La crisis climática ha provocado un impacto devastador en la producción de carne y aves en Bolivia, elevando los precios y reduciendo la oferta en los mercados. La sequía y las lluvias caídas fuera de temporada han afectado la disponibilidad de pastura, alimento esencial para el ganado en el oriente del país.

Este fenómeno ha provocado una alza en los precios de la carne, que ya se siente en todo el territorio nacional. “Este año, la lluvia fue escasa y llegó fuera de temporada, afectando la capacidad de recuperación de los pastos. Sin suficiente alimento, el ganado no engorda y eso encarece todo el proceso”, comentó un especialista consultado por EL DEBER.

El ciclo climático habitual comienza con lluvias entre enero y abril, seguidas de una fase de sequía que se extiende hasta julio. Durante este período, los ganaderos suelen vender sus reses debido a la falta de pasto, lo que inunda temporalmente el mercado con ganado flaco y deprime los precios. 

Sin embargo, en 2024, las lluvias no llegaron en su momento habitual, lo que afectó la oferta de pastura y forraje, esenciales para el engorde del ganado. Posteriormente, entre mayo y julio, las lluvias extemporáneas no penetraron adecuadamente la tierra, lo que resultó en una producción insuficiente.



Aumento de costos de producción

La escasez de alimento ha provocado un aumento en los costos de producción ganadera, lo que, combinado con una menor oferta de ganado apto para el consumo, ha encarecido el precio de la carne. A medida que se acerca la temporada navideña, cuando la demanda de carne se incrementa, los precios continúan en ascenso. Actualmente, el precio del kilo gancho —el costo de la carne faenada— oscila entre 27 y 28 bolivianos, y se espera que siga subiendo.

Un especialista consultado destacó que los intermediarios juegan un papel crucial en el encarecimiento de la carne, ya que compran el ganado vivo, lo llevan a los mataderos y controlan la oferta, ajustando los precios según la disponibilidad. 

Sin embargo, aclaró que el problema de fondo no reside solo en los intermediarios, sino en las condiciones climáticas adversas que han afectado toda la cadena de producción. “La sequía prolongada impacta todo el ciclo productivo, desde la alimentación del ganado hasta su engorde”, subrayó

Frente al alza de precios, los carniceros han apuntado a los ganaderos como responsables. No obstante, la Confederación de Ganaderos de Bolivia (Congabol) rechazó esta acusación. A través de un comunicado, Congabol explicó que ellos no fijan los precios finales, sino que son “tomadores de precios” determinados por el mercado y los intermediarios. En su comunicado, acusan a los centros de remate y mataderos de incrementar sus márgenes de ganancia a costa de ellos y los consumidores.

Más de 2,3 millones de aves muertas

El sector avícola también atraviesa una crisis profunda debido a la ola de calor y la humareda generada por los incendios forestales. Omar Castro, ejecutivo de la Asociación Nacional de Avicultores (ANA), informó que más de 2,3 millones de pollos han muerto, lo que ha reducido la oferta de carne de pollo y disparado sus precios. La mortalidad de aves, que normalmente se sitúa entre el 7% y el 10%, ha aumentado a niveles críticos, alcanzando entre el 10% y 11%.

El kilo de pollo ya supera los Bs 15 en Santa Cruz y alcanza los Bs 17 en Cochabamba. Este incremento de precios también se debe al contrabando inverso de carne y huevos hacia países vecinos como Perú y Argentina, donde los precios son más altos.

Según Castro, las condiciones climáticas extremas han retrasado el proceso de engorde de los pollos, que normalmente tarda entre 39 y 40 días, afectando la oferta de carne en el mercado.

A su vez, Jorge Silva, viceministro de Defensa al Consumidor, expresó su preocupación por el impacto de los incendios en la producción alimentaria. Según Silva, el humo no solo afecta a las aves, sino también al ganado bovino, que se “enflaquece” debido al estrés, lo que reduce aún más la producción de carne. Además, alertó sobre la exportación no oficial de productos a países vecinos, lo que agrava la escasez en Bolivia y contribuye al aumento de precios.