El Indicador de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI, por sus siglas en inglés), calculado por el banco estadounidense JP Morgan Chase, se elevó para Bolivia, luego del “fallido golpe de Estado” del 26 de junio. El reporte de la serie histórica de los subíndices globales diversificados de EMBI, indicaron que el riesgo país de Bolivia pasó de 1.980 a 2.027 puntos el jueves 27 de junio.

El ex director del Banco Central de Bolivia (BCB), José Gabriel Espinoza, indicó que el índice permaneció por un buen tiempo en el rango de los 1.900 puntos, pero luego de los sucesos del miércoles, superó los 2.000 puntos, lo que significa que Bolivia -por ejemplo-, cuando busca capitales de financiamiento en los mercados financieros, debe pagar una prima de riesgo país del 20% por encima de la prima de riesgo que paga un país ‘seguro’ como Estados Unidos.

“Esta prima de riesgo país depende de factores económicos como las reservas, el tipo de cambio, déficit fiscal y, también, de factores políticos de países con volatilidad política muy grande, cuando tiene golpes de Estado, por ejemplo”, explicó Espinoza.

El economista puso como ejemplo la prima de riesgo país que paga Estados Unidos, que está entre 4,5 y 5%. “Pero Bolivia, al mismo plazo, debería pagar el 5% de Estados Unidos más un 20% que es lo que hoy día marca ese riesgo país”, puntualizó.

Al mismo tiempo, Espinoza señaló que este índice lo utilizan los inversionistas para analizar dónde colocar su dinero y cuánto deben exigir de rentabilidad. “Por eso en países con alto riesgo país, suele haber mucha inversión especulativa, como en materias primas o explotación de piedras preciosas y minerales, que pueden extraerse rápidamente pero no son inversiones de largo plazo como la industria o el comercio”.

Por su parte, el economista Fernando Romero, consideró que el incremento del riesgo país se debe a la toma militar en la Sede de Gobierno, con un incremento del 1,11% a su última medición.

“Sigue siendo el país más riesgoso del continente americano después de Venezuela. Sin embargo, más allá de los problemas a nivel macroeconómico, cada vez tienen más peso los aspectos negativos políticos y sociales que ocurren en el país, que ponen en señal de alarma a los inversionistas y prestamistas internacionales”, subrayó.

País inestable

"Bolivia es de los países políticamente más turbulentos del mundo. Ha tenido casi 200 golpes y revoluciones desde que logró su independencia de España. Incluso Evo Morales fue derrocado por el Ejército en 2019 después de unas elecciones controvertidas” reportó la agencia Bloomberg, hace pocos días.

Luego de los sucesos del 26 de junio, los medios internacionales reflejaron la compleja situación de Bolivia. “El país evitó por poco una crisis financiera en 2023 al aprobar una ley que permitiría al Banco Central vender aproximadamente la mitad de sus reservas de oro. Seis meses después, ya se había gastado casi todo: al final del año al banco solo le quedaban 23,5 toneladas de oro y la Ley dice que esta cifra no puede ser inferior a las 22 toneladas”, escribió La República, de Colombia.

Algunos inversionistas están perdiendo la confianza en los bonos de Bolivia, según Emfi Group, que recientemente cambió su recomendación sobre los bonos soberanos del país de “mantener” a “vender”.

Gobiernos como los de Ecuador, Brasil y Colombia dijeron que se debe defender la democracia en Bolivia. Incluso la Casa Blanca tras un Consejo de Seguridad también llamó a la calma y el orden.

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