Aunque Sudamérica atraviesa su mejor momento histórico en cuanto al control de la fiebre aftosa, los riesgos aún persisten debido a los cambios ambientales, la superposición de hábitats y la creciente interconexión global. Ante esta situación, expertos internacionales subrayaron la urgencia de reforzar las medidas preventivas para garantizar la estabilidad sanitaria y alimentaria de la región. Estas advertencias fueron hechas durante la conferencia "Control sostenible de la fiebre aftosa en un entorno cambiante", celebrada en Buenos Aires y organizada por el TAFS Fórum.

Durante el evento, representantes de sectores público y privado de varios países sudamericanos debatieron sobre el estado actual de la fiebre aftosa, destacando los avances logrados, pero también advirtiendo sobre las amenazas que podrían comprometer el estatus sanitario alcanzado. Los expertos enfatizaron que, a pesar de los logros obtenidos, es imprescindible fortalecer la cooperación entre los actores involucrados para consolidar acciones preventivas efectivas.


Un avance histórico, pero con desafíos latentes

Sudamérica ha realizado importantes esfuerzos en las últimas décadas para erradicar la fiebre aftosa, y actualmente once de los doce países de la región están libres de la enfermedad. Sin embargo, los participantes del evento señalaron que factores como el cambio climático y las políticas de vacunación más flexibles pueden aumentar el riesgo de nuevos brotes, lo que tendría graves consecuencias no solo para la región, sino también para la seguridad alimentaria mundial.

Ricardo Reilly Arrarte, de la Asociación Rural del Uruguay, destacó que los países del Mercosur son responsables del 20% de la producción mundial de carne vacuna y del 46% de las exportaciones globales. Por ello, un brote de fiebre aftosa en la región impactaría gravemente no solo a las economías locales, sino también a la disponibilidad mundial de carne.


La necesidad de un enfoque preventivo

Uno de los puntos clave abordados en la conferencia fue el creciente riesgo asociado a la suspensión de la vacunación en algunas zonas, una medida que, si bien ha permitido mantener el control sobre la enfermedad, también ha dejado a un gran número de animales vulnerables. Emilio León, profesor de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires (UBA), advirtió que la vacunación no debe suspenderse a menos que existan pruebas contundentes de que es seguro hacerlo, ya que la prevención sigue siendo la herramienta más eficaz para mitigar los riesgos.

Por su parte, Patrick Buholzer, director ejecutivo de TAFS Fórum, hizo hincapié en la influencia de factores como el cambio climático y la globalización en la propagación de enfermedades transfronterizas. "El mundo se ha hecho indudablemente más pequeño", señaló, al referirse a cómo estos cambios facilitan la transmisión de virus y otros patógenos.


Un enfoque global para una amenaza regional

La conferencia también abordó la importancia de contar con planes de contingencia sólidos para responder de manera rápida y eficaz ante posibles brotes. Nadav Galon, ex jefe de la autoridad de sanidad animal de Israel, subrayó la importancia de estar preparados con estrategias que incluyan la disponibilidad de vacunas y bancos de antígenos, elementos esenciales para una respuesta oportuna.

Los 90 asistentes al evento coincidieron en que el trabajo conjunto entre países y sectores es fundamental para mantener controlada la fiebre aftosa y prevenir su reaparición. Asimismo, se discutió la necesidad de actualizar las evaluaciones de riesgo en función de los nuevos escenarios climáticos y sanitarios, y de continuar promoviendo la cooperación internacional para asegurar la continuidad de las cadenas productivas y la sostenibilidad de la ganadería en la región.


Conclusiones y llamados a la acción

El evento concluyó con un llamado a intensificar los esfuerzos colectivos para garantizar un control sostenible de la fiebre aftosa en Sudamérica. Se destacó la importancia de mantener abiertos los canales de diálogo entre las diversas partes interesadas, para encontrar soluciones conjuntas a los desafíos que enfrenta la región, especialmente en un contexto de cambios acelerados que podría comprometer los logros alcanzados hasta ahora.

La fiebre aftosa sigue siendo una amenaza latente para la economía y la seguridad alimentaria de muchos países. Por ello, los expertos insisten en que las medidas preventivas deben ser reforzadas para evitar retrocesos y proteger el estatus sanitario de Sudamérica, una región clave en la producción mundial de alimentos.

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