El experto impartió, hace pocos días, el webinar “Convirtiendo residuos de gas y biomasa en oro digital”, desde Santa Cruz, donde participa de un proyecto piloto para aprovechar el ‘flare gas’ o ‘gas de venteo’ que se quema en un pozo petrolero y convertirlo en ganancia a través de criptomonedas. Bolivia cuenta con enormes potenciales para este tipo de negocio.
- ¿Qué son los residuos de gas y cuánto se desperdicia?
Los residuos de gas en la industria petrolera generalmente están asociados con la quema de hidrocarburos que, en la práctica, se conoce con el nombre de ‘gas flaring’, que consiste en mantener una antorcha encendida, de forma continua, en plantas de procesamiento de gas y petróleo, por razones de seguridad.
Además, se enciende por motivos medioambientales: el metano es un gas de efecto invernadero mucho más dañino que el CO2 y es preferible quemarlo. La huella de carbono de esta práctica implica más de 350 millones de toneladas de CO2 liberadas en la atmósfera.
Más allá de la quema, el mayor problema del ‘gas flaring’ es el desperdicio masivo de energía y, por lo tanto, de dinero. Según datos del Banco Mundial, en 2023, se quemaron 148 mil millones de metros cúbicos de ‘flare gas’ en todo el mundo. En comparación, Bolivia produce aproximadamente 14.600 millones de metros cúbicos de gas natural al año para exportación y consumo interno.
El gas flaring también se produce en otras industrias, como las plantas de tratamiento de aguas residuales y los ingenios sucroalcoholeros. En Santa Cruz, por ejemplo, Saguapac utiliza una antorcha para quemar el metano generado en algunas de sus lagunas de oxidación.
- ¿Cómo se pueden convertir estos residuos en “oro digital”?
Habría que promover que estos gases residuales, provenientes de plantas petroleras o industriales que procesan materia orgánica sean acondicionados para ser utilizados como combustible en generadores eléctricos para instalar centros de procesamiento de datos o “data centers”, convirtiendo esos residuos en oro digital, como es el caso de la minería de Bitcoin.
La minería de Bitcoin es una industria que requiere grandes cantidades de energía eléctrica para realizar procesos de encriptación y desencriptación de datos, que permiten crear bloques en la cadena de blockchain. La clave en esta industria es disponer de energía eléctrica barata para alimentar estos grandes centros de cómputo. Al ofrecer esta capacidad de cómputo al mercado global, estos centros de datos son remunerados en criptomonedas por el servicio que prestan.
La rentabilidad de este modelo de negocio se basa en el precio de la capacidad de cómputo, conocido como ‘hashprice’, que actualmente es de 5,6 centavos de dólar por cada Terahash/segundo (TH/s) de capacidad que el data center puede proveer. Este valor fluctúa según la oferta y la demanda, y puede ser monitoreado en tiempo real en Braiins.com.
Dado que el hashprice actual es bajo, esto se refleja en el costo reducido de la infraestructura de minería de Bitcoin, lo que convierte este momento en una buena oportunidad para adquirir centros de minería. La idea detrás de este modelo de negocio es que las fluctuaciones del mercado son cíclicas, y no sería descabellado pensar que el hashprice podría pasar del valor actual de 0,056 dólares TH/s a 0,39 dólares TH/s, como ocurrió el 19 de marzo de 2021, según Braiins.com.
Acorde a nuestras simulaciones basadas en datos históricos de los últimos 10 años, un proyecto de minería de Bitcoin con este incremento en el hashprice, podría mejorar un Retorno de Inversión (ROI) del 40% con un periodo de amortización de 29 meses, a un ROI de 180,62% y un periodo de amortización de solo 6,6 meses.
- ¿Existen casos de éxito sobre estos procedimientos?
Por supuesto. Generalmente, las empresas petroleras que optan por llevar a cabo estos proyectos, los ven como una prueba de concepto, ya que no forman parte de su negocio principal. Sin embargo, el retorno de inversión de empresas petroleras globales como ExxonMobil, Equinor y otras que no cotizan en bolsa, pero son gestionadas por fondos de inversión privados, demuestra que este modelo de negocio es atractivo.
Nosotros hicimos la consultoría para dos proyectos pequeños en funcionamiento en Texas que sirven como claros ejemplos. Aun así, este modelo está expuesto a la volatilidad del mercado de criptomonedas. Sin embargo, a pesar de esa volatilidad, la capitalización de mercado de la industria de minería de Bitcoin asciende a 28,54 mil millones de dólares. Entre las 24 empresas más importantes de este sector, podemos destacar a Marathon Digital Holdings, con una capitalización de 5,32 mil millones, y Core Scientific, con 3,49 mil millones, entre muchas otras.
- Sabemos que hay un proyecto piloto en Santa Cruz...
Se está evaluando la implementación en un pozo petrolero pequeño en Warnes, Santa Cruz, donde se está explorando la posibilidad de minar Bitcoin utilizando el flare gas disponible y, además, emitir bonos de carbono tokenizados con la tecnología de JusToken.
Al mitigar aproximadamente 244.33 toneladas de CO2 al año, esta reducción puede registrarse en un sistema de trazabilidad de JusToken. Luego, esta información se convierte en un contrato inteligente validado por una entidad que certifica que la reducción de CO2 es real. Con este respaldo, el contrato inteligente adquiere el estatus de activo financiero, o bono de carbono, que puede comercializarse en mercados globales.
Aunque la cantidad de CO2 registrada en este proyecto piloto en Warnes no es muy grande, el objetivo es probar el concepto. Una vez validado por YPFB y otras entidades financieras, este modelo podría aplicarse en campos más grandes, creando un incentivo para generar estos instrumentos financieros sustentables.
PERFIL
Ingeniero electrónico por la UPSA en 2013, con un MBA de la Universidad Texas A&M Corpus Christi. Posee más de 10 años de experiencia en el sector Oil & Gas, especializado en la optimización de la eficiencia energética y soluciones de cogeneración. Es fundador de Luka Industries LLC Consulting y ha trabajado como ingeniero de campo en Baker Hughes
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