Hasta el mes de agosto de 2024, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), Bolivia mantuvo un saldo comercial positivo, alcanzando los $us 51,4 millones, pese a una serie de desafíos tanto internos como externos que afectaron el desempeño del comercio exterior.

A lo largo del mes, las exportaciones alcanzaron un total de $us 778 millones, lo que supuso una caída del 5% respecto a julio. Este descenso estuvo influenciado principalmente por una contracción del 25% en las exportaciones de mineral de zinc.

A pesar de la disminución en las ventas de minerales, la industria manufacturera mostró señales de resiliencia. El sector logró un incremento del 1% en sus exportaciones, impulsado por un notable crecimiento en la venta de productos como el estaño metálico, carne bovina y urea, que ayudaron a contrarrestar el impacto de la caída en otros rubros.

En cuanto a las importaciones, estas también registraron una disminución significativa, alcanzando los $us 726 millones en agosto, lo que representa una reducción del 25% en comparación con el mes anterior. Este descenso se debió a una menor adquisición de combustibles, bienes de capital, lubricantes y productos conexos, lo que reflejó una menor demanda en algunos sectores clave de la economía boliviana.

Análisis  

El presidente del Colegio de Economistas, Fernando Romero, observó que las exportaciones de Bolivia cayeron un 21% en valor hasta agosto de 2024 en comparación con el mismo mes de 2023, mientras que las importaciones disminuyeron en un 19%.

Durante este periodo, la industria manufacturera representó el 40% de las exportaciones, mientras que la agricultura solo alcanzó el 5,9%. Los productos tradicionales, como hidrocarburos y minerales, abarcaron el 53,5% de las exportaciones.

Romero también destacó que el 59,7% de las importaciones correspondieron a materias primas y productos intermedios, afectadas por la escasez de dólares y el alto tipo de cambio paralelo. Asimismo, señaló que el saldo comercial negativo acumulado entre enero y agosto de 2024 es siete veces mayor que en el mismo periodo de 2023, alcanzando cifras preocupantes.

El experto subrayó que todas las grandes categorías económicas, salvo los suministros industriales y alimentos, presentaron saldos comerciales negativos. La caída más notable fue en las exportaciones de oro metálico y soya, con descensos del 71,7% y 63,9% respectivamente. También alertó sobre la contracción en la importación de vehículos y alimentos básicos.

Romero concluyó que el deterioro del comercio exterior, impulsado por la crisis fiscal y cambiaria, podría tener graves consecuencias para el crecimiento económico, la inversión y el empleo, además de generar desabastecimiento e inflación en el mercado interno.

“Esto también viene acompañado con desabastecimiento y mayor inflación en los productos que se consumen en el país. Se debe corregir estos desequilibrios para evitar mayores conflictos sociales y políticos, bajo el camino del pragmatismo y la sinergia que debería existir con el sector privado”, dijo.

Lea también

ECONOMÍA

Bolivia no percibirá $us 50 millones mensuales por el fin del contrato de exportación a Argentina

Con el cese de las exportaciones de gas natural al mercado argentino, el departamento de Tarija sufrirá las consecuencias porque sus presupuestos anuales están sustentados en los ingresos por renta petrolera.