un régimen de control de divisas. “La entrega obligatoria de divisas al Banco Central es, en muchos casos, una extensión natural del control de divisas y una herramienta crucial para que dicho control se ejerza de manera efectiva”, añadió.

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