En Bolivia, el encarecimiento de los precios ha llevado a las tiendas de barrios y mercados minoristas a recurrir a descuentos, promociones y créditos, según un informe sobre el Índice de Confianza en los Puntos de Venta (IC-PDV) realizado por Zoomin Group en cuatro ciudades del eje troncal del país: Santa Cruz de la Sierra, Cochabamba, La Paz y El Alto.

Juan Carlos Jara, investigador de Zoomin Group, indicó   que hoy en día el consumidor está afectado por el alza de precios y por ese motivo el comerciante de las tiendas de barrio y mercados minoristas está sintiendo que sus ventas “no caminan como caminaban antes”, entonces tiene que buscar soluciones para poder generar un mayor movimiento económico.

“Como consecuencia de los precios altos, las ventas se empiezan a contraer. Las soluciones vienen en diferentes formas, como por ejemplo buscar una alternativa más barata, un tamaño más funcional, o un producto con mejor rendimiento, además de las promociones”, dijo Jara.

Esto coincide con parte del estudio que dice que “en medio del contexto que se vive en Bolivia se observa el continuo avance de las variables: promociones, descuentos y créditos. En particular, las promociones que están muy próximas a ocupar el segundo lugar en el consolidado de ciudades medidas”, explicó parte del documento.

El informe señaló que entre los Atributos Valorados en un Proveedor, por parte de estos comerciantes minoristas, la Frecuencia de Visita ocupa el primer puesto, pero ha estado perdiendo terreno. En el segundo trimestre de 2024 se tuvo un 69% de valoración, en el primer trimestre fue del 70%, y en el cuarto trimestre del año pasado 71%.

El segundo lugar lo ocupa el Buen Trato (amabilidad). En el segundo trimestre de este año fue de 64%, en el primer trimestre 66% y en el cuarto trimestre del 2023 el porcentaje fue similar. “Frecuencia de Visita: Los PDV (Puntos de Venta) comentan que una buena frecuencia de visita es 1 vez por semana, que nos sea cada 15 días o que se pierdan más de una semana. Buen Trato (amabilidad): Los negocios indican que buen trato implica, ser atentos, cordiales, darles solución a sus problemas y consultas”, indicó parte del informe.

En el tercer lugar están las Promociones que en el segundo trimestre del 2024 llegó al 62%, en el primer trimestre 58% y en el cuarto trimestre del 2023 alcanzó un 57%. En tanto, en el cuarto puesto esta la Puntualidad con 45% alcanzado en el segundo trimestre del 2024, 46% en el primer trimestre de este año y 45% en el cuarto trimestre del año pasado.

En el quinto y séptimo puesto están los Descuentos y Créditos, respectivamente. Para los descuentos en el segundo trimestre del 2024 se llegó a 39% y en el primer trimestre 35%, mientras que en el cuarto trimestre del 2023 fue de 33%.

En lo que vienen a ser los créditos, en el segundo trimestre del presente año se llegó a 23%, mientras que en primer trimestre fue de 19%, en tanto que en el cuarto trimestre del 2023 se alcanzó un 18%.

Finalmente, en el sexto puesto está el Cumplimiento del Pedido. En el primer y segundo trimestre del 2024 la cifra fue similar, 38%, mientras que en el cuarto trimestre de 2023 fue 37%.

Jara señaló que los comerciantes de los mercados minoristas y tiendas de barrio piden a los fabricantes promociones para poder ayudarse a vender. Agregó que los vendedores “sienten” que esa es la solución y el estudio ha detectado ese sentimiento.

“Entonces, es una idea que el comerciante siente que le puede funcionar, pero ahora hay que mirar desde el lado del fabricante y ver cómo encontramos una solución funcional para el momento, y ahí hay que entrar a trabajar muy fino, acercándose a entender la mejor forma cómo estar al lado de su consumidor y cliente”.

El informe también mostró una disminución en el índice de confianza que existe en los puntos de venta en los mercadores minoristas y tiendas de barrio de estas cuatro grandes ciudades del eje troncal de Bolivia.

Por ejemplo, entre el segundo trimestre del 2022 el índice que alcanzó 138 puntos, y el segundo trimestre del 2024 que llegó a 95 puntos, hubo un bajón de 43 puntos en el índice de confianza. El caer por debajo de los 100 puntos representa cifras rojas, que no se tenía desde el tercer trimestre del 2021, año de la post pandemia, que alcanzó los 99 puntos.

El investigador también mostró que la primera parte de “esa caída” es por el alza de precios que se dieron como consecuencia de la subida de los insumos, commodities y costos de los fletes altos, entre otros.

“Afecciones que fueron iniciadas por la época de la pandemia, la guerra de Ucrania y una serie de cosas que afectaron una serie de ítems. Entonces en ese momento se comienzan a dar ajustes de precios acá y se da la crisis de divisas, lo que termina de redondear toda la historia”.

Jara explicó que este índice de confianza es un estudio que se hace en todas partes del mundo, donde se lleva una métrica para medir cómo se siente un consumidor respecto de la economía del país y de su propia economía.

“Entonces, en el caso nuestro, nosotros llevamos la metodología del índice de confianza del consumidor hacia el punto de venta minorista y le preguntamos a los comerciantes cómo se sienten en función de las ventas actuales de su negocio y cuáles son sus expectativas a futuro”.

Por ello, agregó Jara, los comerciantes de estos espacios minorista “sienten que las cosas no marchan y que sus ventas están atorándose”, y ven que el consumidor no tiene el suficiente dinero para comprar los productos en la misma forma que lo hacían antes.

“Los precios están subiendo, todo está alterado y en medio de esa figura alterada que estamos viviendo hoy día en el comercio, el producto de los problemas para conseguir dólares, el encarecimiento de todo es el pan de cada día”, destacó.

El año pasado, de acuerdo con el estudio de SmartData, entre las categorías de productos que más se venden en las tiendas de barrio de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, están el pan, ya sea el “casero” como el de marcas industriales.

Correlativamente a este producto, le siguen las bebidas sin alcohol, las bebidas alcohólicas, confitería y snacks, lácteos, alimentos y abarrotes, entre los principales productos.

Es falta de reposición

El economista Wálter Morales ve que el encarecimiento de los insumos es un problema de oferta y no de incremento de demanda. Ya sea porque, dada la dificultad en conseguir divisas para pagar las importaciones, estos productos no puedan ponerse a disposición en las mismas cantidades y rapidez de reposición que antes, lo cual conlleve a que suban los precios a estos insumos.

“Por otro lado, la otra posibilidad, que si bien está relacionada, va directamente por el costo de conseguir la divisa para las importaciones. Ese costo se traslade al precio, en función de la elasticidad, o sea las condiciones propias de cada sector para que sea viable incrementar sin perder cantidad demandada”.

Lo que es más probable, continuó el analista, es que se están dando ambas situaciones en simultaneo, aunque con el aditamento de que la desaceleración de actividades nos está llevando a un escenario de incremento de precios, con menor dinámica económica.

“Ahora, dependerá de la profundización de estas dificultades y el tiempo de respuesta de los agentes económicos para desencadenar una hiperinflación. Mientras más se demore en atender las causas centrales, las probabilidades irán creciendo”.

Lea también

ECONOMÍA

Viceministro recuerda que los alquileres y anticréticos se pagan al cambio oficial y sugiere a la Asamblea regular el mercado paralelo del dólar

Bolivia vive una crisis cambiaria. En las calles la moneda extranjera se encuentra por encima de la cotización oficial. El precio de la divisa sobrepasa los Bs 12